Europa no necesita un futuro, necesita tres
Un buen negocio medioambiental. Un buen negocio social. Un buen negocioeconómico. Si alguien puede, y necesita, conseguir esa canasta triple es Europa con su forma de entender la innovación sostenible
¿Cuántas veces ha leído o escuchado el ciudadano razonablemente informado las palabras “innovación” y “sostenibilidad”? Cientos, seguro.
Como dice la compañía Salesforce, a fuerza de repetirlas corren el riesgo de convertirse en un término comodín con significado impreciso. Por ejemplo cuando se usa innovación con el sentido de novedad en general, en vez de solución inédita para un problema concreto.
Lo mismo ocurre con “sostenibilidad”, generalmente interpretada en su componente medioambiental o social cuando también implica el económico para financiar la propia transición sostenible. En su versión ideal, sería un círculo virtuoso. Y un imán de capitales: según PwC, entre un 41% y un 57% de los fondos de inversión europeos se gestionarán con criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en 2025.
Soberanía tecnológica de Europa
Este artículo intenta precisar los conceptos explicando el mecanismo que convierte la innovación sostenible en un factor decisivo para la industria 4.0 camino de la 5.0, especialmente en Europa frente a sus competidores asiáticos y norteamericanos. Más aún cuando al viejo continente le estalla en la cara su dependencia energética, que podría replicarse en la dependencia de componentes tecnológicos como sucede con los microchips.
Somos capaces, ¡muy capaces! de producir por ejemplo sensores y chips de máxima calidad y máxima eficienciaDiego E. Galetti, CMO y cofundador de IMHOIT
Diego E. Galetti, CMO y cofundador junto con Julio Botto de IMHOIT, señala que la industria 4.0 implica una revolución cuya dimensión total nos cuesta entender porque la vivimos desde dentro, en tiempo real. El debate sobre la soberanía energética debería ampliarse, en su opinión, con la misma urgencia a la soberanía tecnológica europea —”Somos capaces, ¡muy capaces! de producir por ejemplo sensores y chips de máxima calidad y máxima eficiencia”—, mediante la inversión en innovaciones digitales capaces además de contrarrestar la amenaza climática.
Para el delegado especial del Estado en el Consorci de la Zona Franca de Barcelona, Pere Navarro, se trata de aprovechar una gran oportunidad —la transformación digital acelerada por la pandemia— para enfrentar una gran necesidad: la lucha contra el calentamiento global sin renunciar al progreso económico. “La innovación —añade Navarro— es fundamental para que los diferentes sectores económicos se anticipen a esas nuevas necesidades sociales con soluciones mucho más sostenibles, por eso ambos conceptos están totalmente relacionados”.
La innovación es fundamental para que los diferentes sectores económicos se anticipen a la lucha contra el calentamiento global sin renunciar al progreso económico con soluciones mucho más sostenibles, por eso ambos conceptos están totalmente relacionadosPere Navarro, delegado especial del Estado en el Consorci de la Zona Franca de Barcelona
¿En qué se funda esa relación íntima?
En la eficiencia en sentido amplio: de capacidad de adaptación, de acierto en las decisiones, de procesos industriales y de consumo de recursos y energía para producir lo mismo, o más, con mucho menos. A su vez, dicha optimización depende del control del dato para convertir la información en conocimiento y el conocimiento en la innovación capaz de optimizar. De nuevo el círculo virtuoso.
Galetti insiste en contagiar a todas las empresas la prioridad de contar con datos fiables. “En nuestro sector estamos aún en un proceso de evangelización. Confiar al 100% en los datos que recaban los sensores de una fábrica, de un buque o de una potabilizadora supone un valor diferencial”.
“La innovación tecnológica y sostenible es el motor para descubrir nuevos modos de simplificar y automatizar procesos, desarrollar nuevos modelos de conectividad y optimizar el uso de recursos”, explica Víctor Giné, CEO de Oryon Universal, que respalda a startups en sus primeros y vulnerables pasos. “El análisis de grandes volúmenes de datos permite una revolución muy intensa para diseñar un futuro más sostenible y, por lo tanto, eficiente”.
La innovación tecnológica y sostenible es el motor para descubrir nuevos modos de simplificar y automatizar procesos, desarrollar nuevos modelos de conectividad y optimizar el uso de recursosVíctor Giné, CEO de Oryon Universal
Semejante obsesión por la eficiencia rige en todos los sectores. Por ejemplo en la ciencia de materiales donde compite la multinacional Dow. Para Ignasi Cañagueral — director del Complejo Industrial de Dow en Tarragona y del Hub de Operaciones en el Sur de Europa—, validar avances en la huella de carbono, la fórmula más sostenible de un producto o cualquier otro parámetro industrial necesita “la transferencia eficiente de datos con contexto y genealogía”. Se trata de integrar los datos necesarios en toda la cadena de valor para tomar las decisiones importantes a partir de ellos. “Hablamos de un hilo digital —apunta el directivo— que conecte las materias primas con las transformaciones en fábrica, cadenas de suministro, transporte, uso y en la disposición ulterior de cada producto al final de su vida útil”.
De la cuna a la cuna
Esa economía circular madura se está convirtiendo en un sector emergente a partir de modelos como Cradle to Cradle (C2C, de la cuna a la cuna), que no aspira a reducir la producción o el consumo —es decir, decrecer mientras otras regiones competidoras son alérgicas a tal escenario— sino a usar materiales y componentes reutilizables de forma masiva.
Eco Intelligent Growth (EIG), consultora especializada en C2C, explica que ese nuevo modelo de negocio descansa en la transparencia, trazabilidad, custodia y procesamiento del flujo informativo. “En el detalle y la gestión de la complejidad está la auténtica transformación circular y el potencial de la sostenibilidad real”, explica Ignasi Cubiñá, presidente de EIG y CIO del Grupo Construcía, que integra a Eco Intelligent Growth.
Se necesita la transferencia eficiente de datos con contexto y genealogía, un hilo digital que conecte las materias primas con las transformaciones en fábrica, cadenas de suministro, transporte, uso y en la disposición ulterior de cada producto al final de su vida útilIgnasi Cañagueral, director del Complejo Industrial de Dow en Tarragona y del Hub de Operaciones en el Sur de Europa
El control del dato fortalece la relación proveedor/cliente en una especie de gestión compartida o causa común: “La trazabilidad unitaria apoyada en tecnologías como internet de las cosas o inteligencia artificial está cambiando radicalmente los procesos y procedimientos”, sostiene Pere Girbau, CEO de la líder en lavandería industrial Girbau. “En nuestro caso, nos permite optimizar programas, consumos y prácticas propios y de clientes para reducir consumos de energía y agua y por lo tanto mejorar la competitividad”, lo que puede o debe traducirse “en reinversión para crear valor”. Pero el CEO advierte de que digitalización y automatización no garantizan resultados automáticos. “En este punto hay que ser especialmente prudentes y pragmáticos ya que los gastos pueden aumentar, no toda innovación conlleva rentabilidad”.
Visión social del negocio
No solo importa la rentabilidad monetaria de una innovación bien entendida, opina Cubiñá, también factores emocionales como la confianza que genera entre empresas y consumidores o su estímulo al cambio de mentalidad. Para el directivo, esa visión más social de la innovación sostenible constituye un atributo europeo y, lejos de suponer una debilidad frente a Asia o EE UU, implica una oportunidad de beneficios no solo económicos sino ecológicos y humanos. Lo denomina “estrategia del triple balance”.
Víctor Giné va más lejos, considera que ese triángulo rentable “abre el único camino para el crecimiento y el progreso de España y la Unión. Es posible que Europa haya perdido la batalla del liderazgo digital, pero la industria 4.0 ofrece una nueva oportunidad” donde la innovación autóctona podría contrarrestar ventajas como la fuerza laboral asiática.
“Aquel que no avanza, retrocede”, tercia Galetti. El directivo apuesta por la unión de la Unión y la financiación con puntería, es decir, una estrategia europea en bloque apoyada en fondos como los Next Generation. ¿En qué partidas? “Necesitamos más empresas tecnológicas, más supercomputadores y aumentar la potencia de los actuales, más profesionales y saber usar de manera responsable la tecnología, igual que otros recursos”. “Si en España no tenemos la firme decisión de invertir, pensar y ejecutar proyectos novedosos… bueno, otros lo harán. Y rápido”.
Cinco modelos de innovación verde
IMHOIT. Encriptación y firma digital de datos de sensores propios o de terceros, en un plan IoT alineado con “el modelo de triple impacto social, ambiental y económico”. Reivindica la soberanía tecnológica europea para superar la dependencia de unos sensores chinos que califica de “caja negra” porque no permiten acceder a su código. ¿Qué hace en esos casos? Extirpa el software original y lo reemplaza por uno transparente y configurable para saber exactamente cómo y dónde se manipulan los datos del cliente.
Dow. Especialista en ciencia de materiales para la industria como resinas de polietileno o filmes plásticos, con más de un 85% de proyectos enfocados a la innovación sostenible y el objetivo de cero emisiones en 2050. A partir del análisis avanzado de datos, desarrolla tecnologías como el craqueo eléctrico (ruptura de moléculas en compuestos más simples), la deshidrogenación y nuevos materiales reciclables.
Oryon Universal. La innovación de esta firma inversora comienza con su propio modelo de negocio: la consolidación de startups desde la asesoría legal a la estrategia tecnológica, las alianzas con grandes compañías o facilitar la financiación pública y privada. Un ejemplo de startup participada es DoGood People y su sistema de evaluación del impacto ESG en otras compañías. De momento ha permitido ahorrar más de 740.000 litros de agua y más de 6.000 kilovatios, evitar la emisión de más de 19.000 kilos de CO₂ y reciclar casi tres toneladas de residuos.
Consorci de la Zona Franca de Barcelona. Contribuye a la innovación desde la infraestructura y el estímulo directo a gran escala:
- DFactory Barcelona, el principal nodo de industria 4.0 en el sur de Europa, que consolida empresas —de fotónica, inteligencia artificial, robótica, ciberseguridad o realidad aumentada, entre otras especialidades— al facilitar negocios reales mediante la colaboración mutua, además de atraer talento e inversiones públicas y privadas.
- La primera incubadora de impresión 3D en Europa. ¿Por qué la 3D? Permite la fabricación a la carta, en tiradas pequeñas y personalizadas pero rentables, cerca del consumo o la aplicación de sus productos con el consiguiente ahorro de material y energía, además de ayudar a la reindustrialización y la soberanía económica de España y Europa.