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La escasez de suministros afecta ya a la producción del 37% de las industrias españolas

El Banco de España alerta que los cuellos de botella de materias primas y equipos intermedios amenazan con “lastrar” la recuperación de la economía

Dani Cordero
Un empleado en una fábrica de semiconductores de Renesas en Pekín, el año pasado.
Un empleado en una fábrica de semiconductores de Renesas en Pekín, el año pasado.THOMAS PETER (Reuters)

La falta de suministros se extiende como una mancha de aceite y amenaza con convertirse en una presión adicional sobre los precios y trasladarse más allá de las empresas industriales, donde actualmente parece encapsulada. El último informe trimestral del Banco de España, sobre la base de encuestas de la Comisión Europea, sostiene que un 22% de las empresas manufactureras españolas se estaban viendo el pasado julio obligadas a reducir su oferta a causa de la falta de suministros —material o equipos—, mientras que el porcentaje de compañías afectadas de alguna manera en su producción crecía hasta el 37%.

Se trata de los ya famosos semiconductores, pero también de productos químicos, plásticos, la madera o los metales industriales, que han venido a complicar más los problemas existentes con los fletes marítimos. La institución señala que el proceso amenaza con “lastrar el proceso de recuperación económica”, especialmente si los problemas acaban afectando aquellas ramas de servicios con mayor vocación manufacturera, entre los que cita “transporte, comercio al por mayor y algunos servicios profesionales”.

Esa escasez de bienes, que impacta sobre el 45% del valor añadido bruto de las manufacturas del país, se produce cuando el mercado muestra “fortaleza de demanda”. Y “cabe pensar”, reza el informe de la institución, “que los cuellos de botella que se han registrado desde finales de 2020 podrían haber contribuido significativamente a la producción industrial en la UEM [la eurozona], muy dependiente de la importación de materias primas y bienes intermedios, durante el primer semestre de 2021″ y a un aumento de los precios de producción, que amenazan con prolongarse o agudizarse en el futuro. Los precios sufren desviaciones de cerca del 40% respecto a promedios históricos.

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No es España el país de la Unión Europea más afectado. En Alemania, locomotora industrial europea, el 71% de las compañías manufactureras vieron condicionada en julio su producción, una afectación muy superior al 42% detectado en abril. Para el conjunto de la Unión Económica y Monetaria, esa afectación es del 40% (7% a finales de 2020).

La industria de todo el mundo sufre el problema desde finales del año pasado, cuando el comercio mundial buscaba retomar cierta normalidad tras el parón sufrido por los primeros trimestres de pandemia. Aquella recuperación puso de manifiesto disfunciones entre las necesidades de la industria y la capacidad de sus proveedores, que se ha acabado visualizando sobre todo en la industria del automóvil. Factorías de todo el mundo han tenido que reducir producciones e incluso bajar persianas durante días. Detrás de ello se encuentra la incapacidad de sus departamentos de compras de hacerse con volúmenes suficientes de chips para los coches que fabrican porque, entre otros condicionantes, los fabricantes de electrónica de consumo les han cogido ventaja, ya que su demanda no cayó (en realidad creció con el teletrabajo y el tener que pasar más horas en el hogar) durante los meses más duros de la crisis del coronavirus.

La existencia de esos cuellos de botella está quedando de manifiesto en los indicadores PMI (los índices de gerentes de compras, que se consideran un indicador avanzado del mercado) sobre la demora en los plazos de entrega que han de cumplir los proveedores. Subraya el Banco de España que el aumento registrado en esos registros no tiene precedentes en la zona euro, mientras que no hay problemas respecto a la capacidad instalada de la industria europea, que, si pudiera, podría asumir mayores volúmenes de producción. “En los últimos meses, las existencias de productos terminados en la zona del euro también han disminuido hasta niveles históricamente muy reducidos”, sostiene el informe.

Material eléctrico y plástico, tras el motor

El servicio de estudios de la institución ha confeccionado un cuadro en el que disecciona la afectación de la escasez de suministros por sectores. Son los productores de vehículos de motor los que padecen con mayor profundidad el desfase. El 43% de sus empresas, que representan el 9,2% de la economía, se ven limitadas en su capacidad de producción. Solo les superan los fabricantes de material y equipo eléctrico (48%) y de caucho y plásticos (53%), si bien los pesos de esos dos sectores son inferiores (3,6% y 4,8%, respectivamente).

En el caso de la industria del motor alemana, un 88% de las empresas redujeron su producción en julio porque no tenían suficientes provisiones. Pero en el país germano la afectación es casi similar en el resto de sectores: material y equipo eléctrico (82%), informática y electrónica (88%), productores de caucho y plásticos (91%) y coquerías y refino de petróleo (100%), entre otras.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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