_
_
_
_
_

Edad: 25 años. Profesión: alfarero. Objetivo: decorar tu casa

Julen Ussia trabaja con el torno piezas que despojan de practicidad a la tradicional cerámica para convertirlo en un objeto artístico.

El artista Julen Ussia con su torno, un auténtica relación de pareja (abierta).
El artista Julen Ussia con su torno, un auténtica relación de pareja (abierta).Anna Izquierdo

Despojar los objetos de toda cuestión estética y funcional es el mayor empeño de Julen Ussia (Amurrio, Álava, 1993). Centrado en la alfarería y la cerámica, sus diseños navegan en la indefinición –“me limito a jugar con la materia y sus formas, el espacio y mi intuición, no me impongo”–, pero aún así cierta semántica deben aportar cuando ya han sido expuestos desde Essaouira (Marruecos) a Hong Kong, y ha colaborado con nombres del diseño contemporáneo como el holandés Koos Breen o el español Jorge Penadés.

Ussia, que viene de una familia de artesanos, crea a través de sus propias manos: “Desde la universidad, cuando descubrí los procesos de trabajo con arcilla, encontré un amplio terreno que explorar y a través del cual proponer objetos reales cuando se pedían prototipos. Me interesó mucho conocer las ideas y modos de hacer ligados a un oficio”.

Objetos sin función práctica, objetos libres creados por Ussia.
Objetos sin función práctica, objetos libres creados por Ussia.

El resultado de su obra son formas limpias sin usos concretos, con el barro crecido entre sus dedos. “Con las manos también vemos, escuchamos y, más importante si cabe, sentimos a los materiales”, asegura el artista que también ha colaborado con el Colectivo La Cosa, centrado en la performance, la arquitectura y el diseño.

Cristal y barro, o la abstracción alfarera de Ussia.
Cristal y barro, o la abstracción alfarera de Ussia.

Ussia, que formó parte de la muestra colectiva de prometedores diseñadores españoles, Molto Molto Fuori, mantiene una relación de pasión, casi de pareja, entre el artesano y el torno: “Es una herramienta de la que obtenemos infinidad de cuerpos, estructuralmente compuestos por miles de puntos concéntricos al punto central del plato del torno; todas las piezas comparten un mismo ADN”.

La cerámica siempre ha estado vinculado al objeto de sobremesa, al recipiente, a la vajilla, pero Ussia lo deriva en algo artístico sin dejar a un lado la tradición: “Formas limpias, sencillas y sin acabados que sirvan de elemento constructivo reutilizable, sin ningún tipo de apéndice o parte que determine un uso concreto”. Y en esta experimentación ya está incorporando otros materiales como la escayola o el metal. Pero siempre objetos libres, “¡qué decidan ellos qué quieren ser!”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_