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Batacazo de la Bolsa española: el Ibex se hunde un 3,68% por el miedo a la inflación

El selectivo español pierde los 8.400 puntos y entra en pérdidas en lo que va de año como el resto de índices globales

Matteo Allievi
Bolsas Europa
Vista de las pantallas que muestran la evolución del IBEX 35 este viernes.Altea Tejido (EFE)

La lluvia de ventas desencadenada por el agresivo mensaje de subidas de tipos de interés lanzado por el Banco Central Europeo (BCE) no parece acabar. Y los datos que llegan desde el otro lado del Atlántico, de EE UU, no dejan lugar a dudas: la subida interanual del IPC de un 8,6%, por encima de lo esperado, indica que la escalada de precios no ha terminado. Ante esta tormenta, los inversores se han puesto a cubierto. Las Bolsas europeas han cerrado la semana en caída libre: el Ibex 35 se ha dejado este viernes un 3,68% y ha perdido los 8.400 puntos. Se trata de la segunda mayor caída del año: el 3 de marzo se desplomó un 3,72% ante el pesimismo por la guerra en Ucrania. En el resto de parqués europeos, el Mib italiano se derrumbó un 5%; el Dax alemán, un 3%, y el Cac francés, un 2,6%. En Estados Unidos, los mercados también acusan el golpe: el Dow Jones, el S&P 500 y el Nasdaq Composite perdían más de un 2% al cierre de la sesión europea.

Dentro del selectivo español, todos los valores se han teñido de rojo y los bancos han figurado como los más penalizados: BBVA ha bajado un 9%; CaixaBank, Santander, Sabadell y Bankinter, entre un 6% y un 7%. Tras el mazazo del BCE, el Ibex ha entrado en números rojos en el año, siguiendo la estela de los otros índices europeos. Concretamente, el parqué español se deja un 3,71% en el año; Milán un 17%; Fráncfort y París un 13%. “Las empresas utilities y los bancos, que tienen fuerte presencia en el selectivo español y suelen ser beneficiadas en un contexto de tipos de interés al alza, han sufrido un fuerte castigo, al estar expuestos a la subida de las primas de riesgo”, ha apuntado Patricia García Sánchez de la Barreda, analista de MacroYield.

El anuncio por parte del BCE del fin de las compras de deuda y de una subida de tipos de interés de un 0,25% en junio no sorprendió a los inversores, que ya se esperaban un cambio de rumbo hacia la normalización monetaria. Sin embargo, los inversores detectaron en el tono de la institución presidida por Christine Lagarde más contundencia de la esperada. Creen que la francesa está dispuesta a jugarse todas sus cartas para poner coto a la inflación.

Este primer aumento de tipos es el aperitivo de otro incremento, incluso mayor, en septiembre. “El convencimiento general es que los bancos centrales, con el estadounidense a la cabeza, están totalmente comprometidos en bajar la inflación, incluso a costa de penalizar el crecimiento económico, lo que podría llevar a algunas de las economías desarrolladas a entrar en recesión”, ha señalado Juan José Fernández Figueres, director de análisis de Link Securities.

La escalada del IPC estadounidense, que vuelve a marcar un récord en los últimos 40 años —impulsada por los precios del alquiler, de la gasolina y de la alimentación—, ha inflamado la venta de las acciones. El dato de la inflación, uno de los termómetros más importantes que utiliza la Reserva Federal para medir el estado de salud de la economía norteamericana, ha despertado preocupaciones sobre una posible recesión y empujará al banco central estadounidense a una respuesta aún más agresiva con respecto a la subida de los tipos de interés. Es más, los altos costes podrían frenar el futuro gasto de los compradores: el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan, dado a conocer este viernes, ha caído a mínimos históricos.

En el desplome de la renta variable española pesa, además, el repunte de la incertidumbre geopolítica originada por el corte de las relaciones comerciales de Argelia, según matiza Sánchez de la Barreda. El país norteafricano es un importante proveedor energético para España y aunque no se trata de uno de los principales destinos de los bienes y servicios españoles, las exportaciones sumaron en 2019 casi 3.000 millones de euros.

Después de una reunión del BCE más dura de lo previsto, las primas de riesgo se han disparado. La española está en 125 puntos, la portuguesa en 127 y la italiana en 230. De hecho, los analistas coinciden en que los inversores se esperaban mayor concreción con respecto al mecanismo que está planteando el BCE para evitar la fragmentación del mercado en un contexto de retirada de estímulos monetarios. Los próximos pasos serán claves.

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