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Aterriza en Tel Aviv el avión privado de Abramóvich mientras la UE le sanciona

El oligarca ruso tiene pasaporte de Israel, que no ha impuesto represalias económicas a Moscú por la invasión de Ucrania

Juan Carlos Sanz
Roman Abramóvich, en la zona VIP del aeropuerto Ben Gurion de Israel este lunes.
Roman Abramóvich, en la zona VIP del aeropuerto Ben Gurion de Israel este lunes.STRINGER (REUTERS)

El avión con matrícula LX-RAY propiedad de Roman Abramóvich ha permanecido varias horas en el aeropuerto de Tel Aviv, donde aterrizó la noche del domingo. Una fotografía de la agencia Reuters en la sala VIP de la terminal aérea confirmó la presencia en Israel del oligarca ruso sancionado por su supuesto apoyo al presidente ruso, Vladímir Putin, en la invasión de Ucrania. El aparato despegó en la tarde del lunes en dirección a Estambul. El diario económico israelí Globes precisó que la aeronave privada debía abandonar las pistas del aeropuerto Ben Gurion antes de que transcurrieran 24 horas desde su aterrizaje, de acuerdo con las restricciones impuestas por el Gobierno israelí tras el estallido del conflicto armado. La Unión Europea ha anunciado este lunes que incluye en su lista de sanciones al hasta ahora dueño del club de fútbol británico Chelsea, en el marco de acciones coordinadas con el G-7, informa France Presse.

Abramóvich, que ha negado que mantenga vínculos con Putin, figura entre los siete magnates financieros de origen ruso incluidos en una lista de sanciones impuestas por el Reino Unido, que el sábado le retiró sus derechos sobre el Chelsea, dentro de las medidas para aislar económicamente a Rusia. Estados Unidos, Canadá, Australia y otros países se han sumado a las represalias económicas contra hombres de negocios rusos conocidos por sus estrechos contactos con el Gobierno de Moscú.

Después de adquirir la nacionalidad israelí en 2018 en razón de su origen judío, Abramóvich ha viajado en repetidas ocasiones a Israel, donde ha destacado por su actividad filantrópica. La semana pasada, el Centro y Museo del Holocausto de Jerusalén rechazó una donación millonaria del oligarca efectuada tras el inicio de la guerra en Ucrania y rompió todos los lazos con él.

También posee pasaporte de Portugal desde 2021, al amparo de la legislación de reconocimiento de la nacionalidad a los judíos sefardíes. Las autoridades de Lisboa abrieron el fin de semana una investigación sobre supuestas irregularidades en el expediente de concesión de la nacionalidad tramitado por el rabinato de Oporto.

Israel no se ha sumado a las sanciones económicas occidentales contra Rusia, dentro de una política de equidistancia en el conflicto de Ucrania. El primer ministro, Naftali Bennett, está intentando mediar entre Kiev y Moscú y ha sido uno de los escasos dirigentes internacionales recibidos en el Kremlin por Putin. Los enlaces aéreos con Rusia se mantienen abiertos en Israel, donde más de un millón de habitantes (un 15% de la población) proceden de la extinta Unión Soviética. Para el Gobierno de Bennett, resulta fundamental mantener la libertad de acción para su aviación de combate en los ataques contra milicias proiraníes desplegadas en Siria, cuyo espacio aéreo se halla controlado de facto por el Ejército ruso.

La secretaria de Estado adjunta de Estados Unidos, Victoria Nuland, ha reclamado a Israel que se sume a las sanciones y contribuya a la presión internacional sobre Moscú. En declaraciones al canal 12 de la televisión israelí citadas el domingo por la prensa hebrea, Nuland advirtió de que el Estado judío no debe convertirse en “refugio de dinero negro para las guerras de Putin”. La diplomática estadounidense hizo hincapié en que la presión se concentre en los oligarcas rusos.

El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Yair Lapid, le respondió este lunes, durante un viaje oficial a Eslovaquia, al garantizar que Israel “no se convertirá en un atajo para eludir las sanciones a Rusia”, sin concretar más detalles. Lapid se limitó a anunciar que su departamento se coordinará con los ministerios de Finanzas y de Energía, el Banco de Israel y con las autoridades de control de fronteras para “seguir supervisando de cerca los movimientos en los sistemas de pagos y los mercados financieros”.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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