¿A qué hora te acuestas?

Según un estudio publicado en el European Journal of Social Psychology, liberarse de un hábito pernicioso cuesta 66 días. Lo creo a pies juntillas, gracias a la naturaleza abstracta, y a la vez de validez universal, de las cifras y los números. Estos han servido tanto para las elucubraciones místicas de los matemáticos Egorov, Luzin y Florenski como para animar la dimensión digital donde los lectores cándidos teclean enter absorbidos por su curiosidad numérica. Y el número de enter determina, además, la viabilidad de una página o su muerte súbita.

Vagando por las conferencias TED ayer supe que para convertirte de lego a virtuoso en cualquier disciplina, sea tocar un instrumento o aprender una lengua, has de dedicarle 10.000 horas. Para alcanzar el nivel de discreto aficionado bastan 20 intensas horas. Eso sí, aplicando cinco principios y siete técnicas. ¿Cinco y siete? Es plausible. Acaba de comenzar un nuevo año, 2015. Tienes 13 motivos para perder peso, pero no estás solo: puedo darte nueve recomendaciones para conseguirlo. Hay 12 síntomas que delatan un carácter pasivo-agresivo.

Fechas, aniversarios, centenarios y quincuacentenarios acercan la complejidad del número infinito y hacen la vida manejable. “Coulibaly alquiló el coche el 30 de diciembre y lo devolvió el 6 de enero, dos días antes de matar a un policía municipal. Al día siguiente, el viernes 9, asesinó a cuatro judíos franceses. El 2 fue cuando su mujer tomó el vuelo”. Frases de una precisión insuperable. Todo lo contrario de vaguedades literarias tipo “Mucho tiempo he estado acostándome temprano”. (Vale, Marcel, pero ¿cuánto tiempo? ¿A qué hora?) La cruda verdad, el rostro de Dios, está en las cifras, en las fechas, en los números exactos como los billetes de lotería premiados.