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Cash Converters trata de superar el efecto Wallapop

La empresa de compraventa de artículos de segunda mano diversifica su negocio con la apuesta por el canal digital y los microcréditos

Tienda de Cash Converters en un centro comercial en el municipio canario de Telde.
Tienda de Cash Converters en un centro comercial en el municipio canario de Telde.ESTEBAN CAMPILLO

Cash Converters, la firma cotizada australiana que nació en 1984 y que hoy gestiona más de 700 tiendas en el mundo, aterrizó en España en 1995 a través de un establecimiento franquiciado en Barcelona. Llegó en una década en la que la compraventa de productos de segunda mano era prácticamente inexistente en nuestro país, lo que los convirtió en actores únicos en este sector. Una situación hegemónica que duró casi 20 años.

En 2000, la red de tiendas (en su mayoría franquicias) pasó a manos 100% españolas, con la sociedad marbellí Inversiones Rolimar como principal accionista, tras la compra del derecho a usar la licencia y la masterfranquicia durante 100 años. Desde este momento, la compañía comenzó una expansión territorial con una apuesta por tiendas propias frente a la franquicia, pese a que este modelo siga teniendo más peso en el cómputo general: 48 establecimientos frente a los 27 en propiedad. “Hasta 2014 vivimos un buen momento al calor de una crisis económica en la que los productos de segunda mano ganaron un papel relevante”, afirma Miguel Giribet, director general de la compañía desde febrero de 2020.

A partir de este año, la hegemonía de Cash Converters se rompió al aparecer en escena Wallapop, la plataforma digital que revolucionó el concepto de compraventa de artículos de segunda mano. “Invirtió mucho, se posicionó y en 2015 implosionó con fuerza en el mercado. Fue un momento complejo para nosotros porque las operaciones sufrieron un importante descenso. Una situación que nos sirvió para abrir los ojos y comprobar que había que dar el salto al mundo digital”, asegura el directivo. En 2015 lanzaron la tienda por internet, que el año pasado concentró el 25% de las ventas y que se prevé que en este ronde el 22%, frente al 78% de la tienda física.

Pero 2014 también fue el año en el que la compañía diversificó y entró en el mercado de los microcréditos al consumo de la mano de Dineo, una empresa de préstamos de dinero rápido independiente del grupo. “Aprovechamos nuestra presencia en toda España para ofrecer estos microcréditos en las tiendas”, explica Giribet. Esta actividad supondrá entre un 20% y un 25% de la facturación de la empresa en 2021 tras mantener un crecimiento sostenido los últimos tres.

Subidas y bajadas

Sin cifras de ventas comunicadas por la empresa, según los datos publicados por Informa, la facturación de Cash Converters fue de 58,4 millones de euros en 2019, un 2% más que el año anterior. Esta cifra se ha visto afectada en 2020 por los cierres y restricciones de la crisis sanitaria, con una caída del 16% entre España y Portugal. “Fue un año complicado y, aunque hemos sufrido, lo hemos hecho en menor medida que la media del retail. Lo que perdimos en tienda física lo recuperamos a través de la venta online”, dice Giribet. Venta esta última que, “aunque no alcanzó las cifras que nos hubieran gustado, tuvo picos de aumento del 55%. El resultado final ha sido un alza anual del 10% respecto a 2019″, confirma.

Pese a esta caída en el comercio físico, la empresa, que da empleo directo a 550 trabajadores, a los que se suman 500 que trabajan en las tiendas franquiciadas, no ha cerrado ningún establecimiento, ni aquí ni en Portugal, donde gestiona 6 en propiedad. “Son tiendas de barrio que dinamizan la economía circular de las comunidades y en las que trabajan una media de 10 o 12 personas”, comenta. Una vía de negocio que se sustenta en la comisión de venta que asume Cash Converters, de entre el 20% y el 40% del precio de los productos, y por la que siguen apostando, aunque de momento no contemplen nuevas aperturas. “Es tiempo de consolidar la red que tenemos y de adaptarla al nuevo cliente, a sus necesidades y a productos diferentes”, afirma Giribet. Cambios que se reflejan en la compra de producto por parte de los clientes que, según el directivo, aunque no ha variado mucho en categorías, sí lo ha hecho en la demanda de artícu­los de más valor añadido. “Antes se vendían muchas planchas por 15 o 20 euros. Ahora se venden más Thermomix, productos más cualitativos”, añade.

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