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Bruselas propone una reducción obligatoria del consumo eléctrico en horas punta de al menos el 5%

La Comisión estudia poner un tope de unos 200 euros por MWh por hora a la energía generada a través de fuentes renovables y de las nucleares

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una rueda de prensa este miércoles en Bruselas.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una rueda de prensa este miércoles en Bruselas.Virginia Mayo (AP)

Bruselas ya ha concretado varias herramientas para limitar las estratosféricas facturas de la energía en Europa. Una de ellas apuesta por obligar a reducir el consumo de electricidad en las horas punta en al menos un 5%, según el borrador de la iniciativa al que ha tenido acceso EL PAÍS y que la Comisión Europea presentará a los ministros de Energía en la reunión extraordinaria que mantendrán el viernes. También se contempla establecer un límite al precio que las eléctricas pueden cobrar por la energía generada por fuentes renovables u otras (como la nuclear) que no sean gas, 200 euros por megavatio hora (MWh), aunque fuentes comunitarias explican que esa cifra podría cambiar, ya que los técnicos de Bruselas siguen haciendo números.

En total, la Comisión Europea ha elaborado cinco medidas urgentes a corto plazo. Las propuestas, ha declarado la presidenta del Ejecutivo europeo, Ursula von der Leyen, deberían ser implementadas “de inmediato” para proteger a los consumidores y empresas más vulnerables.

“Para apuntar específicamente a las horas más caras de consumo eléctrico (…), la Comisión propone un objetivo obligatorio de al menos un 5% de reducción en el consumo neto de electricidad durante las horas de precios máximos”, señala el borrador de la propuesta. Bruselas dice que no le importa cómo lo hagan los Estados, siempre que cumplan ese objetivo y que lo realicen de forma “clara, transparente, proporcionada, no discriminatoria y verificable”.

Bajada del 5% en horas punta y del 10% de consumo energético como objetivo general

Además, la Comisión quiere que los Veintisiete adopten medidas que permitan “reducir el consumo general de electricidad de todos los consumidores”, para lo cual subraya la importancia de que todos los ciudadanos estén equipados con contadores inteligentes que les permitan “ajustar su consumo” durante el día. Porque más allá de las horas punta, Bruselas desea —no obliga, en este caso— que cada Estado miembro aspire a reducir “al menos” 10% del consumo neto eléctrico mensual en comparación con el mes que se use como periodo de referencia.

“Tenemos que ahorrar electricidad de forma inteligente”, ha declarado Von der Leyen en un breve encuentro con la prensa en Bruselas antes de presentar su borrador a los representantes de los países miembros. Son las horas punta las que hacen más cara la electricidad, y lo que se tiene que lograr es “aplanar la curva” del consumo, argumenta. Algo que lograría, considera, el objetivo comunitario del 5% de reducción de ese consumo en los tramos más caros.

La propuesta, no obstante, empieza a encontrar algunos peros entre quienes advierten de que la relación hora punta de consumo y pico de precio no se da necesariamente en las mismas franjas en todos los países, lo que diluiría el efecto de la medida. Fuentes bruselenses conocedoras del sector señalan, por ejemplo, que en países como España, con una buena penetración de renovables, especialmente solar, el pico de la demanda no suele coincidir con el pico de precio.

En toda la Península Ibérica, donde la implantación de la energía solar es muy amplia, la hora de mayor demanda eléctrica suele ser durante el día, pero los picos de precios se producen una vez se pone el sol, ya que entonces se necesita más gas. Esto indica, explican las fuentes, que ahorrar en momentos de mayor demanda, como propone la Comisión, no va a resultar, necesariamente, en una bajada del precio. De ahí que puede que una de las respuestas de los países sea reclamar una mayor flexibilidad para ajustar el 5% propuesto a las realidades de su sistema eléctrico.

Por este motivo, aunque la cifra de 5% aparece en el borrador de uso interno, en otro documento de trabajo facilitado este miércoles a la prensa, y que en total fija cinco medidas “inmediatas” para proteger a los hogares y empresas más vulnerables, como las ha definido Von der Leyen, no se explicitan números. La idea, según Bruselas, es que estos sean discutidos en la reunión extraordinaria de ministros de Energía del viernes.

Tope a los ingresos de las renovables

El texto que ha facilitado el Ejecutivo comunitario tampoco especifica, como sí hace el otro borrador, la cifra en que propone limitar los precios de las renovables y otras denominadas energías “inframarginales” (más baratas del precio final diario del mercado energético), incluida la nuclear, que forman parte del paquete que compone el precio final de la factura eléctrica.

Sin embargo, el otro borrador no solo confirma, como adelantó este diario, que la Comisión apuesta por limitar el precio de estas energías “inframarginales” que, gracias a los altos precios que actualmente impone el gas (el sistema de fijación de precios establece que la energía más cara marca la factura) y a que sus costes de producción se han abaratado, están logrando grandes beneficios durante esta crisis. Según el nuevo texto, Bruselas quiere que el precio de estas energías (sobre todo renovables, pero también la nuclear o la hidráulica) se establezca en un máximo de 200 euros MWh de electricidad, aunque algunas fuentes consultadas por este diario indican que el tope podría ser más bajo aún.

Son ingresos “con los que nunca soñaron, con los que nunca contaron” y que “no reflejan sus costes de producción”, ha justificado la medida Von der Leyen, para quien “es hora de que los consumidores se beneficien del bajo coste de las fuentes [energéticas] bajas en carbono, como las renovables”. La idea, ha indicado, es que los Estados “reconduzcan” esos beneficios extraordinarios para ayudar a que se adapten a la nueva situación los hogares y compañías más “vulnerables” a la escalada de precios.

Un precio máximo para el gas ruso y una “contribución solidaria” de las fósiles

Von der Leyen ha adelantado —y el documento luego publicado por la Comisión los enumera— que el paquete total que presentará la Comisión Europea incluye otras tres propuestas más: aplicar una medida similar que a las renovables a los “inesperados beneficios” de las productoras de energías fósiles (crudo, gas y carbón) a las que se exigirá una “contribución solidaria temporal” porque, como ha dicho la alemana, “todas las fuentes de energía deben ayudar a afrontar esta crisis”. La Comisión propone que esta contribución procedente de los beneficios extraordinarios logrados por estas compañías sean destinados, por ejemplo, a ayudar a sectores que requieren un uso intensivo de energía como el de los fertilizantes.

Un cuarto punto consiste en proponer ayudas para garantizar la liquidez de empresas energéticas estratégicas afectadas por la volatilidad de los mercados. Finalmente, se confirma la intención de imponer un tope al precio del gas ruso, como ya había adelantado la presidenta la semana pasada, casi al mismo tiempo que el G-7 pactó buscar fórmulas para limitar también el precio a pagar por el petróleo ruso.

Pero ahí aparece otro obstáculo grande: Alemania. “Mantenemos nuestro escepticismo en lo que respecta a cuestiones sobre el tope del precio de gas, aunque en general estamos dispuestos a hablarlo en el marco europeo”, dijo a Politico un portavoz del Ministerio de Economía alemán.

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