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Hasta las trancas

La eterna combinación de mezclar drogas y sexo

Viernes. Más de dos millones de adultos españoles hacen planes incluyendo el consumo de drogas en sus perspectivas de fin de semana. Hasta con sexo dentro.

Dos mujeres yaciendo (1915), obra del pintor expresionista Egon Schiele
Dos mujeres yaciendo (1915), obra del pintor expresionista Egon Schiele

En España nos gustan las drogas. Así en general y algunas en particular. En el consumo de alcohol estamos por debajo de la media europea; en el de tabaco, a tres puntos por encima de la media. En cocaína y cannabis, ocupamos un merecido quinto puesto, por detrás de Francia, Dinamarca, Reino Unido e Italia. Relacionamos el ocio con el consumo de drogas con una facilidad pasmosa. Y también follamos puestos hasta las trancas.

1.- COCAÍNA

La farlopa es la droga más utilizada para los asuntos de cama.

Los varones se sienten sementales. La erección se mantiene pétrea y aguantan embestida tras embestida sin eyacular. Las mujeres reconocen desinhibirse por completo. A esto hay que añadirle toda la literatura que se le ha incluido. Durante años, en Madrid se relataban noches de fiestas donde amantes fortuitos untaban su órgano sexual de cocaína para follar sin descanso. En realidad, la mayor parte de los consumidores habituales de farlopa (esos que solo se ponen los fines de semana y que no se consideran adictos) termina teniendo problemas de erección, a lo que hay que añadir los daños cerebrales que provoca.

Por cierto, el 80 % de la cocaína que se consume en España está adulterada. Es más que probable que cualquiera de los que se ponen del revés en nuestro país, no hayan tomado una raya de coca de verdad en toda su vida. 

2.- MDMA

Los lunes uno de los dos compraba dos ejemplares del mismo libro. Tenían hasta el viernes para leerlo. Llegaba la tarde del día con más expectativas de la semana y se encerraban a escuchar música indie, a discutir de literatura analizando los subrayados de cada uno en los márgenes de los libros. Se lamían mutuamente los dedos impregnados del cristal machacado y follaban sin parar, entrando en éxtasis, que para eso se le conoce con ese nombre al MDMA, la metilendioximetanfetamina. Con El amor dura tres años de Fréderic Beigbeder, fue como sentirse acompañados por el autor a cada párrafo. Con el Buscón de Quevedo, llegaron a declamar como don Pablos y una de las ninfas. O eso creyeron. El MDMA te hace entrar en un estado de percepción placentero. Nada de alcohol. No hace falta; solo agua. El más mínimo roce te hace volar, sentir hasta límites insospechados. Hasta el punto de que dará igual que la mayoría de las veces la erección no sea lo suficientemente pétrea como para penetrar. Un gramo para dos reporta un placer inigualable que se asocia a folladas y éxtasis sexual más bien fruto de la imaginación que de la realidad. Pero un gramo también es suficiente para un fin de semana completo. Con sus días, sus tardes y sus noches.

"La italiana. La mujer con manga amarilla"(1870) de Corot. Este cuadro fue propiedad de Lucian Freud.
"La italiana. La mujer con manga amarilla"(1870) de Corot. Este cuadro fue propiedad de Lucian Freud.

El MDMA es una de las drogas que menos se adultera, pero eso no la hace ni mucho menos más inocua. Los consumidores tienden a sudarla. Hay cierta querencia hacia la hiperactividad, machaca el cerebro y consumido con regularidad puede conducir a situaciones de pánico porque afecta directamente a la serotonina, la sustancia presente en las neuronas que actúa como neurotransmisor. Los consumidores habituales de éxtasis, viven en un pedo perpetuo en el que no descansan, no duermen y en el que, la mayoría de las veces, tampoco follan.

3.-CANNABIS

En la India, el consumo del charas (nombre del cannabis de la zona del Himalaya) va asociado al rito sexual. Según los hinduistas, una de sus deidades, Shiva, lo consumía y es uno de los dioses más idolatrado; considerado también el más follador de todos. De hecho, según la leyenda, fue su esposa Parvati la que esparció las semillas de cannabis en el valle del Himalaya para que él tuviera el mejor charas y no fuera a buscarlo a ningún otro lado, evitando de paso las posibles mujeres que pudieran seducirlo. A pesar de la leyenda con alto contenido sexual, esta variedad está considerada la más narcótica. Al fumarlo, produce efectos trascendentales y si es de la mejor clase, un efecto de ampliación de los sentidos. Por eso se asocia al sexo tántrico, cuyo origen también está en la India. Se considera que hay cuatro variedades de cannabis, cada una con sus propios efectos y por tanto, sus propios desperfectos.

Cada vez son más los países que se plantean la despenalización del cannabis ya sea con fines terapéuticos o recreativos y en España, la actriz Amarna Miller es una de las abanderadas de la causa. El cannabis provoca la liberación de oxitocina, la molécula del amor que liberamos curiosamente también durante el coito. Por eso, se asocia tanto el cannabis con el sexo.

4.- LA VIAGRA

Pocas cosas han causado tanto revuelo en nuestras camas como la llegada de la viagra y casi diecinueve años después de su comercialización en nuestro país, se ha convertido en el problema de cama de algunos. José Bustamante trata en su consulta a adictos al fármaco milagro. Hombres que han recurrido a la pastilla azul en vez de tratar sus problemas de erección. Problemas que en muchos casos, se habrían solventado con un tratamiento sin fármacos. La viagra les dio fortaleza, les supuso una inyección de autoestima y después de meses tomándola, no se atreven a dejar de hacerlo. Crearon una dependencia psicológica con ella. La ausencia del fármaco los fuerza incluso a inventar excusas para no tener relaciones sexuales. Lo espeluznante del caso es que muchos de estos consumidores de viagra compran la pastilla en internet, sin ninguna garantía farmacológica ni terapéutica, lo que puede ser aún peor. Están a un pasito de liarla aún más parda.

El uso de estupefacientes cada fin de semana es abrumador. Aquí tienen los datos oficiales del ministerio de sanidad, servicios sociales e igualdad del año 2015.

Exceptuando la viagra que no podemos considerar una droga a menos que nos enganchemos a ella, es más que probable que haya infinidad de estupefacientes, drogas y fármacos que se asocian también directamente a los asuntos de cama y que yo no haya mencionado.

Permítanme que de todos esos no pueda hablar con tanto detalle.

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