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La muerte dice: ¡Que viva la pinche vida!

El 2 de noviembre los mexicanos se reúnen con sus muertos en el panteón porque saben que ese día los muertos salen a pasear

Pablo de Llano Neira

Como en cualquier otro lado, en México la gente por lo general no se quiere morir, ni quiere que se le muera ningún familiar ni ninguna persona a la que quiere. Pero en México, como en cualquier otro lado, la gente se muere. La diferencia es que los mexicanos hacen de la muerte, sobre todo una vez al año, el Día de Muertos, un rito de celebración de la vida en el que los propios muertos son los actores principales del homenaje. El 2 de noviembre los mexicanos se reúnen con sus muertos en el panteón porque saben que ese día los muertos salen a pasear, a tomar el aire, y consideran que se merecen que los reciban como es debido: con las flores más bonitas, con botellas de tequila, con comida por si el esqueleto viene con hambre. Con unos cigarros, si el difunto fumaba. El 2 de noviembre en México la gente llora pero llora riendo, ríe llorando. Porque los muertos mexicanos vuelven todos los años para recordarles que la vida no es (sólo) un valle de lágrimas. Que también es un valle de risas y de tragos y recuerdos y planes, Dios mediante. Los muertos mexicanos vuelven todos los años para decirnos: ¡Que viva la pinche vida!

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