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PLAN DE RECUPERACIÓN
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Burocracia

Los fondos Next Generation de la UE se aprobaron el verano pasado y un año después aún no se han implementado.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante la celebración del 40 aniversario de la incorporación de Grecia a la UE, este jueves en Atenas.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante la celebración del 40 aniversario de la incorporación de Grecia a la UE, este jueves en Atenas.LOUIZA VRADI (Reuters)
José Carlos Díez

En 1929, al estallar la crisis financiera, la Reserva Federal reaccionó subiendo los tipos de interés y reduciendo el dinero en circulación para transmitir confianza a los inversores. Según el Nobel Milton Friedman, fue la principal causa de la Gran Depresión. Al mismo tiempo, el paradigma de política fiscal era déficit cero cada año. Al frenarse en seco la economía por el colapso del sistema financiero y del crédito, los ingresos públicos se hundieron, y los gobiernos se vieron forzados a aplicar recortes para cumplir su objetivo de déficit cero.

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Según John Keynes, esas políticas fiscales contractivas intensificaron la Gran Depresión. El célebre economista británico publicó en 1936 Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, donde afirmaba que la economía se encontraba en una trampa de la liquidez y la política monetaria era ineficaz para sacarla de la depresión. Recomendó políticas fiscales expansivas con aumento de inversión pública o bajadas de impuestos para conseguirlo.

En 2008 y 2020, la economía mundial ha sufrido dos grandes crisis sistémicas y se ha experimentado con nuevos avances de la política económica. La política monetaria fue determinante para evitar otra depresión en 2008 y también en 2020. Los bancos centrales han aumentado su balance sin precedentes en la historia para evitar otro colapso del sistema financiero y otra gran depresión como en los años treinta del siglo pasado. No hay precedentes del experimento monetario y de los efectos que puede acabar provocando en el futuro. Pero sí sabemos que la actuación de los bancos centrales ha sido decidida y muy rápida en su ejecución.

No ha sido así la política fiscal. Como estamos viendo en Estados Unidos, los trámites para aprobar los planes de inversión pública son muy lentos y se van a ejecutar cuando la economía ya está en fase de intensa recuperación. Ahora, los riesgos son sobrerreacción e inflación que fuerce a la Reserva Federal a subir tipos y amenazar la recuperación de la economía y la estabilidad financiera.

En Europa, la situación es aún peor. Los fondos del Next Generation se aprobaron el verano pasado y un año después aún no se han implementado.

En el caso de España ha habido varias líneas de apoyo a la economía. La primera fue la del ICO de créditos que se ejecutó con el sistema bancario. Así llegaron 100.000 millones de euros en pocas semanas a las empresas. Eso evitó el cierre de muchas de ellas y evitó despidos masivos de trabajadores. Los ERTE han tenido el mismo efecto con más intensidad. Pero tardaron meses hasta que el Estado consiguió que el dinero llegara a los beneficiarios. Y están las ayudas a empresas aprobadas el pasado mes de marzo y el Ingreso Mínimo Vital, que aún no han conseguido que el dinero llegue a sus beneficiarios.

La burocracia pone viento en contra a la recuperación del empleo y agrava la desafección de los ciudadanos y la crisis institucional.

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