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La industria y la logística como prolongación del ecosistema urbano

Convertir los espacios de comercio e intercambio de mercancías en entornos que se integren en el tejido de la ciudad es el objetivo de Consorci Zona Franca de Barcelona, que promueve para ello los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y facilita la innovación de las empresas

Las zonas francas han dejado de ser islotes aislados para integrarse en el ecosistema de las ciudades.
Las zonas francas han dejado de ser islotes aislados para integrarse en el ecosistema de las ciudades.

Ya quedan pocos polígonos industriales alejados y desconectados de las ciudades. Como consecuencia, las zonas francas –siete en España- también han dejado de concebirse como islotes o paréntesis ajenos al entorno urbano, gracias a la transformación radical que viven en los últimos tiempos. “Acelerada, más aún, por estos dos años en los que la pandemia ha obligado a todos los sectores a reinventarse y desarrollarse digitalmente con mayor rapidez. Y esto incluye a nuestra actividad económica principal, la logística y la industria”, comenta Blanca Sorigué, directora general del Consorci de la Zona Franca de Barcelona, CZFB desde enero de 2018; un nombramiento que, como ella misma reconoce al ser la primera mujer en el cargo, “evidencia nuestra intención de ser referentes en el sector, sobre todo en la implementación de los ODS en lo logístico, industrial y empresarial a nivel europeo y mundial”.

“Objetivos de desarrollo sostenible que queremos convertir en realidades y en los que nos esforzamos día a día. Todos ellos son importantes para nosotros, aunque con el amplio abanico de acciones puesto en marcha hemos priorizado ocho: la igualdad de género; el trabajo decente y el crecimiento económico; la educación de calidad; la industria; la innovación e infraestructuras; la acción por el clima; la sostenibilidad; la energía asequible y no contaminante, así como las alianzas para cumplir los objetivos”, concreta Pere Navarro, delegado especial del Estado en el Consorci de la Zona Franca de Barcelona.

De constituir un gran número de hectáreas de solares, la Zona Franca de Barcelona ha pasado a quedar integrada en el nuevo barrio de La Marina, con conexión con el centro urbano

Un cambio de rumbo que tuvo su punto de inflexión en 2019 y que permite hablar de un antes y un después de la CZFB en la trayectoria de la entidad. De constituir un gran número de hectáreas de solares en un extremo de la ciudad (entre Monjuic, ronda Litoral y la Fira de la Gran Vía) a quedar integrado en el nuevo barrio de La Marina, ya con total conexión con el centro urbano. Además, ese mismo año, se aprobaron el Plan General Metropolitano y de Infraestructuras hasta 2036. Por consiguiente, una transformación tanto de forma como de fondo; sin perder nunca de vista su misión de atraer inversores a través de sus incentivos especiales y ventajas a la hora de emprender, desde la simplificación de trámites a impuestos diferidos o almacenaje de mercancías.

Soluciones de futuro

Así, se mantiene su objetivo original, pero este ha dejado de ser el único. “Desde el punto de vista de la industria tenemos clara la dirección que hemos adoptado: un camino hacia la sostenibilidad donde se ayude a las empresas a dar el salto en soluciones que contribuyan a un futuro mejor, aparte de fomentar la innovación y la captación de talento”, detalla Navarro. En este propósito, considera que les distingue “el compromiso de llevar una buena práctica de RSC y predicar con el ejemplo” en la implementación de las políticas mencionadas. Otro de los valores que destacan desde la dirección de la entidad, es la transparencia en los procesos y en la cadena de suministros. Un empeño que, en sentido simbólico, encuentra su mejor representación en que lo que denominan “la fábrica del siglo XXI”, el edificio de DFactory Barcelona. “Algo que hemos hecho con la intención de dar visibilidad a todas las tecnologías 4.0, desdibujar barreras entre las empresas del ecosistema y disponer de un acceso compartido entre espacios”, explica el delegado especial de CZFB.

Facilitar la digitalización es una herramienta para potenciar la economía circular y la transición ecológica.
Facilitar la digitalización es una herramienta para potenciar la economía circular y la transición ecológica.

Precisamente, liderar el desarrollo de la industria 4.0 más alla de las fronteras nacionales, es lo que persiguen con el proyecto DFactory Barcelona, un nodo orientado a promover el desarrollo de la industria digital en Europa. Un propósito alineado con los ODS de la Agenda 2030 al apostar y facilitar la digitalización como palanca clave para la transición ecológica y potenciar la economía circular adoptando nuevos sistemas productivos y manufactura avanzada. EcoCircularZF enlaza con dicha visión, por tratarse de una iniciativa que trata de estimular la colaboración entre empresas para aprovechar mejor los recursos y contribuir a la eficiencia de los residuos generados. “Hoy en día es imprescindible que pongamos en marcha prácticas destinadas a facilitar la creación de canales de recogida selectiva de residuos originados por la actividad productiva o el consumo. Como queda claro con el papel esencial que juega ahora la logística inversa”, opina la directora del CZFB, además de ser la representante del mismo en la junta directiva de la Asociación Mundial de Zonas Francas (WFZO) y de la Asociación de Zonas Francas de las Américas (AFZA).

Blanca Sorigué pone cara con su propio ejemplo a esa mayor presencia de la mujer en el sector de empresa e industria. No en vano, ya se ha celebrado la primera edición del Barcelona Woman Acceleration Week, BWAW, un evento híbrido creado por el CZFB en colaboración con la Fundación Incyde de las Cámaras de Comercio de España.Y no es la única iniciativa pionera en este sentido: también se ha creado el Consejo de la Mujer, un organismo consultivo y de concertación para empoderar al colectivo femenino en el ámbito industrial, favorecer la perspectiva de género y la equiparación de derechos.

El proyecto Dfactory Barcelona persigue liderar el desarrollo de la industria 4.0 en Europa

De esta manera, han sido muchos los pasos dados para continuar en el avance de esta nueva cultura industrial. Ser la puerta de entrada del sur de Europa, sin duda, contribuye a esta RSC inédita hasta el momento, que ha erigido al CZFB como referencia.

Ventana al mundo

Es el evento más internacional de los muchos impulsados por el Consorci de la Zona Franca. Barcelona New Economy Week, BNEW, es una invitación a otras organizaciones y empresas para adentrarse en la nueva economía. “Una convocatoria que ha creado un precedente en el sector y en el que hemos querido que aspectos como la sostenibilidad y el talento tengan un vertical propio”, subraya Pere Navarro, su delegado especial del Estado. Su segunda edición se celebró el mes pasado, del 5 al 8 de octubre, con unos números que evidencian su éxito: al menos 12.000 participantes online, 3.000 asistentes físicos y 33.000 visualizaciones contabilizadas. Lo que constata, que el formato híbrido, derivado de la pandemia funciona y se consolida.

“BNEW nació con el fin de conectar a personas de todo el mundo y de toda actividad en un momento complicado a nivel global. Con ese punto de partida ha creado soluciones que permitirán aportar valor añadido a cualquier evento”, comenta Blanca Sorigué, directora de CZFB. Su triple componente de digitalización, compromiso e internacionalización, se entrelaza con los tres ejes presentados ya en su memoria corporativa de 2019: generar negocio, innovar y ser sostenibles; todo ello en aras de convertirse en motor económico no solo de Barcelona y Cataluña, sino en fábrica de oportunidades que no sabe de fronteras.

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