Mariscal y el antecesor de Cobi
JAVIER MARISCAL alcanzó celebridad mundial como autor de Cobi, la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Sin embargo, pocos conocen a Julián, una creación anterior. Nació del mar a finales de los setenta, en un cómic de la revista El Víbora. Lo pescaron unos personajes mariscalianos eternos: Fermín y Piker, los Garriris. Desde entonces no les ha abandonado. “Julián es inteligente. Lo bueno es que no habla. Sabe escuchar. Es un perro pescador que dialoga con las gambas, los mejillones, los cangrejos… Tiene buen rollo con los delfines y los pájaros. Incluso con las gaviotas, porque sabe mantenerlas a raya”.
A Mariscal le gusta “lo impredecible, el azar. Voy en moto y no miro el retrovisor”. Quizá por ello, Julián “no toma mucho partido. Deja que las cosas pasen”. Cuando el alcalde de los Juegos de Barcelona, Pasqual Maragall, le pidió que lo presentara como candidato a mascota olímpica, el dibujante replicó: “Julián es mío”. Así fue como Julián ahijó a Cobi, un perrito inspirado en un gos d’atura pirenaico. A Julián no le interesa la fama. “Siempre ve la película con distancia. Es milenario, las ha visto todas. Sabe que todo va y viene”. Este perro viejo es una mascota brechtiana, pues, al igual que el autor teatral Bertolt Brecht, quiere distanciarnos de nuestra realidad cotidiana para que la veamos con otros ojos. Julián tiene “mucha alma”. Y es una gran compañía. “Siempre está ahí”.