Mamie Gummer: “Ahora veo a mi madre como igual”

Un día, en mitad del rodaje de Into the Woods, el productor Marc Platt se acercó a Meryl Streep con un guion. La actriz lo leyó, le encantó y se lo pasó a su hija mayor Mamie Gummer. “Me lo dio sin decirme nada. Pero en cuanto lo leí supe qué era lo que quería de mí”, recuerda Gummer. Aquel guion, escrito por Diablo Cody, era Ricki, la primera cinta que las une en pantalla haciendo, precisamente, de madre e hija. “Julie, mi personaje, está deprimida porque se está separando. Entonces vuelve su madre, Ricki, que se marchó cuando ella y sus hermanos eran pequeños para perseguir su sueño de ser una estrella de rock”, cuenta Gummer.

En la vida real su relación es completamente opuesta. “Ella fue capaz de hacer lo que realmente amaba y, al mismo tiempo, tenernos como una prioridad”, explica la actriz de 32 años.

Conociendo su buena relación, el director Jonathan Demme, las mantuvo separadas durante el rodaje. Aisló a Gummer de Streep para que su sensación “de soledad e ira fuera creciendo”. “Al principio me preocupaba actuar enfadada hacia mi madre. No quería ser hiriente o dura. Me inquietaba que actuara tan bien que ella no pudiera diferenciar entre mi personaje y yo”, explica Gummer. “Pero después de la primera toma, cuando gritaron ‘corten’, la miré y tenía esa sonrisa en su cara: sabía que todo estaba bien”.

Mamie Gummer nació en Nueva York, como su hermano mayor, Henry, y la hermana que le sigue que también es actriz, Grace. Los tres vinieron al mundo en el momento más álgido de la carrera de Meryl Streep que, para no pasar mucho tiempo lejos de sus hijos, los llevaba con ella allá donde fuera. “Tomaba sus decisiones basadas en estar con la familia. Además, encontró en mi padre —el artista Don Gummer —un gran compañero, que durante aquellos años dejó de hacer sus grandes esculturas para poder estar con nosotros”, cuenta Gummer. Pero al cumplir siete años, su hermano empezó a quejarse de tantas mudanzas y decidieron instalarse en Los Ángeles. Allí nació la más pequeña, Louisa, la única que no ha querido ser artista.

Para Gummer la interpretación fue algo natural. “Jamás anuncié que quería ser actriz, estuvo muy claro desde el principio y mis padres siempre me apoyaron”, dice. Nada más acabar la Universidad, en 2005, Gummer se estrenó en off-Broadway con Michael C. Hall y en un pequeño papel junto a Richard Gere en la película La gran estafa. Durante esos años, donde más éxito cosechó fue en televisión, desde su papel en la serie John Adams hasta el más popular, el de la abogada manipuladora en The Good Wife.

Julie es su personaje con más peso en el cine hasta ahora. Al menos, el que más revuelo ha causado. Y en gran parte se debe a que comparte cartel con su madre. Tras unas primeras entrevistas en las que contestaba de mala gana, Gummer ha aceptado la realidad de ser hija de, posiblemente, la mejor actriz viva. “No sé si mi madre me ha facilitado o complicado mi carrera”, explica la actriz, que vuelve en otoño a Broadway con Ugly Lies the Bone, quien no quiere hablar de su madre únicamente como referente en la profesión. “Yo aspiró a convertirme en el ser humano que ella es”, afirma.

Ricki le ha cambiado la visión hacia su madre. “Fue un ejercicio emotivo conocernos como intérpretes”, cuenta Gummer, que ya había trabajado con ella en Se acabó el pastel, perosolo tenía 20 meses. “Creo que parte del proceso de crecer es ver a tus padres como iguales. Y esta cinta lo ha facilitado”.