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Tentaciones
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El 'boom' del trap no es nuevo: así saltó el rap español de los 90 de la calle al 'mainstream'

Hace 30 años el hip hop pasó de fenómeno urbano a reclamo estético en la televisión, los programas infantiles y la publicidad, hasta convertirse en un chiste con patas. Incluso Lola Flores se atrevió con este género

Bolo Blas no fue una estrella del rap de los noventa. Pero podría haberlo sido.
Bolo Blas no fue una estrella del rap de los noventa. Pero podría haberlo sido.

El trap es el fenómeno del momento. Las estrellas del trap aparecen en portadas de revistas que jamás hubieses pensado e incluso en programas de televisión generalistas. Su estilo y estética se ve por la calle, los jóvenes llevan la música de Pxxr Gang, Bad Gyal o Cecilio G. a todo volumen en sus teléfonos y de alguna manera se hace imposible, te guste o no, permanecer ajeno a este movimiento.

Pero no es la primera vez que las rimas, las bases de producción más o menos simples y el sonido hecho en la calle acaba entrando en todas las casas… Hace como treinta años, el rap -germen del actual trap- dejó de ser un movimiento marginal y urbano (principalmente de las calles de Madrid, Zaragoza y parte de Barcelona) a un ingrediente musical que hizo que El Lerele, como es conocida la casa de Lola Flores, acabase sonando a hip-house de Chicago. Vamos a hacer un repaso de este camino del rap hasta tu cocina, del Hey Pijo! de Mc Randy y Dj Jonco al Ay Albariño! de Lola, pasando por el Rap del Plus de DNI.

Veinte años después de su nacimiento oficial en Brooklyn, el Bronx y Queens, el hip hop llega a España oficialmente. El grafiti y el break dance estaban presentes en España desde mediados de los 80 pero las primeras rimas en Español no sonarán, o mejor dicho, se difundirán hasta 1989. En la época anterior al ADSL, el cine y la televisión constituían los medios de propagación principales. Películas como Breakdance, Breakdance II y Beat Street, junto al concurso de break de el programa Tocata de TVE emitido entre el 1985 y 1986, fueron los culpables de la llegada y popularización del hip hop en el país.

La llegada oficial del rap no se produjo hasta el año 1989, cuando la discográfica Arola dio el pistoletazo oficial del género en castellano editando dos LP (y cassetes) en ese mismo año: Madrid Hip Hop y el posterior y aún más mítico Rap in Madrid. Ambos eran recopilatorios de diferentes artistas, MCs y DJs que lanzaban oficialmente sus primeros (y en algunos casos prácticamente últimos) temas del nuevo género: Sweet, DNI, Estilo Crítico,Vial Rap y Jungle Kings o Sony y Mony son algunos de los nombres. Pero sin duda, el tema estrella fue el Hey Pijo! de Mc Randy y DJ Jonco.

Los títulos ya lo dicen todo. El foco de atención estaba en Madrid, y el medio de difusión era el boca a boca o la grabación de cintas de cassette que nos intercambiamos todos con los temas del Rap in Madrid y que convivían con Mi abuela de Wilfred y la Ganga. Lo de Wilfred comenzó siendo una broma para su programa de radio en Puertorico acabó siendo un hit en Latinoamérica. Aquí pudimos verle actuando en Rockopop de TVE.

El género era nuevo, algo extraño y desconocido que no diferenciábamos qué estaba hecho en broma y qué se hacía en serio. La preocupación de aquel momento era entender todos estos nuevos términos que aparecían en las propias canciones: ¿Rap y hip hop significaban lo mismo? ¿Qué es un MC? ¿Y un b-boy? Ahora es fácil, pero en la época y sin poder consultar Google se nos hacia complicado.

TVE con sus dos canales -los dos únicos hasta que en 1990 aparecieron autonómicas, Telecinco, Antena 3 y Canal Plus-, intentó responder a todas estas dudas. El programa Rockopop intentó hacer lo mismo con un reportaje de DNI, su Vas a alucinar y la frase mítica “eh tú que estás ahí /quítate la mano de la nariz”; y Estilo Crítico con A lo Grande contó con grafiteros y rollers para explicar de qué iba la movida, el código entre grafiteros y la diferencia entre grafiti y pintada. Es curiosa la falta de talento de la realización del reportaje, que cubrió las caras de los grafiteros al principio mientras que a medida que avanza el reportaje salen a cara descubierta.

En el mismo programa, Beatriz Pecker parecía algo perdida a la hora de presentar una de las primeras actuaciones de este género en un plató de televisión. Una entrevista algo torpe con Sweet que, algo nerviosa, hizo gala de su nombre, y Jungle Kings que fueron acompañados a plató de BZN, Poder oscuro, Sony y Mony... El Rap era una comunidad, eran pocos los que lo estaban haciendo y parecían estar unidos. Aquí no teníamos East Coast o West Coast.

El rap ya había entrado en las casas. Gracias a la tele podíamos poner cara y estilo a esa gente que hacía rimas sobre un poco de amor, a veces algo de sexo, de crítica social y violencia. Era otra época. Ahora estas letras y estribillos tan naifs nos parecerían inofensivos y algo inocentones. Tampoco eran superproducciones, ni necesitaban serlo. Las rimas pueden parecer fáciles y poco sangrantes, pero no necesitaron mucho más para generar polémica también en la prensa escrita.

Si tiramos de nuestra propia hemeroteca, encontraremos a un Ignacio Saenz de Tejada definiendo el género, de forma algo alarmista, en los periódicos de 1989: "Música de pista de baile, dura, monótona y repetitiva. El rap no se canta; se habla. Textos contra la droga, los pijos y el servicio militar y a favor del sexo, el barrio y las pintadas”.

En otro artículo titulado Voces de extrarradio ampliaría la definición: “El rap es una música monótona, binaria, tribal y repetitiva. Un rapper es un charlatán, cuya traducción popular española estaría entre el bertsolari del País Vasco y un vendedor ambulante levantino. Canta una monodia semihablada con un acompañamiento elemental, basado en el ritmo de batería y bajo sobre una sola tonalidad. Los textos son largas letanías que atacan a los niños pijos, el servicio militar, los yuppies y el consumo de drogas, y defienden el sexo, la cerveza, el barrio, la conciencia de clase y las pintadas".

Como veis, algunos de los temas básicos ya estaban presentes: fardar, hablar de la calle, una actitud crítica a la sociedad (aunque no muy violenta) o los conflictos raciales entre blancos y negros. No olvidemos que el rap se considera música de, por y para negros, y los raperos españoles trataban de acabar con este conflicto entre blanco y negro. Para ellos, los enemigos eran fascistas, nazis y pijos. Estado Critico en (mi tema favorito) Reggae rap hablaban de la vida en Madrid, y muy ligeramente trataban el racismo y los conflictos entre negros y blancos que surgían en la época, sobre todo en las grandes ciudades.

El rap ya era algo, una moda. Y no solo el estilo y la música, sino también el vocabulario de la época: palabras como debuten -o debuti, no había acuerdo sobre cuál de las dos maneras era la correcta-, o expresiones como “la basca”, "los colegas", “ponte las pilas”, "espabilar" o “guay" eran términos que acabaron utilizando hasta tus padres e incluso dieron nombre a programas de televisión.

Otro ejemplo de esta popularización fueron algunas apariciones televisivas bastante curiosas, por lo quizás inadecuado del público, como esta actuación de BZN en Club Disney. O el hecho de que en 1990, Canal Plus anunciase su nacimiento con este anuncio-rap de DNI.

Mientras aquí el rap era, junto al bacalao, la revolución estético musical del momento, en América, de donde nos vino a nosotros todo esto, ya era un movimiento estandarizado y común. En programas como el de Arsenio Hall actuaron Heavy D and the Boyz, Mc Hammer, 2 LIVE Crew; el fallecido padre del gansta gap, Eazy E amenizaba entrevistas a estrellas como Van Damme, Arnold Schatzenegger, Tom Cruise, James Brow, Chuck Norris, Vanilla Ice (otro fenómeno hip hopero del momento,escuchad los gritos del público) o el propio 2pac. En Estados Unidos el género era tan popular y común que se fusionaba con otros estilos, como el house al estilo Heavy D and the Boyz (también fallecido) que llegó a ser radiado por la península.

En España no cuajó el gansgta rap, pero la fórmula del hip hop parecía funcionar. Un estilo que se hizo aun más popular gracias a la televisión, en concreto a Antena 3 y a Will Smith con la emisión desde 1993 de El príncipe de Bell Air. No hace falta que os explique de que iba la serie del hasta entonces rapero Will Smith que contó con algunas apariciones relevantes, como la de Bell Biv DeVoe grabando el clip para su tema Gansta.

El hip hop, no sólo el sonido , sino también su estética, estaba en nuestras sobremesas. Y no solo en ellas, se convirtió en algo tan popular que acabó siendo un ingrediente para atraer nuevos públicos jóvenes, cada vez más jóvenes. Mientras la prensa parecía mirarlo con cierto desconcierto o miedo, los niños teníamos nuevos ídolos infantiles que llevaban los pantalones caídos y del revés. No eran niños vestidos de colores que hacían coreografías y cantaban canciones a Dios o a sus caballos, España estaba cambiando los ídolos infantiles por Kris Kross.

Esto era lo que nos llegaba de fuera entre los años 1992 y 1993, pero qué se hacía dentro de nuestras fronteras. La popularización del género hizo que el rap también se usara como un reclamo en todo tipo de cosas, siguiendo los pasos del propio Ronald Reagan y su rap para atraer jóvenes votantes.

La aparición de formaciones y composiciones que querían tener su momento de “parecer rap” pero sin tener nada que ver con todo lo que conlleva el movimiento, fue desplazando las apariciones televisivas y carreras musicales de aquellas formaciones originarias. En su lugar vimos también todos estos momentos en los que no había ni la misma temática, ni origen callejero y muchas veces se usaba la estética más bien como un “disfraz de hip hop”. Es inevitable hablar del mítico Ay Albariño de la Faraona en 1994. EL hip House de Chicago llegó al Lerele en una de las mayores bizarradas de la música española.

Pero no solo Lola “desurbanizó” el rap, formaciones olvidadas como Nonina tuvieron sus momentos de rimas de dudosa calidad, como el tema Voy de verano que ha sido reutilizado por Jordi Ganchitos. También de forma muy flamenquilla Sándalo nos versionaba a su manera el popular Informer de Snow.

Y si antes hable de lo inoportuno del público en la actuación de BZN, aun más inapropiadas pueden parecer las letras de Bravo and Djs presentando el tema Mentirosa de su primer y único disco Esclavos de la Noche de 1990, más orientado a las pistas de baile que a las calles, los Guettoblasters y desde luego, los programas infantiles.

Los populares DJS de la época, Toni Aguilar y el Gran Paco Pil también tuvieron que ver con esta popularización de las rimas. Los pudimos ver en el programa Leña al Mono que es de Goma (ya hemos hablado de las expresiones y ésta, por suerte, no tardó en desaparecer): rap y spanglish.

Y no olvidemos de lo que estaba pasando en Valencia en estos años. En paralelo a esta popularización y progresiva degeneración del rap, estaba la Ruta, el sonido máquina y los máquina total. Grupos como 2 unlimited o Maxx mezclaban bacalao con rimas y como os podéis imaginar, tuvimos nuestra versión patria: ASAP que hacían bailar a nuestros padres para bajar bien la cena en aquellos programas de Jose Luis Moreno donde la gente comía langostinos y escuchaba lo último de la escena en directo... aquel público en mesas...

Esto no es todo lo que pasó, pero es una pequeña muestra de lo que se pudo ver y oír en nuestras teles. De cómo se veía el rap con miedo y recelo y acabó siendo un reclamo para jóvenes. De cómo pasó de las calles a las pistas de baile y acabó mutando y en parte desapareciendo, antes de que el rap maño, Violadores del Verso, restablecieran la pureza del movimiento.

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