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Javier Aguirresarobe, grandes éxitos ‘made in Hollywood’

JAVIER AGUIRRESAROBE (Éibar, 1948) muestra en una libreta la larga lista de estrellas de Hollywood a las que ha iluminado: Natalie Portman, Christian Bale, Rosanna Arquette, Casey Affleck –flamante ganador del Oscar por Manchester frente al mar–, Eric Bana, Chris Pine, Peter Coyote… La carrera del veterano director de fotografía vasco dio un giro en 2008: el cineasta Woody Allen rodó en España Vicky Cristina Barcelona y quiso que fuera él quien capturase el talento de Scarlett Johansson, Penélope Cruz y Javier Bardem. Con una larga filmografía made in Spain a sus espaldas, aquella fue su primera incursión en el cine estadounidense. Después viajó a México para participar en la película independiente Arráncame la vida y cuando se disponía a volver a casa recibió la llamada de John Hillcoat: le había impresionado la iluminación que había creado para Los otros, de Alejandro Amenábar, y quería que se sumase al rodaje de la adaptación de la apocalíptica novela de Cormac McCarthy La carretera, protagonizada por Viggo Mortensen y Charlize Theron.

Retratado en la empresa EPC, en Madrid.

Así que Aguirresarobe, premio Nacional de Cinematografía 2004 y ganador de seis premios Goya por títulos como Mar adentro, Beltenebros o Soldados de Salamina, hizo las maletas –otra vez– y se instaló en Los Ángeles sin dudarlo: “Es importante no descuidar ninguna película, por modesta que sea, pues siempre habrá gente que la vea. Por ejemplo, Arráncame la vida fue pequeña, pero se proyectó en Hollywood porque tenía aspiraciones al Oscar a mejor filme extranjero. El realizador Chris Weitz me dijo que le había gustado mucho su luz y por eso me contrató para integrarme en el equipo de la saga vampírica Crepúsculo, de la que fui director de fotografía en dos capítulos –Luna nueva y Eclipse–, protagonizados por Robert Pattinson y Kristen Stewart”.

“en hollywood se valora tu trabajo en función del éxito en taquilla de tu última película”.

Con tales éxitos en su currículo, Aguirresarobe no tardó en afianzar su prestigio en la industria cinematográfica estadounidense y en encadenar un taquillazo tras otro: Noche de miedo, con Colin Farrell de protagonista; Eternamente comprometidos, con Emily Blunt y Jason Segel; Memorias de un zombie adolescente, con John Malkovich y Dave Franco, y Por la cara, con Jason Bateman y Melissa McCarthy. En 2013, Woody Allen volvió a demandar su mirada: “Rechacé otro trabajo para decirle que sí: quería estar en Blue Jasmine con Cate Blanchett, que para mí es una diosa”, confiesa este técnico que ha trabajado a las órdenes de directores como Víctor Erice, Pedro Almodóvar o Imanol Uribe.

Aguirresarobe cruzó el charco recién instalado en la sesentena. “No era un chaval, pero tenía la energía suficiente para acceder a una industria como la estadounidense”, explica. “En el cine español todos nos conocemos y sabemos cómo trabajamos, pero allí, cuando eres candidato a una película, tienes que superar una entrevista con el director. Y en las producciones de los grandes estudios tu labor tiene que ser la correcta. Que aportes algo dependerá del director, de su exigencia, del cariño que tenga por la visualización de la película… Te encuentras con gente que agradece que hagas un esfuerzo para crear un ambiente determinado y otros más prácticos. Además, se te valora en función del éxito de tu película: es raro que se alabe la labor de un director de fotografía si el filme no ha funcionado en taquilla”, señala este admirador de los claroscuros de pintores como Vermeer y Ribera.

¿A los intérpretes les preocupa cómo se les ilumina? “Sí, pero a veces ha de prevalecer más el ambiente, y eso implica que no puedas proyectar la luz perfecta sobre determinados actores. No obstante, yo creo que hay que potenciar el atractivo de las estrellas y reforzar su interpretación. Ellos son la prioridad. Por ejemplo, en Thor: Ragnarok, que rodamos el año pasado en Australia, volví a trabajar con Cate Blanchett y la cuidé al máximo. Su piel de porcelana es un regalo para un director de fotografía. Ni que decir que también cuidé mucho al resto del reparto: Mark Ruffalo, Idris Elba, Anthony Hopkins o Chris Hemsworth”.

En su profesión, aclara, no se obran milagros. “El éxito de un actor está unido a que la cámara le quiera. Todos los grandes intérpretes tienen una presencia especial, un aura, y por eso han llegado tan lejos, además de por sus dotes artísticas”, concluye.

A sus 68 años, no quiere oír hablar de jubilación y este verano, anuncia, sumará un título más a su lista de grandes éxitos: The Man Who Captured Eichmann, con Oscar Isaac (A propósito de Llewyn Davis, Star Wars: episodio VII), uno de los nuevos ídolos de Hollywood.

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