Carla Cascales, de diseñar para Louis Vuitton y Nike a dejarlo todo por el arte
Con tan solo 28 años, Carla Cascales abandonó una carrera de éxito como diseñadora para ser feliz a través de la pintura y la escultura
Carla Cascales, una joven diseñadora de Barcelona consiguió a través de su talento trabajar para marcas como Nike, Facebook, Aristocrazy, Louis Vuitton o Inditex. Pero pronto sintió que la vida socialmente establecida no era para ella. “Cuando haces un proyecto para una multinacional juegas con los valores de la marca y una gran parte de mí deseaba mantener de forma más pura lo que llevaba dentro”. Y al final las ganas de expresar sus propias ideas la llevaron a dejar atrás una carrera de éxito. “No es fácil salir de la comodidad porque da miedo, pero todo lo que da miedo hay que hacerlo porque solo arriesgando se puede alcanzar los sueños”.
Mientras trabajaba en diversos proyectos de diseño fue explorando la pintura y la escultura, y cuando encontró su propia voz vio que el arte era lo que estaba buscando. “Al estudiar diseño gráfico ya estaba acostumbrada a pintar sobre un papel, pero en cambio, hallé en la escultura una tercera dimensión que ocupaba un espacio y que me ayudaba a conectar aún más con las piezas”. Una labor de experimentación que tomó la forma de treinta esculturas cuya serie denominó Étimo. De hecho, algunas piezas móviles las realizó el verano pasado cuando disfrutaba de la prestigiosa beca Varda Artist Residency, a bordo de una casa-barco en San Francisco. Una muestra que finalmente le permitió exhibir, con tan solo 28 años, su primera obra en solitario en la galería Castellana 22 de Madrid. “El espacio era increíble, cuando fui por primera vez las cristaleras y su jardín exterior me cautivaron, y supe de inmediato que ese lugar se fusionaría bien con mi obra”. Así, los materiales nobles que había utilizado para sus piezas como maderas, rocas y mármoles regresaban a su origen sin ninguna barrera. “Somos parte de la naturaleza, me gusta esa conexión y creo que alejarnos de ella es un error, y justamente fue eso lo que quise trasmitir”.
Debido a todas las influencias de su pasado, y a escultores como Brancusi, Quinn Hand y Bárbara Hepworth, sus piezas minimalistas y abstractas conviven con el diseño y el interiorismo, huyendo de los adornos para reivindicar la esencia. “Creo que la sociedad es cada vez más frívola, antes tenías un pequeño grupo de amigos y con las redes sociales eso se ha multiplicado, pero en realidad todo es superficial, por eso en mis esculturas no hay excesos, para mostrar lo auténtico”. Una filosofía que no solo traspasa su arte, sino también su vida, aunque reconoce que no siempre es fácil. “Pertenecemos a una sociedad consumista que nos impulsa a comprar, pero intento no dejarme llevar y reflexionar sobre qué cosas me aportan algo de verdad”.
Su especial concepción del arte se debe también a su acercamiento a la cultura japonesa. Una unión que llegó a ella hace tres años y de la que no se ha podido desprender. “El libro Wabi Sabi de Leonard Koren me hizo caer en la cuenta de que en Occidente hemos perdido valores que al final son los compatibles con la vida real”. Por ese motivo, utiliza la técnica del Kintsugi, que consiste en dejar al descubierto las grietas de materiales como la cerámica y rellenarlas con polvo de oro. Una forma de demostrar que a veces lo bello puede encontrarse también en lo irregular, en lo mundano y en las erosiones del tiempo. Y para Carla Cascales esas fisuras además de exhibir lo atractivo de la imperfección, son metáforas que instan al público a no esconder las heridas de la vida porque de alguna manera nos han fortalecido.
Estos últimos meses su obra ha estado girando en torno al cuerpo femenino a través de la pintura. “He querido realizar estas ilustraciones para mostrar la figura femenina desde la visión de una mujer de forma sutil y sexual”. Ahora esa serie se presentará el 19 de abril en la galería Tappan Colective de Los Ángeles, gracias a sus fotos de Instagram. “Antes de estudiar diseño, hice la carrera de Publicidad y Relaciones Públicas, y aunque no terminaba de encontrar mi sitio, un profesor nos dijo: Hacerlo bien y hacerlo saber. Esa frase se me quedó grabada a fuego, por eso intento dedicar mucho tiempo tanto a crear mi obra como ha comunicarla”. Carla Cascales aún no sabe lo que la deparará el futuro, lo que sí sabe es que nunca optará por conformarse y explorará su interior en busca de lo mejor que lleva dentro. “Hay una frase de Frida Kahlo que dice: ‘donde no puedas amar no te demores’ y creo que eso es lo que voy a hacer, dedicar mi tiempo a aquello que por el momento me apasiona para poder ser feliz”.
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