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La luz futura será móvil y económica

A la tendencia creciente de obtener electricidad de otras fuentes energéticas se suma la de poder alejar las lámparas de los enchufes

Anatxu Zabalbeascoa
La lámpara transportable Follow Me, diseñada por Inma Bermúdez para Marset.
La lámpara transportable Follow Me, diseñada por Inma Bermúdez para Marset.

Los LED (diodo emisor de luz) se afianzan en la iluminación doméstica y urbana. Se trata de tecnología punta que hace y hará posible el ahorro. Esa vanguardia cuestiona las fuentes energéticas que alimentaban tradicionalmente la iluminación. En muchos países no hay dinero para construir una red eléctrica. Allí, la tecnología LED solar puede proporcionar luz más barata que las lámparas alimentadas por combustibles fósiles, sin peligro para la salud, la seguridad o el medioambiente y sin grandes inversiones en infraestructura.

El Banco Mundial ha hecho público que más de 1.300 millones de personas están atrapadas en “la pobreza de la luz”. Sin acceso a la electricidad, utilizan velas o lámparas de queroseno que, entre incendios y enfermedades pulmonares, matan a 1,5 millones de personas al año. La ONU, la UNESCO y empresas como Philips quieren que 2015 sea el Año Internacional de la luz (IYOL). El directivo de esta firma, Eric Rondolat, defiende que “la iluminación LED con energía solar puede transformar las comunidades rurales”. Y ha instado a los políticos a comprometerse para acabar con la pobreza de luz para 2030.

Pero la iluminación alimentada con energía solar no sólo mejorará África. En Sevilla, la empresa Solar Mems, fundada hace un lustro por jóvenes ingenieros, recibió el premio a la mejor iniciativa empresarial sostenible que concede el Ayuntamiento de esa ciudad. Eso sucedió hace un año, desde entonces, la firma especializada en sensores solares y de venta on line que dirige José Manuel Quero ha realizado 100 proyectos. A partir de la tecnología sencilla de un Heliostato (un conjunto de espejos que se mueve sobre dos ejes para seguir la trayectoria del sol) y un espejo fijo consiguen hasta 2.300 lux para iluminar grandes espacios exteriores.

Lamparita Hue Go de Philips.
Lamparita Hue Go de Philips.

A la tendencia creciente de obtener luz de otras fuentes energéticas se suma la de poder alejar las lámparas de los enchufes. Ha sido la diseñadora asentada en Valencia Inma Bermúdez -la primera española que diseñó para Ikea- la que ha lanzado una luminaria móvil que funciona sin conexión fija a la red. Bermúdez parece más una inventora que una diseñadora. Hace unos meses presentó su lámpara Follow Me con batería recargable que permite una autonomía de cinco horas a máxima potencia o 20, a mínima. La luminaria puede así emplearse dentro y fuera de una casa y por eso está provista de un asa de roble que facilita su traslado y una pantalla rígida pero oscilante que permite dirigir la luz. La produce la empresa barcelonesa Marset.

Una idea similar, más simple aún –precio más bajo, sin asa y con menos capacidad en la batería- ha sido presentada por Philips. La lamparita Hue Go recuerda a una vela y puede, además de variar la intensidad de la luz, cambiar de color. Desde la prohibición de la bombilla incandescente iniciada en 2008 por la Unión Europea hasta el florecimiento de otras fuentes energéticas, pasando por los cambios en las lámparas que la proyectan, la iluminación vive una metamorfosis que cambiará las casas y las ciudades.

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