El país asiático deja atrás su traumático pasado y ofrece al ‘Homo occidental’ ciudades bulliciosas, templos imponentes y selvas remotas para aventuras fuera de ruta.
Un grupo de turistas recorre el enorme complejo de Angkor en bicicleta.Omar HavanaDetalle de los bajorrelieves en piedra del templo de Banteay Srei, uno de los más bellos del complejo de Angkor, dedicado a Shiva.
Omar HavanaUn grupo de jóvenes monjes budistas reza en el templo de Wat Bo, en la ciudad de Siem Reap.
Omar HavanaPícnic en los jardines del Palacio Real, en la capital, Phnom Penh, un lugar al que los camboyanos acuden en su tiempo libre.
Omar HavanaLa ruidosa Pub Street, en Siem Reap, congrega decenas de restaurantes
y bares llenos de visitantes que acuden para ver
los templos de Angkor.Omar HavanaUno de los numerosos 'tuk-tuks' que circulan en las casi siempre atascadas calles de Phnom Penh, en versión motorizada.
Omar HavanaAmanecer frente al famoso templo de Angkor Wat en la ciudad de Siem Reap, uno de los lugares más turísticos del país.
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