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Las otras series de 2017 Muchas son las series que se emiten pero pocas las que pueden estar en una lista de lo mejor del año. Por eso, recopilamos algunas de las otras ficciones que han protagonizado este año y que no entraron en la lista definitiva 'Twin Peaks' ha sido protagonista de los debates más intensos entre el equipo de QUINTA TEMPORADA. Y no es para menos. El regreso de la serie de culto de David Lynch no podía haber sido más surrealista, más visceral y, por lo tanto, tan 'lynchiano' como el que más. Para algunos una obra de arte absoluto (que algunas listas cinematográficas han incluido entre el mejor cine del año, con la consecuente polémica) y para otros una tomadura de pelo. Pero quienes la hayan disfrutado, la han disfrutado de verdad. Una experiencia de los sentidos, y nada comparable a lo que se haya hecho antes en televisión, capitaneado además por un Kyle MacLachlan convertido en icono encarnando tres papeles que han ayudado a que ni siquiera echemos de menos al agente Dale Cooper. Porque en la tercera temporada de 'Twin Peaks', nada es lo que esperábamos. Hasta Laura Palmer es secundaria en el onírico sueño. La serie del mutante de los cómics de X-Men guionizada por Noah Hawley (creador de 'Fargo') es una locura y no para todos los gustos. A algunos les ha parecido pretenciosa y cargante. Definitivamente es un viaje psicodélico agobiante, pero muy satisfactorio por salirse de lo normal de lo que viene siendo el canon de Marvel tanto en el cine como en la televisión. Su acierto está en la forma de contar la historia, a base de capas que se van superponiendo y huyendo de la acción a favor del surrealismo y los diálogos. Y también en su propuesta visual. El espectador no llega nunca a saber hasta el final si el protagonista está loco o es en verdad un mutante con poderes. A destacar también a dos de sus protagonistas Dan Stevens y Aubrey Plaza. 'Día a día' es una sitcom clásica en su ejecución, pese a emitirse en Netflix. Al fin y al cabo, esta comedia familiar rodada con público en directo simplemente adapta, con una familia de origen cubano de protagonista, una de las series más recordadas del maestro del género, Norman Lear, en los setenta. Pero su mirada añeja no es mala. Al contrario. Sobre ese tapiz hogareño visto mil veces, se erige como una de las series más relevantes y de actualidad con sus temas. En los setenta, hacer protagonista a una madre soltera era rompedor. Hoy, eso es lo más conservador de la ficción. Entre risa y risa, y algún que otro llanto, 'Día a día' utiliza a su familia de clase media para lanzar mensajes sobre identidad sexual adolescente, religión, el tratamiento a los militares retirados, racismo o el síndrome postraumático. Porque hay conflictos atemporales y universales. Y, por supuesto, también está Rita Moreno y todo un reparto que brilla por sí solo. Ryan Murphy ha sabido en esta serie poner en todo lo alto a dos actrices veteranas, Susan Sarandon y Jessica Lange, en un canto al feminismo y al antiguo Hollywood en unos tiempos en los que las actrices más mayores siguen sin recibir tantos papeles como los que tienen los actores más maduros. Pero precisamente en unos tiempos donde esto es cada vez menos habitual en la televisión. La serie, que cuenta el enfrentamiento entre las actrices Bette Davis y Joan Crawford, aunque flojea en su trama a ratos, se fundamenta en las espléndidas actuaciones de Lange y Sarandon. Verlas es una delicia. No era fácil adaptar una novela tan complicada como la de Neil Gaiman, con tantos personajes y el resultado ha sido brillante. La serie de Bryan Fuller y Michael Green (bueno, la primera temporada, la segunda tendrá otro showrunner) es como una sirena, atrapa y seduce y no se sabe bien por qué. Esta historia que enfrenta en el Estados Unidos (se tratan temas como la religión, la inmigración o las armas) de hoy a dioses antiguos (nórdicos, eslavos, africanos…) con dioses modernos (los medios de comunicación, internet, la televisión…) es grotesca y barroca (como lo era ‘Hannibal’) y se atreve con todo. A su favor también, actores como Ian McShane o Gillian Anderson y una banda sonora a la altura de la mano de Brian Reitzell. Las series de superhéroes DC producidad por Greg Berlanti para DC pueden tener los trajes más ridículos, algunas tramas románticas de lo más pegajosa e incluso villanos de opereta, pero es difícil hacer un universo de cómic tan consistente, divertido y con personajes tan carismáticos como este. Casi podríamos verles a todos cenando sin mover ni un muscúlo y disfrutaríamos igual. La guinda en la tarta llega cuando 'Supergirl', 'The Flash', 'Arrow' y la muy loca 'Legends of Tomorrow' (que se atreve a pasar de hablar de feminismo con Helena de Troya a hacer un capítulo vampírico de serie B) se acaban montando una fiesta con forma de crossover a cuatro bandas. Y lloramos y reímos, porque simplemente amamos a este grupo. Las series del Arrowverso no son perfectas, a veces fallan estrepitosamente, sí. Aun así, bajo la falta de pretensiones esconden mensajes importantísimos sobre feminismo, igualdad (de orientación sexual, raza, género...), amistad e incluso duros alegatos contra Trump, los muros y el decir 'no' a refugiados. Porque al final nos ayudan a entender que todo saldrá bien, pase lo que pase. Todo entre capas y licra, eso sí. Si en 2016 el fenómeno de Netflix fueron los niños de ‘Stranger Things’, en 2017 han sido los adolescentes de ‘Por 13 razones’. La serie trata de una forma original (aunque podía haberlo hecho con tres capítulos menos y haberse quedado en la decena) temas complicados como el suicidio, el ‘bullying’ o las violaciones. Tras quitarse la vida Hannah Baker, varios compañeros suyos del instituto reciben unas cintas donde la adolescente explica los motivos de su muerte. Es una ficción que engancha, que sabe presentar bien a sus personajes y que se atreve con esos temas. Y con eso nos quedamos. Movistar + ha comenzado en 2017 su apasionante y potente plan de series españolas para las que se ha gastado un dineral. La primera propuesta, de los hermanos Sánchez-Cabezudo (creadores de 'Crematorio'), fue 'La zona' y ha sido tan valiente como diferente. La acción nos sitúa en Asturias, donde la explosión de una central nuclear ha dejado a una España con síndrome postraumático. Allí, un par de policías comienzan a investigar un misterioso crimen sobre un trasfondo de corrupción política (nada más español), luto y la peor humanidad. Cuesta entrar en su trama, es verdad, pero una vez dentro esta turbia exploración del ser humano es desgarradora. Por no hablar de esa reparto en el que participan Eduard Fernández, Emma Suárez, Alexandra Jiménez, Luis Zahera, Carlos Bardem o Juan Echanove, solo por mencionar a unos pocos. 'Broadchurch' ha cerrado este año con su tercera temporada una etapa memorable en el 'whodunnit' británico en un pequeño pueblo. Alejarse de la trama de las dos primeras temporadas para centrarse en un nuevo crimen ha merecido la pena, y más si se trata de una historia sobre una violación tratado con sensibilidad que resuena como nunca en 2017, sobre todo con casos como el de La Manada presentes. Echaremos de menos a David Tennant y su '¡Milleer!' y a la calidez que entrega Olivia Colman a todos sus personajes, pero el guionista Chris Chibnall y Jodie Whittaker ya están en pleno 'Doctor Who' y Colman es la nueva Isabel II de 'The Crown'. Casi nadie presta atención a 'Baskets', y es totalmente injusto, aunque lógico. La historia de este payaso fracasado y su disfuncional familia no es una comedia fácil (a veces casi ni es una comedia), pero Zach Galifianakis y Louie Anderson (como su madre) ponen tanta alma a los personajes que es imposible no enamorarse de ellos. Por desgracia, 'Baskets', como 'Better Things' y 'One Missisipi', ha sido otra de las maravillas salidas de la mente de Louis C.K. empañadas por su comportamiento de acosador sexual en la vida real. Esperamos que siga inalterable sin su presencia. La actriz y guionista Rachel Bloom debería ser uno de los nombres claves de la televisión y esta comedia musical que habla de la locura, las relaciones sentimentales y las mujeres con tanta claridad que da hasta miedo una de las joyas más premiadas de la televisión. Porque con música todo entra mejor, incluso un personaje obsesivo como Rebecca Bunch. Sus canciones camuflan el mundo imperfecto que no le contaron las películas. Ella canta para superar la infelicidad. Guiños al cine y a la música contemporánea, venganzas llamadas al fracaso y mucha depresión e infelicidad ¿qué más podemos pedir? El mundo real ha llevado este año a que 'Saturday Night Live' vuelva a ser un fenómeno global, tras 43 años de historia. La victoria de Donald Trump, y la elección de Alec Baldwin como imitador del presidente, ha llevado a SNL a su pico de audiencia desde 1994, y también a arrasar en las nominaciones a los premios Emmy, con 22 candidaturas. En una época donde la comedia parece estar más segmentada por nichos, en el que los jóvenes olvidan los programas clásicos, sus sketches vuelven a liderar el discurso en el momento en el que la política es lo que más interesa. 'SNL' se convirtió en el partido de la oposición. Una de las mejores entregas, por diferente quizá, de la alianza Marvel-Netflix no tiene a un superhéroe como protagonista. De hecho, las aventuras y desventuras de este justiciero al que no le importa matar (solo a delincuentes, pero mata, no como el resto de superhéroes tan correctos ellos) es más una historia de veteranos de guerra en EE UU que otra cosa. Bueno, y de mucha venganza. ‘The Punisher’ se toma su tiempo para contar esta venganza (quizá, como a tantas series de Netflix, le podrían sobrar un par de capítulos de duración), sobre todo al principio, pero engancha y mantiene la acción a la altura que una serie así exige. La serie de ‘Star Trek’ menos ‘Star Trek’ de todas ha arrancado con mucha fuerza (aunque todavía queda por ver la segunda mitad). Tiene las suficientes referencias a la saga original para reenganchar a muchos trekkies, pero a la vez apuesta por una nueva fórmula (serializar la historia, olvidarse de los episodios autoconclusivos) para captar nuevos tripulantes. Y lo hace con ritmo, espectacularidad y siendo fiel a sí misma en cuanto a normalizar las igualdades en cualquier aspecto social. El tiempo dirá si la serie funciona como parece que va a funcionar o se queda en un intento, pero la apuesta es potente. 'The Expanse' es un drama político y de relaciones internacionales como ningún otro. Asistimos a reuniones entre federaciones, asesinatos diplomáticos y guerras frías entre facciones, incluso si casi todo ocurre en el espacio. El mapa universal de la serie es uno de los más complicados de la ciencia-ficción moderna y gracias a él SyFy ha conseguido alumbrar una serie inteligente y adulta que no tiene miedo a embarrarse en ideas, dramas morales y conflictos éticos. Una más que digna sucesora de Galáctica complicada y a veces difícil de seguir que demuestra todo lo que puede hacer el género de la 'space opera'.