Los ‘unicornios’ españoles quieren ser protagonistas
Las empresas tecnológicas constituyen la asociación EsTech para reivindicar su contribución al crecimiento y ser interlocutores válidos
Las empresas de alto crecimiento con base tecnológica y digital de España han decidido organizarse y sacar pecho ante su cada vez mayor pujanza en el contexto industrial nacional. Bajo la denominación de España Tech (EsTech), estas compañías han constituido una plataforma que funcionará como una confederación empresarial con criterios comunes, caracterizados por modelos corporativos basados en inclusión, diversidad, impacto y modelos de negocio vinculados a la sostenibilidad. Además de dar visibilidad a su contribución a la economía, al medio ambiente y al mercado laboral, el objetivo de estas empresas, la mayoría unicornios (es decir, con una valoración superior a los 1.000 millones de dólares), se centra en promover el desarrollo y liderazgo de un tejido productivo cuya previsión es alcanzar un 40% del PIB español en 2030. Una ambición que se completa con el propósito de acelerar la competitividad y la consolidación del nuevo sistema productivo, el reconocimiento de la nueva economía y a sus líderes empresariales como elementos troncales en el desarrollo y en atraer talento e inversión.
Los promotores de este lobby, caras nuevas que buscan su lugar en la cúspide del universo empresarial español, están convencidos de que les sobran los motivos para sostener estas reivindicaciones. Bajo el paraguas de la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital) y la colaboración de Ascri (Asociación de Capital, Crecimiento e Inversión) y Endeavor (asociación de emprendedores), han esgrimido suficientes argumentos para tener su propia estructura. El principal, defendido por la organización presidida por Ana Maiques, primera ejecutiva y cofundadora de Neuroelectrics, y la presidenta de Adigital, Carina Szpilka, radica en que disponer de un tejido empresarial de base tecnológica y de alto crecimiento resulta estratégico en un contexto global donde la gobernanza de la tecnología y la soberanía europea en estos ámbitos se han fijado como fundamentales.
Bajo esos principios, la nueva organización persigue alcanzar un espacio de representatividad en la política pública institucional y propiciar un diálogo normalizado y recurrente para ayudar a construir un Plan País en colaboración con los agentes públicos y privados. Es decir, convertirse en un interlocutor válido y directo, sin intermediarios, para defender sus intereses y que se cuente con el colectivo a la hora de elaborar las políticas sectoriales. En ese sentido, en el plano de la regulación económica, se está avanzando con la futura ley de start-ups, los fondos Next Tech, la nueva legislación de formación profesional y el paquete de nuevas leyes que promueve la Unión Europea, que exigen estar bien preparados para el desarrollo de empresas de alto crecimiento.
Además, las cifras los avalan. Solo hay que remitirse a los datos. En un periodo de 15 años se han creado más de 400 empresas derivadas de modelos de emprendimiento start-up y, en estos momentos, existen 12 de las conocidas en el lenguaje empresarial como unicornios, todas relevantes por su actividad y cercanía al consumidor: Jobandtalent, Fever, Wallapop, Typeform, Idealista, Glovo, Cabify, Devo, Flywire, Wallbox, eDreams y Travelperk. Existe otro ramillete cercano a recibir el calificativo en breve plazo, como Holaluz, Factorial, Carto, Spotahome y Paack. Además, se ha creado un conjunto de inversores privados consolidados e internacionales como KFund, Kibo o Seaya Ventures, lo que refleja el interés inversor de origen español por el sector.
Las estimaciones de los responsables de este ecosistema elevan a alrededor de 4.300 millones de euros las inversiones en 2021, lo cual representa un crecimiento del 288% respecto al año anterior. Según el informe Scale-Up Spain, las empresas en fase de crecimiento con base tecnológica y generación de empleo (scale-ups) generaron 324.000 empleos en 2020 con una previsión de duplicar esa cifra en 2021.
Otro de los objetivos de este colectivo es acompañar al Ibex 35 en tamaño y representatividad en los próximos años, conformando un tejido de gran empresa altamente innovador y competitivo, según explicó Maiques en su puesta en escena el miércoles en Barcelona. En ese sentido, salvo Holaluz, la rompedora empresa comercializadora eléctrica que cotiza en el índice BME Growth (el antiguo Mercado Alternativo Bursátil, orientado a empresas de reducida capitalización con objetivos de crecimiento), en general el recorrido de financiación de aquellas empresas que quieren pasar de una serie B o C de inversión normalmente se enfoca en ser adquiridas o a salir a Bolsa fuera de España.
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