Las asociaciones de consumidores atacan la nueva factura de la luz por castigar a los hogares vulnerables
La OCU y la Facua critican la discriminación horaria, que plantea un mayor uso de madrugada para aprovechar la tarifa más barata
La implantación de la nueva tarifa de la luz, que se aplica desde este martes, ha llegado con polémica. Las organizaciones de consumidores, que mostraron su rechazo y llegaron a reclamar al Gobierno que diera marcha atrás, critican que la medida penaliza al pequeño consumidor en beneficio de los grandes. A su juicio, el traslado de las franjas de uso con la electricidad más barata a horas de la madrugada resulta ineficaz para la mayor parte de los hogares, especialmente los más vulnerables. Asimismo, denuncian que en junio se podrían producir aumentos de hasta el 27% en la factura. Según los datos publicados a última hora de este lunes por Red Eléctrica, este martes se han pagado 114 euros por megavatio hora (MWh) hasta las ocho de la mañana en el mercado mayorista (35% de incidencia en el recibo). La hora más cara sería las nueve de la noche (248 euros por MWh).
La teoría era que el nuevo recibo de la luz llegaba para abaratar el gasto, con el mensaje de que ”no importa el cuánto, sino el cuándo” al introducir la discriminación horaria. Según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), supondrá un ahorro medio del 3,4% para los 19 millones de consumidores domésticos que no tienen discriminación horaria. Otros ocho millones ya la tienen y la nueva tarifa supondrá un aumento de dos euros al mes. En total, hay unos 27,5 millones de consumidores, de los que unos 10,7 millones están acogidos a la tarifa regulada PVPC (y de estos, en torno a un millón tienen discriminación horaria): para ellos el cambio será automático. Los alrededor de 17 millones restantes del mercado libre deben negociar la tarifa con sus comercializadoras. De ellos, 9,5 millones no tienen discriminación horaria y el resto sí.
Los consumidores con una potencia contratada inferior a 15 kW pasarán de tener seis tarifas a una sola, y se facturará de manera diferente según los tres periodos horarios (punta, de 10.00 a 14.00 y de 18.00 a 22.00; llano, de 8.00 a 10.00, de 14.00 a 18.00 y de 22.00 a 00.00; y valle, de 00.00 a 8.00 y los fines de semana y festivos), de manera que pagarán por la electricidad según la hora del día en que la consuman. Asimismo, podrán cambiar la potencia dos veces entre horario punta y valle. El regulador calcula que el consumo en las horas valle puede llegar a ser un 95% más barato y que los cambios de hábitos podrían suponer un ahorro de entre 200 y 300 euros anuales.
Hasta ahí el mensaje. A partir de ahí, la polémica, que han protagonizado básicamente las asociaciones de consumidores. La OCU ya adelantó en febrero que la distribución de los cargos penaliza en exceso al pequeño consumidor en beneficio de los grandes, al establecer que los hogares y el conjunto de los suministros en baja tensión soporten el 75%. “Se está impidiendo así un mayor abaratamiento sin justificación”, añadía.
Según la OCU, aunque la subida esperada para un hogar con discriminación horaria rondaría el 8,5%, podría alcanzar hasta el 27,3% según la compañía contratada en junio. “Pese a que los cambios solo afectan a los componentes regulados, la mayoría de las comercializadoras que han dado a conocer sus tarifas para nuevos clientes aplican subidas muy superiores a las esperadas y los actuales clientes todavía no conocen qué sorpresas les ofrecerá su compañía”, denuncian. Por eso, recuerda que si incluyen subidas superiores a las reguladas no podrán ser aplicadas si no ha habido comunicación previa.
No obstante, la OCU ha hecho cálculos del nuevo modelo y, a su juicio, el ahorro podría alcanzar 574 euros si se usan siempre los electrodomésticos en horario valle (en torno al 50% del total) en vez de hacer el 100% del consumo en horario punta. Se considera que ahora mismo un consumidor medio ya realiza el 29% del consumo en horario punta, el 26% en horario llano y un 45% en horario valle, con los hábitos actuales.
Asimismo, recomienda que si evita el horario punta se puede ahorrar en torno a 30 euros al año por cada lavadora, secadora y lavavajillas sin necesidad de usarlos de noche, solo aprovechando el horario llano los días laborables. Para los aparatos con programación, se puede sacar partido al horario valle y el ahorro podrá alcanzar los 130 euros entre los tres electrodomésticos.
Medida denigrante
Para Facua, sin embargo, pedir que se desplace el consumo a la madrugada es “denigrante” para los consumidores más vulnerables. “No se puede hacer responsable al consumidor de que su factura es cara porque no ha planchado o puesto los electrodomésticos en los horarios más económicos, que precisamente coinciden con los momentos que deberían dedicarse al descanso”.
Asimismo, critica que se traslade a las familias la responsabilidad de no tener instalaciones y electrodomésticos eficientes, mientras se libra a las eléctricas de realizar las inversiones necesarias para la mejora de las redes de distribución. Facua subraya que un alto porcentaje de familias no cuentan con viviendas con alta eficiencia energética, equipos a los que se pueda programar el horario ni máquinas que les permitan acumular energía de madrugada para utilizarla durante el día. La asociación añade que se han incluido en los horarios más caros periodos del día en que muchos consumidores hacen uso de la climatización o teletrabajan.
La asociación recuerda que la alianza firmada entre PSOE y Unidas Podemos para formar Gobierno recogía que las tarifas eléctricas tendrían un precio más bajo para los primeros kWh de energía consumida. Sin embargo, en lugar de establecer la discriminación por tramos de consumo, se decidió fijar una discriminación horaria que causará importantes perjuicios. Según Facua, de las cifras de la CNMC se deduce que tanto la potencia contratada como la energía consumida serán casi un 2.000% más caras en periodo punta que en valle. Según sus cálculos, para los consumidores que carecían de discriminación horaria, la facturación se reducirá unos 17 euros al año para potencias de hasta 10kW y hasta 197 para contratos de 10 a 15. Para quienes disponen de discriminación horaria y potencia de hasta 10kW, esos costes aumentarán entre 24 y 46 euros, y entre 72 y 110 euros, respectivamente.
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