Ignacio Juliá (ING): “La morosidad aguanta mejor de lo previsto por el empleo”

El sector financiero navega con viento a favor desde el viraje de la política monetaria en Europa hace un año y medio. En el caso de ING, logró su récord de beneficios en España en 2022, aunque ese techo se romperá este año: “Esperamos batirlo en resultados, crecimiento de clientes y satisfacción”, asegura Ignacio Juliá (Alcoy, 47 años), consejero delegado del banco en España y Portugal. Y lo hace sin miedo al repunte de los temidos impagos: “Estamos atentos y los vamos analizando, aunque no estamos preocupados”.

Los más vulnerables a las alzas de tipos son las familias con hipotecas variables, un producto que defiende este banquero: “Nos ha beneficiado a todos los clientes cuando los tipos estaban muy bajos”. Estos préstamos explican, además, buena parte del avance de los ingresos de la entidad. Lo que ha permitido a ING volver a ser el banco sin comisiones. Eso sí, del pasado ya no recuperan ser “tu otro banco”, como rezaba su icónica publicidad. “Nuestro objetivo es poder cubrir todas las necesidades de los clientes”.

Pregunta. Desde la crisis inmobiliaria, la banca ha atravesado años turbulentos, y en el caso de ING dejó incluso de ser el banco sin comisiones. ¿Le costó mucho?

Respuesta. Después de la crisis bajaron mucho los tipos de interés y todos tuvimos que adaptar los modelos de negocio. Ahora, tras las alzas de tipos, hemos podido volver a cumplir con nuestra promesa.

P. ¿La de banco sin comisiones y con la cuenta remunerada?

R. Así es. Desde que empezaron a subir los tipos hemos incrementado seis veces la cuenta naranja. Y lo hemos hecho con el dinero disponible desde el primer céntimo de euro, verdaderamente sin ningún tipo de condiciones y sin ningún tipo de comisiones.

P. Usted recaló en ING en sus inicios en España, en 1999. ¿Ha cambiado mucho el banco?

R. Éramos un equipo muy pequeñito, lo que hoy se llamaría una fintech. Tuve la suerte de ver el banco desde las primeras llamadas, cuando empezó el call center, hasta convertirse en uno de los más relevantes de este país. Si miras las cifras, por clientes en banca de particulares somos el sexto banco del país. Por cuentas somos el quinto. Y si miras por transacciones de Bizum, somos ya la cuarta entidad. Nos hemos consolidado y seguimos acelerando el crecimiento: el año pasado crecimos en 256.000 clientes y este año se acercará a los 300.000.

P. ¿Superará el banco este ejercicio su récord de beneficios?

R. El año pasado fue récord para ING en España: en cuenta de resultados, en crecimiento de clientes, en satisfacción de clientes y en satisfacción de nuestros empleados. Y en 2023 esperamos batirlo en los cuatro parámetros.

P. ¿Cuántos clientes tiene en el país?

R. Unos 4,2 millones, de los que alrededor de 3,1 millones tienen una relación de cuenta corriente con nosotros, por lo que somos su banco principal.

P. ¿Tiene como objetivo ser el primer banco de todos sus clientes o no le importa ser el segundo de muchos?

R. Hace 20 años, el posicionamiento fue “tu otro banco” y era una forma de entrar en el mercado. Pero desde 2005, cuando lanzamos la cuenta nómina e hicimos toda la revolución digital, nuestro objetivo es poder cubrir todas las necesidades de los clientes.

P. ¿Con quién compite ING en España? ¿Con los neobancos, por la parte digital, o con el Sabadell, Bankinter y Unicaja, por volumen?

R. Nuestra competencia son los bancos tradicionales y los neobancos. Intentamos hacer las cosas simples, ahí es donde marcamos la diferencia. Tener una relación personal y digital con los clientes es muy fácil de decir, pero muy difícil de conseguir porque tienes que organizar todo el banco para que eso funcione. Y a nosotros nos lo reconocen los clientes, que nos han situado como el banco más recomendado por 16 años consecutivos.

P. En remuneración del ahorro, ING ha sido mucho más activo que las grandes entidades. ¿Teme que esto empiece a cambiar y reste atractivo a la oferta de ING? ¿O hay todavía demasiada liquidez en el sector?

R. En 2008, en España había mucho más activo que pasivo, y esta es una situación que se ha dado la vuelta completamente. Ahora está más equilibrado. Por lo tanto, esperamos estabilidad en ese sentido.

P. Con la mejora de ofertas, ¿cuánto ha crecido ING en volumen en España?

R. En volumen de depósitos, estamos creciendo aproximadamente un 10% en los productos de balance y un 20% en los productos de fuera de balance. En un entorno en el que se está reduciendo el ahorro, en ING estamos creciendo.

P. Y sobre el mercado hipotecario, ¿cómo ha evolucionado la cartera del banco?

R. Hay frenazo en el mercado, pero en ING estamos consiguiendo crecer y ganando cuota. Estamos aproximadamente en un 7% y veníamos de un 5% el año pasado. Adaptamos la oferta y lanzamos una hipoteca donde puedes tener un periodo fijo de tres o cinco años y luego ir a variable. Con el escenario de tipos actual, es una oferta muy atractiva para los clientes, porque ahora mismo los tipos están en niveles del 4%, pero se espera que haya una normalización, incluso una bajada. Por tanto, es una buena combinación.

P. Usted es defensor de la hipoteca variable, ahora denostada…

R. Nos ha beneficiado a todos los clientes cuando los tipos estaban muy bajos y hemos pagado mucho menos que la media de otros países europeos. Sigue siendo un producto que, para los distintos ciclos económicos, es muy atractivo para los clientes.

P. Pese a ello, ¿la nueva producción se centra en la hipoteca mixta?

R. Es el producto que más crece. En el tercer trimestre, el 59% fueron mixtas; un 37%, variables, y un 5%, fijas. Aunque en la cartera total, lo que más pesa es la variable.

P. ¿Preocupa la morosidad?

R. Está aguantando mejor de lo previsto, tanto en el sector como en ING, por la fortaleza del empleo. Estamos viendo una tendencia hacia arriba, porque veníamos de mínimos históricos, pero seguimos en niveles muy saludables. Estamos atentos, pero no esperamos un salto significativo.

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