_
_
_
_
_

Riad Sattouf, la nueva estrella del cómic francés

Léa Crespi
Álex Vicente

RIAD SATTOUF no tiene patria. “Siempre he sentido un gran desarraigo. Lo bueno es que podría vivir en cualquier lugar del mundo”, sostiene en el pequeño despacho que su editorial parisiense ha puesto a su disposición y que se encuentra cerca de la plaza de la República. Nació en París hace 39 años, pero vivió en Libia hasta los 4 y en Siria hasta los 13. Sattouf es hijo de un profesor universitario de Homs que rechazó un puesto en Oxford para regresar a su país y de una bretona que aceptó seguirle hacia esos lejanos paisajes. De esa particular infancia surgió El árabe del futuro (Salamandra), que ya va por el tercer volumen. Su éxito lo ha convertido en un nombre fundamental del cómic francés. Los dos primeros volúmenes vendieron un millón de ejemplares y han sido traducidos a 18 lenguas.

Sattouf en su mesa de trabajo; y dibujo de Esther, la heroína de su nueva novela gráfica. / LÉA CRESPI

Ahora Sattouf cuenta con otra heroína, la protagonista de Los cuadernos de Esther (Roca), una nueva saga inspirada en la deslenguada hija de una pareja de amigos. Esa niña parisiense no cobra derechos de autor, aunque debería: cada viñeta se inspira en una historia que le relató al autor. “El color de piel da igual, lo que importa en la vida es la belleza”, sentencia en un bocadillo del tebeo. Para la pequeña, los homosexuales son “hombres calvos que se aman”. Su máximo sueño sería que su padre le comprara un iPhone. “Pero no puede, porque somos pobres”, se consuela este cruce de Mafalda y Pequeño Nicolás. “El proyecto surgió de la voluntad de comparar mi infancia con la de una niña de hoy”, resume Sattouf. En realidad, nada ha cambiado en el patio del colegio desde los ochenta. Los niños juegan al fútbol y las niñas escriben cartas de amor. “La fábrica del género sigue funcionando igual”, confirma el autor.

Una de las estanterías de su despacho donde reposan ediciones en varios idiomas de El árabe del futuro.

Sattouf dibuja la niñez como un universo conservador. “Una vez leí un estudio de una universidad sueca que decía que la infancia era de derechas”, sonríe. “Esther es muy tradicional: sueña con casarse y quiere formar parte del grupo. Pero tal vez su criterio evolucione. Por eso quiero seguirla hasta los 18 años, si no se cansa antes de mí”. Otro cambio que ha notado Sattouf es la obsesión de los jóvenes por el consumo. “Esos vídeos de hip-hop que tanto les gustan están llenos de marcas. Son como la isla de Stromboli en Pinocho: un lugar donde vas a divertirte, pero sin darte cuenta terminas convertido en asno”, resume. El retrato de esa niña parece esconder otro del autor. ¿Esther, c’est moi? “Tiene cosas de mí, pero es más positiva. Yo siempre me he puesto del lado de los excluidos. Esther es una excepción en mi trayectoria”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Álex Vicente
Es periodista cultural. Forma parte del equipo de Babelia desde 2020.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_