Los ‘angelitos’ que mueven millones
El desfile de Victoria’s Secret es el evento de moda más visto del mundo y está protagonizado por las modelos mejor pagadas
Un ejército de 47 modelos en batas rosas corría de un lado a otro del backstage instalado en un antiguo arsenal de Manhattan el martes por la mañana, en las horas previas a la grabación del desfile más mediático y lucrativo del mundo, el Victoria’s Secret Fashion Show. Son perseguidas por un batallón de más de 40 peluqueros y maquilladores, y por un pelotón de periodistas intentando conseguir declaraciones y fotos de las protagonistas de la vigésima edición del espectáculo, que se emitirá el 8 de diciembre en 192 países para una audiencia potencial de 500 millones de personas.
El Victoria’s Secret Fashion Show es el evento de moda más visto del mundo, más que el resto de desfiles combinados. Es un milagro del márketing, programado siempre para dar el pistoletazo de salida a la temporada navideña. Pero, ¿quién se fija en la ropa? Es la gran pregunta que recorre la prensa y a la que Ed Razek y Monica Mitro —director de márketing y vicepresidenta de la marca— contestan que mucha gente, en especial mujeres. "El desfile es 90% producto”, dice Mitro, que acaba en las tiendas justo después. Y el 99%” de sus compradores son mujeres que "quieren lucir igual" que sus modelos, y "tener esa confianza y fuerza", dice Razek.
Como regreso directo, en las cinco semanas posteriores a la emisión del desfile, la marca experimentó un crecimiento en ventas del 3% en los últimos dos años. Y a medio y largo plazo, el show hace crecer el nombre de la marca en todo el mundo y la mitología de glamour que la rodea a pesar de operar casi en exclusividad en EE UU, con más de mil tiendas, y una decena abiertas en Reino Unido en los últimos tres años.
Hasta en un espacio tan caótico como el de las horas previas a la doble grabación del show, nada está abandonado al azar. Ni los selfies que se hacían Ángeles y maquilladores o peluqueros más rápidos que las cámaras de los fotógrafos allí congregados son fortuitos. Ni lo son los instantes anecdóticos y de apariencia espontáneos como el de Behati Prinsloo subida a una mesa. La maquinaria de promoción funciona como un reloj empezando por la selección de las modelos. Cinco de los Ángeles que desfilaron están entre las mejor pagadas del mundo, según la lista Forbes. Y 16 de las modelos que componen ese ránking han sido o son protagonistas del espectáculo.
Entre ellas este año sigue Adriana Lima, tercera de esa lista, y la más veterana vistiendo las alas de Victoria en su desfile número 16. Junto a ella estuvieron otras habituales como Alessandra Ambrosio, Joan Smalls, Candice Swanepoel o Lily Aldridge, que lució el sujetador Fantasy valorado en dos millones de dólares (1,8 millones de euros); y las novatas del desfile y estrellas de las redes sociales Kendall Jenner y Gigi Hadid, que trajeron y traerán consigo millones de seguidores virtuales y se han llevado este año toda la atención mediática.
A partir de la suma de los sueldos de las 47 Ángeles, Forbes calculó que pasearon por la pasarela del Lexington Armory 50 millones de dólares (46,6 millones de euros). Pero el presupuesto del que se habla para el espectáculo en el que cantaron The Weeknd, Ellie Goulding y Selena Gomez es de más 12 millones de dólares (11,2 millones de euros). Muy lejos de los 120.000 dólares (93.000 euros) que costó el primer Victoria’s Fashion Show celebrado en 1995 en el hotel Plaza de Nueva York, con la modelo Stephanie Seymour.
“Somos una marca de moda y deberíamos hacer desfiles de moda”, recuerda Monica Mitro que dijo el multimillonario dueño de la marca, Leslie Wexner, en 1995. Y de vender moda se trata a partir del mayor espectáculo del año, cuyas entradas se subastan, alcanzando precios de 25.000 dólares (24.000 euros) por dos asientos; y que es un milagro promocional que ha convertido la marca fundada en 1977 en un imperio de lencería con unos ingresos de 7.200 millones de dólares (6.700 euros) en 2014.
