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El gas y los derechos de CO₂, en mínimos de 2023, reducen la factura de la luz

Las ofertas de los ciclos combinados, que marcan el precio de la electricidad en muchos tramos horarios, son un 30% menores que a principios de 2023

La central de ciclo combinado del Besós, en una imagen de archivo.
La central de ciclo combinado del Besós, en una imagen de archivo.
Ignacio Fariza

Los factores que provocaron el año pasado el mayor estallido de precios de la luz desde que hay registros, operan hoy en sentido contrario. El gas natural, que en agosto de 2022 llegó a cotizar en 350 euros por megavatio hora (MWh), cae este martes por debajo de los 40 euros en el mercado comunitario, quedando a un paso de los mínimos del año. Y los derechos de emisión de dióxido de carbono (CO₂), los que tienen que comprar —entre otros— los titulares de centrales eléctricas de gas y carbón rondan los 70 euros por tonelada. De nuevo, su nivel más bajo en más de 2023 y 30 euros menos que a principios de año.

La conexión entre la cotización del gas natural y de los derechos de CO₂ con lo que se paga por la electricidad en el mercado mayorista es directa: los ciclos combinados, en los que se quema este combustible para obtener electricidad, están ofertando a un precio alrededor de un 30% más bajo que a principios de año, según los cálculos de Francisco Valverde, uno de los analistas independientes que hace un seguimiento más estrecho de la actualidad en el sector eléctrico. Esta caída no se circunscribe únicamente a la fracción de electricidad que se genera con gas (el 15% en lo que va de noviembre, si se suma la cogeneración), sino que arrastra a la baja todo el mercado: muchas centrales hidráulicas regulables, por ejemplo, ofertan al mismo precio que los ciclos combinados.

“El mercado mayorista de la luz es caro o es barato, básicamente, en función de lo que ocurra con lo fósil. Es el factor que más influye: si su precio baja, todo el mercado mayorista cae”, apunta Valverde por teléfono. “Así que, salvo en picos de producción renovable, como en varios momentos de noviembre, cuando hubo agua y viento, el gas es básicamente lo que mueve el mercado”.

El tercer factor que invita a pensar en un mercado más tranquilo en las próximas semanas es el mejor tono de las reservas hídricas para generación de electricidad, tras las lluvias del otoño en la zona noroeste. Después de un prolongado periodo de sequía, que aún persiste en varias zonas de España, el agua acumulada en embalses de uso hidroeléctrico está incluso por encima de la media de la última década.

La tendencia a la baja en el precio de la luz es particularmente clara en España y Portugal, donde la alta penetración de renovables (agua, viento, sol) contribuye a esta moderación. Pero también en otros países, como Alemania, donde los futuros de la electricidad para el año que viene rondan los 100 euros por MWh por primera vez desde el inicio de la crisis energética. En España están incluso por debajo de los 90 euros, tras un noviembre que ha sido el más barato en casi tres años y también el de menores emisiones de la historia del sistema eléctrico español.

“Las señales de corto plazo que están dando el mercado de gas a corto plazo son muy buenas. Entre otras cosas, porque estamos en pleno invierno, cuando mayor es el consumo”, valora Pedro Cantuel, analista de Ignis Energía. Este comportamiento, notablemente mejor de lo augurado hace solo unos meses, no solo se está trasladando a la factura eléctrica en el mercado regulado [también conocido como PVPC, en el que están uno de cada tres hogares], sino que ya está favoreciendo a las industrias y las empresas consumidoras de gas, que ya están viendo revisiones a la baja en su factura. “Al margen del mercado gasista, lo fundamental en los próximos meses es que siga habiendo mucha disponibilidad de generación con agua en los embalses”, añade Cantuel.

La bajada en el precio de los derechos de CO₂ responde, sobre todo, a la menor demanda del sector eléctrico, cuyas emisiones acumulan en 2023 una caída cercana al 20% respecto al año precedente ante el empuje renovable y la menor demanda industrial, según los datos de Nicolas Girod, confundador de la firma de análisis ClearBlue. “Además, parte de la financiación europea para el fondo europeo de recuperación procederá de la subasta de nuevos derechos”, explica. Y más derechos en circulación significa cotizaciones algo menores.

El último factor detrás de la reciente desinflación en los derechos de CO2 es, a juicio de Girod, la especulación de los inversores. “Aunque escuchamos muy a menudo que tienden a apretar el mercado [haciendo subir el precio], ahora está sucediendo justo lo contrario: los fondos de inversión tienen posiciones cortas por alrededor de 33 millones de toneladas y eso está acelerando la caída”, expone por correo electrónico.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.
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