_
_
_
_
África No es un paísÁfrica No es un país
Coordinado por Lola Huete Machado
_

La Reina Letizia se asoma a África

Doña Letizia inicia su visita a Senegal, un país en crecimiento pero que arrastra problemas como la malnutrición, el paro o la mendicidad infantil

La reina Letizia es recibida por la primera dama de Senegal, Marième Faye, a su llegada a Dakar.
La reina Letizia es recibida por la primera dama de Senegal, Marième Faye, a su llegada a Dakar.Mariscal (EFE)
José Naranjo

La Reina Letizia ya está en Senegal. A las ocho y cuarto de la noche de este lunes, un avión Falcon F-900 de las Fuerzas Armadas de España se posaba sobre la pista del viejo Aeropuerto Léopold Sédar Senghor y doña Letizia descendía por la escalerilla, siendo recibida a pie de avión, entre otros, por Marième Faye, esposa del presidente Macky Sall. Es la primera vez que viaja como soberana al África subsahariana y lo hace para conocer in situ varios proyectos financiados por la cooperación española. El país que va a visitar durante estos tres días es uno de los más estables de la región y con una economía en franco crecimiento, pese a que miles de jóvenes protagonizan aún un enorme y arriesgado éxodo hacia Europa.

Más información
La ayuda para el desarrollo de África subsahariana, bajo la lupa
El país de los niños mendigos

Si nos pusiéramos futboleros, se podría decir que Senegal transita por la mitad de la tabla clasificatoria de la Liga africana. Pero también que este país en vías de desarrollo está escalando puestos y que su futuro es prometedor. Su principal baza es la estabilidad, lejos de los sobresaltos habituales que sacuden a sus vecinos. Nunca sufrió un golpe de estado y el terrorismo yihadista y desmelenado que sacude a la región no ha tocado aún a su puerta, aunque la amenaza es real y las autoridades se la toman muy en serio. Además, el conflicto independentista de Casamance, región donde doña Letizia pasará la mañana del miércoles, está en una especie de punto muerto, un impasse de negociaciones estancadas que han rebajado mucho la tensión y abierto oportunidades a una paz definitiva.

Quizás las medidas de seguridad impidan a la Reina disfrutarlo en todo su esplendor, pero Dakar, como genuina capital africana, es un caos de tráfico, puestos de ropa y comida ocupando las aceras y olores diversos. En los meses de calor, ese desorden roza la categoría de infierno. Pero la ciudad también enamora a su manera. El mar, presente en sus cuatro esquinas, ayuda mucho. En esta pequeña península se desenvuelve, con más pena que gloria, algo más de un millón de seres humanos que van y vienen a sus quehaceres cotidianos con el trajín habitual de los urbanitas.

La columna vertebral de la economía del país, sin embargo, está en otras latitudes. La agricultura, la ganadería y la pesca siguen siendo los sectores productivos que más aportan al PIB y ahí las regiones tienen mucho que decir. Por eso, el presidente Macky Sall (casi seis años ya en el poder, le podrían quedar otro seis) tiene un plan: modernizar el campo, pero también diversificar el asunto. El turismo es una de sus apuestas personales. Al pasar a su lado, le contarán a la Reina que la imponente Estatua del Renacimiento Africano es el símbolo del país, pero no es verdad. Esa estatua es un reducto del Senegal que fue. El verdadero símbolo es más bien su nuevo aeropuerto, visible primera piedra de un país en plena transformación.

De los 66 millones de euros de Ayuda Oficial al Desarrollo invertidos en Senegal en 2005 se ha pasado a casi 13 en este año

Está pasando por todo el continente. En unos casos es más rápido, en otros más despacio. Pero África no es, nunca fue, una foto fija. Probablemente doña Letizia lo intuya en el impulso de las mujeres emprendedoras con las que se reunirá el jueves en Dakar o en la imaginación creadora de los jóvenes artistas de África Art Box o en el empeño de toda una sociedad por acabar con una mutilación genital femenina cada vez más arrinconada pero que se resiste a morir cuando el miércoles conozca un proyecto contra esta práctica en la Universidad de Ziguinchor.

Pero la foto no estaría completa sin el claroscuro. Unos 50.000 niños mendigan en las calles de las principales ciudades, como tendrá oportunidad de comprobar la Reina en su visita al centro de acogida de menores de Village Pilot; el sistema educativo, otrora la envidia de la región, está en crisis y no se adapta a las necesidades del país y el paro es galopante, tan grande que medirlo es una entelequia. En algunas zonas rurales como Matam y Podor, la malnutrición severa supera tasas de emergencia cada verano y tres de cada 10 niños sufren esta dolencia de manera crónica. Para muchos jóvenes de Kolda, Tambacounda o Louga, la emigración sigue siendo la mejor opción.

El país que recorrerá la Reina no es un desconocido para España. Cuando en el año 2006 más de 32.000 jóvenes llegaron en cayucos a Canarias desde estas costas, ya era una nación prioritaria para la cooperación española. Los enormes vínculos generados por las migraciones, la presencia, modesta pero sólida, de un buen puñado de empresas españolas, las líneas de ayuda abiertas hace décadas, la urgencia de contar con Dakar como aliado clave en materia de seguridad y la existencia de un inusitado y vibrante interés por la lengua de Cervantes (200.000 chicos la estudian cada año) hacen que este país sea, para España, la puerta de África.

Unos 50.000 niños mendigan en las calles de las principales ciudades de Senegal

Cierto es que la cooperación no vive sus horas más excelsas. De los 66 millones de euros de Ayuda Oficial al Desarrollo invertidos en Senegal en 2005 a los casi 13 de ahora hay una enorme distancia, crisis mediante, pero los vínculos no se han resentido. “Este es un país importante para nosotros y esta visita es una puesta en valor de la calidad de la cooperación que estamos haciendo. Prueba de ello es que varios de nuestros proyectos de seguridad alimentaria y desarrollo agrícola han recibido el apoyo financiero de la UE después de que comprobaran lo bien que están funcionando”, asegura Alberto Virella, embajador de España en Senegal.

“Es cierto que ha habido un descenso en términos absolutos, pero no en términos de impacto”, añade el diplomático, “lo que ha ocurrido es que hemos superado la etapa de la dispersión y nos hemos concentrado en las experiencias positivas, seleccionando las líneas de trabajo que nos han dado mejores resultados. El trabajo de los cooperantes españoles aquí es de proximidad, muy en el terreno, y de apoyo a las contrapartes locales. Hay una atmósfera compartida de actitud positiva que notan todos los españoles que vienen a Senegal”.

La esposa de Felipe VI comienza hoy su recorrido por la sede de la Oficina Técnica de Cooperación (OTC) de Dakar, donde se reunirá con cooperantes y representantes institucionales. Posteriormente se trasladará al Aula Cervantes para conocer la actividad de este organismo en Senegal. Allí tendrá ocasión de escuchar a alumnos de español de tres institutos del país. Tras comer con la primera dama de Senegal, se trasladará a la sede de Cruz Roja para conocer un proyecto de protección de los derechos de las mujeres y la jornada terminará con una recepción en la residencia del embajador.

El miércoles, la Reina viajará en avión hasta el sur del país, en concreto a la ciudad de Ziguinchor, en la región natural de Casamance. En la facultad de Medicina de la Universidad de dicha localidad asistirá a una presentación del proyecto de formación de agentes de salud sobre mutilación genital femenina, una práctica prohibida en Senegal pero que se sigue realizando a escondidas debido a su fuerte anclaje cultural en algunas zonas y etnias. Después irá hasta Oussouye para visitar una granja familiar apoyada por la AECID. La visita real termina el jueves en Dakar con un desayuno de trabajo con mujeres investigadoras apoyadas por la Fundación Mujeres por África y un recorrido por el centro de acogida de niños de la calle Tremplin du Lac Rose de la ONG Village Pilot.

Puedes seguir ÁFRICA NO ES UN PAÍS en Twitter y Facebook.

Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_