Winnie Mandela se licencia a los 68 años
La ex esposa de Nelson Mandela asegura que decidió volver a las aulas para servir de inspiración a sus nietos y arreglar los problemas de Suráfrica
Con 68 años y muchos problemas con la justicia a sus espaldas, la ex esposa de Nelson Mandela, Winnie Madikizela-Mandela, ha encontrado energías para licenciarse en Relaciones Internacionales. "¿Qué más puede hacer con su vida una ex revolucionaria?", dijo anoche a los periodistas esta mujer con una vida salpicada de escándalos que llegó a ser calificada como la madre de la nación por su lucha contra el apartheid.
La ex esposa de Mandela, de quien se divorció en 1992 después de protagonizar varios escándalos, recibió el título en una ceremonia colectiva realizada por la Universidad Wits, en Johannesburgo, la más importante de Suráfrica. La prensa local recuerda hoy que Winnie Madikizela-Mandela ha acumulado en su vida muchos títulos honoríficos, pero esta es la primera vez que se gana uno a pulso.
A los periodistas les dijo que había decidido volver a las aulas para servir de inspiración a sus nietos. "Para mí -señaló- es una oportunidad de identificarme con ellos, ya que no tuve la misma oportunidad con mis hijas".
Winnie se casó en 1958 con Nelson Mandela, con quien tuvo dos hijas, Zinzi y Zanele, pero la pareja disfrutó de pocos momentos de vida marital porque el líder de la lucha contra el apartheid fue encarcelado en 1964, y no quedó en libertad hasta 1990.
En 1991, Winnie fue condenada a seis años de prisión por el secuestro, dos años antes, de cuatro adolescentes, uno de los cuales fue asesinado, aunque se libró de la cárcel porque la sentencia fue conmutada por una multa. Ese juicio y la supuesta relación sentimental que mantuvo con el jefe de sus guardaespaldas contribuyeron a la separación de la pareja, en 1992.
En abril de 2003 Winnie compareció de nuevo ante los tribunales y fue sentenciada a cinco años de prisión por fraude, aunque la condena quedó reducida después a tres años y medio y su aplicación quedó en suspenso. Después de ese proceso renunció a su escaño como parlamentaria y abandonó la presidencia de la Liga de Mujeres del partido gobernante, y ahora, con su título universitario en la mano, quiere una nueva oportunidad. "Uno necesita estudiar para resolver los problemas de este país", afirmó anoche en la ceremonia con motivo de su graduación.
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