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El flamante marido de Kate Winslet ya ejerce de celebridad

A Edward Smith, sobrino del capo de Virgin, no le gustaba su nombre y lo cambió por Ned Rocknroll Tras casarse con la actriz, ya apunta maneras como famoso: ha ganado el juicio contra el tabloide inglés que publicó una foto de él semidesnudo colgada en Facebook,

Tom C. Avendaño
Ned Rocknroll y su esposa, Kate Winslet, en Hong Kong.
Ned Rocknroll y su esposa, Kate Winslet, en Hong Kong. ANTONY DICKINSON (AFP)

Edward Abel Smith se dejó fotografiar parcialmente desnudo hace años. Fue en una fiesta de estudiantes como él, organizada sobre el tema descaro, y el traje que este millonario inglés había elegido estaba diseñado más para revelar que para cubrir. La fotografía cayó en manos de un amigo suyo, James Pope, en cuyo perfil de Facebook pasó años publicada sin llamar la atención. Hasta ahora. Esta semana, el abogado de Smith, David Sherborne, llevaba al tabloide The sun ante un juez para vetar la publicación de la imagen en sus páginas. Ganó. El que una foto que deja ver el torso de este hombre de 34 años haya pasado de causar indiferencia en una red social a interés merecedor de un abogado denota la transición a celebrity que ha sufrido Smith en los últimos días.

En realidad nunca fue un desconocido. Es sobrino del excéntrico sir Richard Branson, el propietario del grupo Virgin y patriarca de la alternativa plebeya a la familia real inglesa, lo cual lo convierte automáticamente en merecedor del interés general británico. Cumplía, además, con los requisitos de todo Branson: una dilatada vida social; tendencia a relacionarse con la auténtica familia real; una actitud estudiadamente juvenil, y, según quien le conoce, una inmensa facilidad para jugar con su imagen. Pero a finales de diciembre se supo que había hecho algo inaudito en su familia: casarse con una plebeya más famosa internacionalmente que ellos llamada Kate Winslet.

“Puede sonar inmaduro, pero queríamos jugar con el nombre”, justifica su madre. “Ned dijo que nos tomábamos demasiado en serio. Y como Ned, sin apellido, por lo visto es ilegal, se quedó en Ned Rocknroll”

“Richard Branson es un experto en marketing”, explica por teléfono Tom Bowers, autor de varias biografías sobre el magnate. “Le regalaba, no sin inteligencia, viajes a Lady Di para que se la asociara con la aerolínea Virgin, y siempre se ha esforzado para que sus hijos se juntaran con la realeza”. De la media docena de relaciones entre los Branson y la nobleza, la de Smith, hijo de la hermana pequeña de Richard, la pintora Lindy, era la más asentada: conoció a Eliza Pearson, hija del vizconde de Cowdray, en una fiesta en 2006. Al día siguiente, estaban viajando juntos a Necker, una de la Islas Vírgenes Británicas propiedad de Richard donde la familia tiende a Celebrar sus bodas. Dos años después, decidieron casarse.

El enlace fue una extravagancia digna de la estirpe: oficiada por un druida en el terreno de 69 kilómetros cuadrados del vizconde ante 250 invitados, culminó en una playa donde un dj pinchaba música electrónica para bailarines ugandeses. “Fue todo muy poco convencional, muy nosotros”, describiría más tarde Eliza al Daily Mail. Muy... Ned Rocknroll, el nombre por el que Smith había cambiado legalmente el suyo. “Puede sonar inmaduro, pero queríamos jugar con el nombre”, ilustra Eliza en la misma entrevista. “Ned dijo que nos tomábamos demasiado en serio, y quería cambiar esa imagen. Y como Ned, sin apellido, por lo visto es ilegal, se quedó en Ned Rocknroll”.

El nombre pegaba con el puesto de trabajo que Ned ocupaba en la industria familiar: jefe de experiencia astronáutica en Virgin Galactic, la división familiar destinada a los viajes espaciales. Quienes, supuestamente, estaban a su cargo discrepan desde el estricto anonimato con su concepto de trabajar: o suponen que si Ned trabajaba allí era a media jornada o aseguran que el puesto, que él mismo se creó, era solo una excusa para cobrar un sueldo, porque no solía vérsele por las oficinas. Hoy no figura en la página web de la empresa, y hay quien repite lo que los tabloides: que hace tiempo que dejó el cargo para dedicarse a “criar ovejas en el campo”. A su hermano pequeño, Otto Brockway, también se le supone empleado en Virgin, aunque es por sus partidos de polo (y por ser, cómo no, el primer novio oficial de la princesa Eugenie, hija pequeña del duque de York).

“Branson le regalaba, no sin inteligencia, viajes a Lady Di para que se la asociara con la aerolínea Virgin, y siempre se ha esforzado para que sus hijos se juntaran con la realeza”, asegura el biógrafo Tom Bowers

Ned Rocknroll se separó de Eliza Pearson en abril de 2011, se divorció de ella en junio, y se enamoró de Kate Winslet en agosto. La oscarizada actriz había ido a la isla de Necker con el modelo Louis Dowler, su primer novio desde que se divorciara del director Sam Mendes en 2010. Durante su estancia, la residencia principal fue devastada por un incendio, propiciando el primer titular sobre la familia protagonizado por Winslet: la actriz sacó, literalmente, a la madre de sir Richard, la nonagenaria Eve, de la casa para salvarla de las llamas. “Podría haber bajado las escaleras yo sola, pero estaba muy oscuro, eran resbaladizas, y no llevaba las lentillas”, refunfuñaba la anciana en un testimonio escrito en la parte de atrás de un billete de Virgin y vendido a los medios para donar el dinero a la beneficencia. “Kate iba detrás de mí, y creo que le preocupaba que estuviera bloqueándole el camino a sus hijos”.

El siguiente titular sería más específico: Winslet y Rocknroll, vistos en el aeropuerto de Newark (Nueva Jersey) en octubre. En 2012, la ya pareja formal asistió a los Globos de Oro. En septiembre, Ned le compró a su novia una mansión del siglo XV en West Sussex por valor de dos millones y medio de euros para que viviera en Inglaterra.

En diciembre se casaron en secreto en Nueva York ante 12 invitados (cada uno invitó a seis), que no incluían a sus padres. Leonardo DiCaprio, coprotagonista de dos de las películas más famosas de la actriz, Titanic y Revolutionary road, llevó a la novia hasta el altar. El interés internacional por el desconocido Ned Rocknroll se disparó. Semanas después, la olvidada foto del torso de Edward Abel Smith estaba llevando a The Sun a un tribunal. La pareja alegó en un comunicado que era para “proteger a los hijos de Winslet”. Como si Ned Rocknroll quisiera ser un adulto formal, una celebrity de la que, so pena de citación judicial del abogado David Sherborne, ninguno de sus allegados quiere revelar nada.

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Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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