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El consumo alimentario se recupera, pero no llega a los niveles prepandemia

En 2022 la demanda de productos de alimentación cayó un 7,1%, pero el gasto total se elevó un 2,7%

Caja de pago de un supermercado.
Caja de pago de un supermercado.SOPA Images (SOPA Images/LightRocket via Getty)

El consumo alimentario en España en 2022 registró una recuperación en volumen y gasto sobre las cifras del año anterior, según los datos elaborados por el Ministerio de Agricultura en su informe anual, presentado este jueves. Sin embargo, a pesar de esa recuperación, las cifras siguen estando por debajo de los niveles prepandemia donde, consecuencia del confinamiento, se modificaron los hábitos de consumo con una mayor demanda en los hogares y caídas en la restauración. El conjunto de la demanda de los productos alimentarios en 2022 ascendió a 30.946 millones de kilos o litros, lo que supone un 7,1% menos que el año anterior y un 8,1% menos que en 2019. En valor, el gasto se elevó a 107.780 millones de euros, lo que supone un 2,7% más que en 2021 y un 1,1% más que en 2019.

En el volumen de la demanda alimentaria en 2022, el 87,2% correspondió al consumo doméstico, con un gasto alimentario de 26.987 millones de kilos o litros, lo que supone un 8,8% menos que en 2021 y un 5,9% menos que en 2019. A pesar del fuerte ajuste en la demanda, el ministro de Agricultura, Luis Planas, ha apuntado que el incremento de los precios ha hecho que el gasto ascendiese a 73.893 millones de euros, solo un 0,9% menos que en 2021 y un 6,3% más que en 2019.

Fuera de los hogares, el volumen de la alimentación ascendió a 3.959 millones de unidades —de kilos o litros— con un aumento del 6,1% sobre 2021, pero por debajo aún en un 21,1% de los niveles de 2019. En valor, el gasto en alimentación fuera de los hogares ascendió a 33.887 millones de euros, un 11,5% por encima de 2021, pero un 8,8% menos que en 2019.

Consumo per cápita

Por cabeza, la demanda en volumen se situó en 698,5 kilos o litros frente a las 747,7 unidades del año anterior y las 786 unidades de 2020. De ese volumen, el consumo en los hogares se situó en 583 unidades frente a las 639 unidades del año anterior y a las 689 de 2020. En el caso del consumo fuera del hogar, en 2022 el mismo fue de 115 unidades frente a las 108 de 2021 y a las 148 de 2019.

El gasto per cápita en 2022 fue de 2.582 euros, frente a los 2.494 del año anterior y los 2.600 de 2019. De esa cifra, 984 correspondieron a gasto fuera de los hogares, frente a los 884 euros de 2021 y a los 1.095 de 2019. En la parte contraria, los hogares se gastaron 1.597 euros de media por persona, una cifra muy cercana a los 1.610 euros del año anterior.

En lo que respecta a los canales de compra, Planas ha destacado el mantenimiento del peso de los supermercados, con un 49,5 de la cuota de mercado. Por otro lado, el ministro ha destacado la estabilidad de las tiendas tradicionales, que mantienen un 12,7% de cuota. Las tiendas de descuento pasan de un 15,4 al 13,7%. El comercio en línea se queda con un 2,3% y las entregas a domicilio, aunque con una cuota escasa, aumentan ligeramente.

En lo que afecta al desperdicio, el ministro se felicitó de que cada vez se tiren menos alimentos a la basura, con una caída del 6,2%, aunque se mantiene en más de 1.200 millones de kilos. Cabe destacar que uno de cada tres hogares no tiran desperdicios y entre sus preferencias está la comida a la plancha, hervidos, sin cocinar o fría frente a guisos y rebozados.

A punto de iniciarse la presidencia española en la UE, Luis Planas ha señalado algunos de los objetivos más importantes para el sector agrario, alimentario y pesquero. Destacó la necesidad de defender una política que apueste más por el mayor autoabastecimiento posible para evitar situaciones de grave dependencia externa, como sucedió con la invasión de Ucrania. Todo ello desde la sostenibilidad ambiental y la rentabilidad de la actividad agraria, una defensa y apoyo a las denominaciones de calidad como Indicación Geográfica Protegida o la Denominación de Origen y un apoyo a la investigación genética para asegurar producciones frente a riesgos sanitarios o por los efectos de la sequía.

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