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Los fabricantes de automóviles urgen al Gobierno a concretar los objetivos de puntos de recarga de coches eléctricos

El Gobierno reúne las propuestas de administraciones y el sector para acelerar las ventas de vehículos propulsados por baterías

Dani Cordero
Un vehículo eléctrico conectado a un punto de recarga.
Un vehículo eléctrico conectado a un punto de recarga.Getty Images

España tiene poco más de 13.500 puntos de recarga para vehículos eléctricos. La cifra dista de los 340.000 que el Gobierno se marcó como objetivo para 2030 en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, apenas representa un 0,3%. Y el problema, temen los fabricantes de automóviles, es que más allá de ese gran número no existe pauta alguna que permita llegar a ese objetivo, por lo que Anfac trasladó al Ejecutivo la pasada semana la necesidad de marcar “unos objetivos vinculantes anuales y calendarizados” como medida de presión para que esa cifra no se quede en un simple papel. Sin la creación de puntos de recarga, coincide el sector, las ventas de vehículos a batería no despegarán en España, donde en marzo había unos 17.700. Al final de esta década tendría que haber más de medio millón.

“Si no sabes cuántos puntos de recarga tienes que tener, no vas a saber si vas bien o mal en el despliegue de tu estrategia y aquí lo que va a contar va a ser la velocidad de despliegue”, señala José López Tafall, director general de Anfac. La patronal hizo llegar la semana pasada su recomendación a través del grupo de trabajo Infraestructuras de Recarga del Vehículo Eléctrico, puesta en marcha en junio pasado y en el que participan distintas todos los niveles de la administración, el sector de la automoción y operadores energéticos. De la reunión surge la idea de que los problemas detectados por todos los participantes son similares.

El único objetivo a corto plazo existente en el despliegue de puntos de recarga es el que marcó el propio Ejecutivo de conseguir en 2023 la cifra de 100.000 infraestructuras públicas. A falta de menos de 18 meses, todo apunta a que difícilmente será posible lograr ese número. A partir de ahora, Anfac pretende marcar hitos anuales hasta 2035, año a partir del cual la Unión Europea prevé prohibir la matriculación de vehículos emisores de CO₂. Se basa sobre todo en lo que marca la reglamentación europea, que obliga a cada Estado de la Unión Europea a establecer una metodología que permita calcular el despliegue necesario.

El problema sobre el déficit de puntos de recarga no atañe únicamente a España. Un reciente informe de la patronal europea de marcas, Acea, constataba que la mitad de todas esas conexiones existentes en la Unión Europea se concentran en dos países, Holanda (90.000) y Alemania (60.000). España se encuentra en la octava posición de la clasificación, pero su problema añadido es el decalaje existente entre el 3,4% de puntos de recarga del total europeo que tiene y el porcentaje de su superficie respecto al total comunitario, un 12,5%. La conclusión es que existen grandes áreas sin apenas zonas donde recargar un coche eléctrico.

Sobre esos vacíos territoriales, Anfac también ha trasladado al Ministerio para la Transición Ecológica una recomendación: la elaboración de un listado de zonas, sobre todo interurbanas, en las que se incentive más la instalación de puntos de recarga, sobre todo de alta potencia, de modo que se puedan reducir los tiempos de espera para recargar baterías. La fórmula para incentivar la instalación sería ampliando las subvenciones que actualmente se ofrecen a través del plan Moves.

En todo caso, la patronal reclama antes otra cuestión, que Transición Ecológica concluya ya una plataforma única que registre e informe sobre los puntos de recarga existentes en todo el territorio español. Ese, es en estos momentos, el principal quebradero de cabeza de los usuarios de vehículos eléctricos, sobre todo los noveles. Ese mapa tendría que desarrollarse con una plataforma única conjunta, a través de la cual un conductor pueda utilizarla todas. Hasta ahora esa situación es solo un sueño. Cada plataforma funciona con su propia aplicación y, como es imposible pagar con tarjeta en la mayor parte de la red, utilizarlas todas obliga a registrarse una a una, tarea agotadora en un país en el que hay cerca de una treintena de operadores diferentes que casi no comparten clientes.

Tafall considera una buena medida la creación del grupo de trabajo sobre los puntos de recarga, pero advierte que el Gobierno tendrá que gestionar rápidamente las propuestas si no quiere generar frustración entre los participantes. “Si este año no se aplican ya medida, la gente se cansará”, afirma.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Es integrante de la redacción de EL PAÍS en Barcelona, donde ha desempeñado diferentes roles durante más de diez años. Licenciado en Periodismo por la Universidad Ramon Llull, ha cursado el programa de desarrollo directivo del IESE y ha pasado por las redacciones de 'Ara', 'Público', 'El Mundo' y 'Expansión'. 

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