El repunte de precios turísticos nacionales duplica a los internacionales desde la crisis inflacionaria
Los viajes organizados en el territorio español crecen un 30% desde 2022, mientras que las salidas al extranjero solo se han encarecido un 12%
Desde que la crisis inflacionaria golpeó a la economía española en 2022, el sector turístico ha gozado de veranos calurosos, no solo por las altas temperaturas. En estos dos años el sector ha incrementado con fuerza sus precios, aprovechando una época de vacaciones vertiginosas en las que la población se ha vengado de las excursiones que se perdió durante la pandemia. Y aunque España se aproxima a batir un nuevo récord en llegadas de turistas extranjeros — las previsiones del sector son que alcance los 95 millones de visitantes en 2024—, no es en este ámbito, sino en el nacional donde más se ha notado el repunte de las tarifas. En concreto, los paquetes turísticos y vuelos para viajar por el territorio han duplicado el repunte registrado por sus equivalentes en destinos fuera de España, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Los viajes todo incluido y tours por el país se han encarecido un 30% desde julio de 2022, mientras que los paquetes internacionales solo han subido un 12% en el mismo periodo. En el caso del sector aéreo, la diferencia es incluso más marcada, pues los destinos locales han subido un 13%, mientras que los vuelos al extranjero se han abaratado un 6%, de acuerdo con las cifras del Índice de Precios al Consumo (IPC). En consecuencia, este año las familias se han encontrado con que tomar el sol una semana en alguna playa española, incluso podía superar el presupuesto de otros destinos transfronterizos.
El crecimiento refleja, según los analistas, un cambio significativo en las preferencias de viaje de los hogares españoles, que, tras varios años de restricciones y cambios en los hábitos de consumo debido a la pandemia, parecen estar redescubriendo la oferta doméstica. “Ha habido un desvío en los intereses de la población. Mientras que tradicionalmente las vacaciones en el extranjero habían sido una opción popular, ahora muchos quieren explorar su propio país. En consecuencia, los precios turísticos nacionales se han encarecido por la presión de la demanda”, explica Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas.
José Serrano, profesor de la Universidad Europea, añade que el incremento de los costes operativos ha ejercido presión en el sector y eso se ha extrapolado al consumidor. No obstante, admite que el aumento de la demanda interna ha permitido el encarecimiento de los servicios. “Otros países han optado por mantener precios o incluso reducirlos en un intento por ser más competitivos y atraer a más turistas. Estos destinos no han tenido una recuperación tan buena como España; sin embargo, aquí, viendo las tasas récord registradas este año, se entiende que el sector adopte estrategias más agresivas para maximizar los ingresos en el mercado nacional”, añade.
Pese a que fuentes del sector discrepan de los datos proporcionados por el INE, tanto asociaciones como economistas coinciden en que las cifras se ajustan a la realidad. “Nosotros vemos un encarecimiento significativo en todos los servicios relacionados con el turismo y que haya voces que cuestionen estos datos es habitual porque no les viene bien, pero no vemos motivos para dudar de ellos cuando en su momento también recogieron la caída de precios que hubo como consecuencia de la covid”, asegura Enrique García, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Los expertos del sector turístico coinciden en que las ofertas locales se han adaptado a los intereses de los consumidores, ofreciendo experiencias auténticas y personalizadas que atraen tanto a los turistas locales como a los extranjeros. En consecuencia, los paquetes turísticos nacionales han pasado de estar por debajo de los 100 puntos del nivel base marcado por el índice de precios durante la pandemia, a alcanzar los 172 puntos en la actualidad, un máximo histórico. Este salto cuantifica una recuperación robusta que supera con creces las previsiones de los analistas.
Estacionalidad
El mayor repunte tiene un marcado carácter estacional. Los meses de verano, tradicionalmente los más concurridos por la afluencia de turistas nacionales y extranjeros, han sido los principales motores de este aumento. Durante este periodo, las tarifas tienden a dispararse debido a la alta demanda de alojamientos, vuelos y otros servicios turísticos. Los empresarios del sector aprovechan esta temporada para ajustar los precios al alza, maximizando sus ingresos en un corto espacio de tiempo y compensando posibles pérdidas de otras épocas del año con menor ocupación. Por ejemplo, este año los paquetes turísticos nacionales pasaron de caer un 7,6% en abril a subir un 5,8% en mayo, y a partir de ahí, dispararse a cifras de dos dígitos en junio y julio, según el INE. Además, hay una variación de precios de acuerdo con la zona visitada. Mientras que los servicios de alojamiento han subido un 22% en lo que va de año a nivel nacional, en Baleares el incremento roza el 100%, mientras que en Las Palmas apenas alcanza el 3,3%.
En una comparativa internacional, los datos proporcionados por SiteMinder muestran fuertes repuntes en los precios hoteleros en los últimos dos años. De 2022 a 2023, la tarifa media diaria subió de 179 euros a 195 euros, lo que representa un aumento del 9,07%. Y en lo que va de este año el incremento ha sido del 5%, alcanzando los 204 euros de media. En Portugal las cifras son menores, sobre todo en este verano: la tasa apenas ha repuntado un 1,8%, con un coste medio por habitación de 191 euros.
La evolución al alza ha llevado a los consumidores a ser más cautelosos con sus decisiones de gasto, priorizando viajes más asequibles y que ofrezcan un mayor control sobre sus finanzas. “Nos encantan las playas de la Costa Brava, pero este verano nos hemos decidido por Croacia porque nos salía un poco más barato”, comenta Javier López, un padre de familia de Valencia, que cuenta con resignación su sorpresa al encontrarse esta similitud de precios. Si estos siguen aumentando sin que haya una mejora proporcional en la calidad de los servicios, Serrano cree que podría disminuir el nivel de satisfacción de los turistas. “En la era de reputación y la marca, el país no se puede permitir esto, así que eventualmente las tarifas tendrán que ajustarse si queremos seguir siendo competitivos”, recalca. De acuerdo con los expertos, a medida que el sector sigue adaptándose a la nueva demanda, la clave para mantener este crecimiento será equilibrar la calidad con la asequibilidad para evitar que los hogares españoles busquen opciones en el extranjero.
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