Instante perla
Tal vez sea algo tan simple y luminoso como un instante de silencio, una mirada emocionada o el goce de un café degustado lentamente
Carta de la semana: Instante perla
Leyendo el artículo de Rosa Montero Como una perla, publicado el 27 de septiembre en El País Semanal, pienso que tal vez la felicidad no sea fruto de grandes ideologías ni de excelsas creencias, ni aun de grandes avances tecnológicos. Tal vez sea algo tan simple y luminoso como un instante de silencio, una mirada emocionada o el goce de un café degustado lentamente. Arranco la hoja para guardarla y al anverso del artículo de Rosa Montero encuentro una receta de Aduriz: gazpacho de tomates asados. Instantes perla. Saboreando un gazpacho también se puede embellecer el mundo.
Antonio Alcaide Mateos. Écija (Sevilla)
Yo, con la resistencia
He leído el artículo de Patricio Pron publicado el 20 de septiembre con el título La resistencia. Hace tiempo que me bajé de esa máxima que afirma (cual máxima) que todo progreso es positivo. Me bajé justo cuando me di cuenta de que ese término estaba intencionadamente pervertido. Hoy el “progreso” mora en la Red. Más del 80% de lo que por esa Red transita es estéril. Una esterilidad que rebaja el mérito a su mínima expresión. A esto le llaman “democratizar las comunicaciones”… No me lo creo. Esa no es la intención. Obvio es que una buena comunicación necesita, además de los factores obligatorios, un nítido planteamiento. Y este, un argumento firme que lo refuerze, que nacerá de un análisis sereno. ¿La Red? No me lo creo. Yo también me resisto.
Francisco García Castro. Estepona
Evolución de las especies
No soy asiduo de Manuel Rivas, pero tengo que cambiar ese no-hábito. En su artículo del pasado 27 de septiembre escribió sobre la sopa de tiburón y lo que el ser humano es capaz para conseguirla. Lo recordaré vía telegrama: Caza del tiburón. Masacre industrial. Caza masiva sin límite. Todo por una aleta del escualo. Especies al borde de la extinción. ¿Se imaginan un telegrama de hace dos siglos informando sobre la masacre de bisontes en la Norteamérica de entonces? Por platos de comida para paladares exquisitos, sean aleta de tiburón o lengua de bisonte para estofado, el ser humano es capaz de aniquilar especies enteras. No importa la época en la que vivamos.
Coincido con Manuel Rivas en que la cocina es buena para pensar. Gracias por su artículo.
Juan A. Márquez Izquierdo. El Puerto de Santa María (Cádiz)