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Los costes de la reconstrucción de Ucrania ascienden ya a casi 450.000 millones de euros

El Banco Mundial estima que solo este año Kiev necesita 15.000 millones de la comunidad internacional

Inundaciones en Jersón, en el sur de Ucrania, tras la destrucción de la presa de Kajovka en junio de 2023.
Inundaciones en Jersón, en el sur de Ucrania, tras la destrucción de la presa de Kajovka en junio de 2023.Europa Press/Contacto/Nicolas Cleuet (Europa Press/Contacto/Nicolas Cl)
Lluís Pellicer

Ucrania lleva casi dos años en guerra. Y pese a que la máxima prioridad es la paz, las instituciones internacionales piensan también en el día después. La reconstrucción del país es más cara cada día que pasa. El Banco Mundial calcula que Kiev necesitará 486.000 millones de dólares (unos 447.000 millones de euros) en la próxima década para rehacer infraestructuras, servicios públicos o viviendas. Según un informe del organismo difundido este jueves, esa cantidad es 75.000 millones de dólares superior a la que se estimó hace solo un año. Es decir, la guerra está costando más de 200 millones diarios. El documento, elaborado también por el Gobierno de Ucrania y la Comisión Europea, señala que el país precisará 15.000 millones de euros solo en 2024, de los cuales solo tiene garantizados 5.500 por sus socios internacionales.

Los ataques de Rusia en Ucrania han provocado miles de víctimas militares y civiles, casi seis millones de desplazados en Europa y han supuesto un aumento del desempleo y la pobreza en el país. La actividad económica cotidiana ha quedado gravemente tocada después de que los ataques rusos hayan destruido infraestructuras, servicios públicos clave y alrededor del 10% del parque de vivienda, según las estimaciones de los tres organismos. De ahí que el salvavidas financiero de la UE de 50.000 millones de euros, que peligró por la oposición del húngaro Viktor Orbán, fuera clave para el gobierno de Volodímir Zelenski, que además precisa de hallar más de 37.000 millones de financiación externa para ejecutar sus presupuestos de 2024.

Las instituciones internacionales, como el FMI y el Banco Mundial, vienen insistiendo en que la reconstrucción de Urania solo es posible con la ayuda de la comunidad internacional. Máxime cuando la factura no hace sino subir. Hasta ahora, los daños directos ocasionados por los dos años de ataques rusos ascienden a 152.000 millones de euros. De estos, 97.000 millones se generaron durante los tres primeros meses de ataques, lo cual indica la devastación masiva que conllevó el arranque de los ataques rusos. Ese cálculo total engloba sobre todo daños en vivienda, transporte, comercio, industria, energía, agricultura, que el informe señala como los sectores más afectados. Y en especial en las regiones de Donetska, Kharkivska, Lujanska, Zaporiyia, Khersonska y Kyivska.

El desfase entre la factura de las infraestructuras destruidas y el precio de la reconstrucción se debe también a la degradación que la guerra está suponiendo para algunas instalaciones. Además, el coste se extiende más allá de los servicios que han quedado maltrechos. El informe pone el ejemplo de la destrucción de la presa y la central hidroeléctrica de Kajovka, cuyos estragos provocaron un “impacto incalculable” en el medio ambiente y “amplificó los retos de “acceso a la vivienda, el agua, la comida y los servicios públicos” para la población, entre otros. Pero también se recogen graves golpes a puertos estratégicos y ataques cibernéticos y por drones a infraestructuras críticas. Aun así, el informe ha tratado de excluir del monto final todas aquellas partidas que ya están cubiertas por los presupuestos nacionales o bien por ayudas que han podido ser atadas con aliados internacionales.

Los 486.000 millones de dólares que se estima que van a necesitarse en diez años, según en Banco Mundial, incluyen medidas para que los nuevos equipamientos estén ya adaptados a los objetivos climáticos. La mayor partida (17% del total) deberá ser la destinada a vivienda, seguida de transporte (15%), comercio e industria (14%), agricultura (12%), energía (10%), protección social (9%) y la gestión de los peligros asociados con explosivos (7%). A todo ello se une un gasto de 11.000 millones en gestionar y retirar los escombros que han provocado los ataques rusos.

Antonella Bassani, vicepresidenta del Banco Mundial para Europa y Asia Central, ha afirmado a través de un comunicado que la institución está “profundamente comprometida a trabajar con ellos [el gobierno ucranio] para asegurar un futuro mejor”. De hecho, los grandes bancos multilaterales están llamados a jugar un papel destacado en Ucrania. No solo en la reconstrucción. Bruselas pedía recientemente al Banco Europeo de Inversiones (BEI), presidido por Nadia Calviño, un mayor esfuerzo en sus préstamos para defensa, con la mirada puesta en el apoyo militar de la UE a Ucrania, que va por detrás de sus promesas de envío de armamento y municiones.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.
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