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La inflación de Japón alcanza el 4%, su tasa más elevada desde 1981

El dato se anuncia dos días después de que el Banco Central de Japón (BoJ) decidiera mantener intacta su política monetaria ultraflexible

Inflacion Japon
Kuroda Haruhiko, gobernador del Banco de Japón, este viernes en el Foro de Davos.GIAN EHRENZELLER (EFE)

La inflación en Japón se aceleró en diciembre al 4%, tres décimas más que en noviembre, según los datos publicados este viernes por el Gobierno. Se trata del mayor encarecimiento del coste de la vida en 41 años, lo que ha vuelto a avivar las expectativas del mercado de que el banco central nipón eliminará gradualmente los tipos de interés ultrabajos. No obstante, la noticia llega dos días después de que esta entidad decidiera mantener intacta su política monetaria ultraexpansiva, contrario a la tendencia de sus pares internacionales, como la Reserva Federal estadounidense o el Banco Central Europeo, que han optado por subir las tasas de interés para contener el aumento de los costes.

Si bien una inflación del 4% está aún por debajo de los altos niveles de precios que generan preocupación en Europa o Estados Unidos —en España, la inflación del último mes del año fue del 5,7%—, esta dobla el 2% que el Banco de Japón fijó en 2013 como meta para la estabilidad de precios. Ese objetivo había estado lejos de alcanzarse hasta que el terremoto inflacionario acelerado por la guerra de Ucrania azotó el planeta.

Los analistas de mercado esperaban el aumento en diciembre del Índice de Precios al Consumo (IPC) general, que excluye los alimentos frescos por ser más volátiles, pero incluye los costes energéticos, después de un incremento interanual en noviembre del 3,7%. Se trata del crecimiento más rápido en términos interanuales desde diciembre de 1981, cuando también se situó en el 4%. Es, además, el noveno mes consecutivo que el IPC supera el objetivo de inflación del 2%.

Por su parte, la inflación subyacente, de la que se excluyen tanto los productos energéticos como los alimentos frescos, se incrementó un 3% con respecto al año anterior, también más acelerado que el índice de noviembre, mes en el que subió un 2,8%. El principal motor inflacionario fueron los precios de la energía, que se encarecieron un 15,2% interanual en diciembre, por encima del 13,3% de noviembre.

Este domingo se cumple una década del histórico acuerdo del Banco de Japón y el Gobierno para mantener la meta inflacionaria en el 2%, lo que ha alimentado las especulaciones de que la medida podría revisarse en primavera, cuando se producirá un cambio en la directiva del banco central. Sin embargo, continúan las dudas sobre si los salarios aumentarán lo suficiente como para compensar el reciente golpe al consumo.

Sueldos

“La clave está en los salarios. Si la inflación se mantiene alrededor del 2% y Japón experimenta una subida significativa de los sueldos, el banco central podrá normalizar su política monetaria. Pero si considera que el ritmo con el que se suben no es adecuado, es muy probable que se mantenga impasible”, apunta Yoshiki Shinke, economista jefe del Instituto de Investigación Dai-ichi Life. Este experto opina que la inflación en Japón se mantendrá por encima del 2% hasta bien entrado el otoño. Los analistas coinciden en que el efecto comparativo de las estadísticas provocará que el ritmo de la inflación se ralentice a finales de año, ya que se tomará como base el repunte experimentado en 2022.

Una señal de que los salarios de los japoneses aún no están a la altura de combatir la inflación es que el precio de los servicios solamente subió un 0,8% interanual en diciembre, un ritmo mucho más lento que el de los bienes, que se disparó al 7,1% en comparación con 2021. Para Yasunari Ueno, economista jefe de mercado de Mizuho Securities, “el impacto de la oferta está detrás del reciente repunte de la inflación”, por lo cual, considera, “es difícil que el Banco de Japón aumente los tipos de interés incluso cuando los nuevos gobernador y vicegobernador asuman sus cargos”.

Haruhiko Kuroda finalizará su mandato en abril después de una década al frente del banco central nipón. El gobernador de la entidad ha sido uno de los principales defensores de la estrategia ultraflexible de Japón para combatir la deflación, como aplicar tipos de interés oficiales del 0% o comprar un volumen muy elevado de activos públicos y privados.

El miércoles, el banco central optó por conservar inalterada su política monetaria ultraexpansiva: mantendrá en el -0,1% la tasa de interés de los bonos a corto plazo y seguirá aplicando su política de control de la curva de rendimiento de la deuda pública, permitiendo que la rentabilidad de los bonos a diez años fluctúe en un rango máximo del 0,5%. Kuroda, quien ha reiterado en los últimos meses que la economía del país no es capaz de asimilar un alza de los tipos, ha enfatizado la necesidad de mantener esta estrategia hasta que los salarios aumenten, argumentando que la reciente inflación está impulsada por el encarecimiento de los precios de las materias primas, mientras que Japón debe aspirar a que la inflación esté estimulada por una sólida demanda interna.

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, llegó a mostrar su preocupación por el estancamiento de los sueldos en medio de esta ola inflacionaria en su discurso de Año Nuevo a los líderes empresariales. Algunas compañías, como Fast Retailing, el grupo textil más grande de Asia y propietaria de Uniqlo, ya han anunciado planes de revisar sus sistemas de remuneración. Según una encuesta realizada el jueves por Reuters, más de la mitad de las grandes firmas niponas planean subir los salarios este año, aunque las pequeñas empresas tienen menos capacidad para ello.

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