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La pequeña ingeniería QEV allana el camino para ocupar la fábrica de Nissan en Barcelona

El Consorcio de la Zona Franca valida su candidatura, que no tiene alternativa

Dani Cordero
El consejero delegado de QEV Technologies, Joan Orús, junto a una furgoneta eléctrica de la nueva marca Zeroid.
El consejero delegado de QEV Technologies, Joan Orús, junto a una furgoneta eléctrica de la nueva marca Zeroid.

Han pasado dos años y dos meses de trabajos desde que se inició el proceso para reindustrializar la ya antigua factoría de Nissan en Barcelona. Sonaron para sustituir a la marca nipona las ansiadas fábricas de celdas de baterías e incluso fabricantes chinos de automóviles, ideas que nunca acabaron de fructificar, ni tan solo en proyectos firmes. Al final, una iniciativa local, liderada por QEV Technologies, que factura alrededor de 15 millones de euros, y BTech, y con la participación no menor del grupo inmologístico australiano Goodman, está llamada a hacer renacer esas instalaciones de Barcelona y de Montcada i Reixac tras ser la única propuesta en presentar un proyecto para hacerse con los terrenos. Sin rival, tiene el camino expedito, si bien la decisión definitiva se tomará el próximo 17 de noviembre.

Aunque la elección todavía debe confirmarse, todo apunta que el Consorcio de la Zona franca, propietario de los terrenos, así lo hará en las próximas semanas. Hoy han recibido los detalles del conjunto del proyecto y han validado el sobre A, que se refiere a la documentación administrativa y los avales. El viernes abrirán la siguiente carpeta, centrada en la información técnica, y el 17 de noviembre la oferta económica. La cautela de la no aprobación llega de la posibilidad de que sea impugnado el procedimiento. La compañía semipública Cilsa y el fabricante de sistemas de almacenajes Mecalux han realizado asimismo una propuesta no oficial por si el concurso quedara desierto.

Desde QEV Technologies defienden que el suyo es un “sólido plan de reindustrialización” y había sido defendido por la mesa de reindustrialización que crearon administraciones y fuerzas sindicales para acompañar a proyectos interesados. Se basa en la creación de un centro para la fabricación adaptativa, modular y multimarca de vehículos eléctricos que requerirá una inversión de en torno a 800 millones de euros. La búsqueda de ayuda financiera para sacar adelante el proyecto ha frenado hasta el final la presentación de su candidatura, pero este lunes ha presentado finalmente su propuesta, que también va avalada por el Ministerio de Industria. El Gobierno le ha asignado unas ayudas de 107,8 millones de euros a través del proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica (PERTE) en el sector del vehículo eléctrico y conectado. De esa ayuda, 102 millones serán a fondo perdido; el resto llegarán en forma de créditos blandos.

El objetivo que el consejero delegado de QEV, Joan Orús, explicaba el pasado verano era ensamblar 100.000 vehículos a partir de 2025 y superar los 1.000 millones de facturación. Los ingresos del negocio de producción de Nissan en España (a los centros catalanes se les debía añadir la planta de Ávila) se situaban en torno a los 2.500 millones de euros. QEV, que ha creado la marca Zeroid para comercializar furgonetas, prevé ensamblar 60.000 unidades, mientras que su socio BTech produciría las 40.000 restantes. El objetivo es sobre todo alcanzar el éxito a través de una suerte de fábrica de vehículos marca blanca para otros productores, aprovechando el surgimiento de nuevas compañías a la sombra del supuesto despegue del coche eléctrico. La Unión Europea prevé prohibir la comercialización de vehículos de combustión a partir de 2035.

La oferta del proyecto denominado también D-Hub, no es el único que ocupará los terrenos de Nissan en Barcelona. La marca japonesa mantendrá el centro técnico en una parte de la pastilla industrial y Silence, el fabricante de motocicletas eléctricas, ya consiguió hacerse con un espacio, adonde pretende trasladar su actual planta de Sant Boi de Llobregat (Barcelona) para tener espacio donde montar sus motocicletas y su futuro cuatriciclo.

El paso del tiempo desde el anuncio de cierre de Nissan ha añadido premura sobre los sindicatos, que han perseguido durante todos estos meses una resolución positiva que garantizara la contratación de los alrededor de 1.500 trabajadores de Nissan que querían garantizarse un empleo en un nuevo proyecto industrial en la Zona Franca. Silence ya ha iniciado la contratación de algunos de esos trabajadores, pero en una cifra muy baja. El gran problema es que parte de esos trabajadores ya han agotado buena parte de los subsidios.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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