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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez
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La esclavitud endémica

Aunque la esclavitud se abolió hace 68 años, aún no está erradicada

Protesta contra la esclavitud.
Protesta contra la esclavitud. ORESTIS PANAGIOTOU / EFE

Un esclavo según la Real Academia es la persona que carece de libertad y derechos propios por estar sometido de manera absoluta a la voluntad y el dominio de otra persona que es su dueña y que puede comprarlo o venderlo como si fuera una mercancía.

Relean, por favor, la definición y ahora díganme, ¿creen que la esclavitud ha desaparecido? Muchos pensarán: "¡vale, no!". Llevamos días hablando de los campos de inmigrantes y refugiados en Libia donde se han denunciado últimamente casos de esclavitud. Los traficantes que gestionan los campos usan a los inmigrantes como esclavos para trabajos imposibles que muchas veces acaban con su vida. Campos que, por cierto, se financian con dinero de la Unión Europea y de algún país europeo a través de acuerdos bilaterales. Pues eso, primer caso de esclavitud que financiamos con el dinero de nuestros impuestos.

Pero hay más. La ropa, el maquillaje, la comida que consumimos también puede estar hecha por esclavos. Increíble pero cierto. En el mundo, alrededor de 21 millones de personas son víctima de trabajos forzosos. Prueben la aplicación '¿Cuántos esclavos trabajan para mí?' y descúbranlo. Resulta tan increíble que, cuando salen noticias relacionadas con este tema del consumo, preferimos pensar que son mentira y todo el mundo sigue comprando en Zara, consumiendo móviles con coltán, o comiendo gambas peladas. Todo ello aunque seamos conscientes de que Zara compra a proveedores que esclavizan, el coltán es de las minas de la muerte y algunas gambas las pelan esclavos en los barcos.

Y por si todavía no se les ha caído el alma a los pies, abordemos para cerrar el tema de los trabajadores sin papeles, en nuestro país y en el mundo en general. Los abusos a los que son sometidos porque no tienen derecho a seguridad jurídica, los sueldos imposibles que reciben, en muchos casos, como es el caso de las empleadas del hogar, que cobran miserias y viven en un régimen de semiesclavitud.

Y vayamos incluso más lejos e incluyamos el caso de las empleadas del sexo, las prostitutas. ¿Sabían que la gran mayoría de las prostitutas que hay en España son víctimas de trata de personas? Si no lo sabían es por no han seguido el trabajo de Mabel Lozano y les recomiendo que se vayan a comprar su nuevo libro El Proxeneta de inmediato.

La esclavitud es endémica por desgracia. Pues si, así es. Y es endémica porque nuestra falta de consciencia y conciencia la convierte en un mal necesario para que podamos vivir como estamos acostumbradas. La solución, la de siempre. Informarse, enterarse, difundir, actuar, exigir, todo siempre sin tregua. Al final la gota malaya rompe la frente.

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