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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Recuperación

Las previsiones sitúan a España como el país que más crecerá de la UE, pero para materializar esos cálculos hay que vacunar a la población

Una persona pasa frente a una tienda de moda infantil de Vigo, en enero
Una persona pasa frente a una tienda de moda infantil de Vigo, en eneroSalvador Sas (EFE)
José Carlos Díez

La Comisión Europea ha publicado este jueves sus previsiones de invierno, que son una simple actualización de los datos del segundo semestre de 2020 de PIB y precios. No actualiza ni previsiones de déficit ni de deuda pública. Bruselas mantiene un escenario de recuperación, siendo España de los pocos países a los que se revisa al alza para 2021 y 2022. Para este año, la revisión al resto de países es a la baja. Aunque no incorpora aún el impacto positivo que tendrán los fondos europeos en el crecimiento, ya que los planes de los países aún están en revisión y su efecto no se puede estimar con precisión. La Comisión estima para España en 2021 un crecimiento del 5,6%, el mayor de toda la UE. Aun así la caída de 2020 también fue la mayor en España, que acabaría el año por debajo de los niveles previos a la pandemia.

En la Cátedra Orfin de la Universidad de Alcalá hemos publicado este jueves nuestro informe de previsiones trimestral, que además de PIB incluye tasa de paro, déficit y deuda pública. Esperamos una ligera contracción del PIB en este primer trimestre provocada por las restricciones de movilidad para contener la pandemia. La caída sería del 0,5% trimestral, similar al 0,4% que estima la Comisión, muy lejos del desplome del 18% trimestral de 2020.

La recuperación se reanudará en el segundo trimestre y dependerá mucho del ritmo de vacunación, especialmente de nuestros socios europeos, que determinará la llegada de turistas. Israel va muy avanzando en el proceso de vacunación. Las personas vacunadas apenas desarrollan la enfermedad, con lo que cuanto más gente haya vacunado más se frena la hospitalización y la tasa de fallecidos, que debe ser el objetivo prioritario. España está preparada para aumentar esta tasa. El problema es que no hay vacunas. Hay esperanza con la de Moderna, que se produce en España y no necesita congelación, y las nuevas que están por llegar, de una sola dosis. Ambas facilitarán la logística y antes del verano debería estar vacunada toda la población de riesgo.

En el segundo semestre, tal y como espera la Comisión, los fondos europeos aumentarán las tasas de crecimientos trimestrales. Los riesgos son elevados y hay que ser prudentes, pero en Orfin esperamos un 6,2% de crecimiento en 2021. El déficit público seguirá elevado, en el 8,5% del PIB, y la deuda pública en el 122%. Es cierto que el BCE está garantizando nuestras emisiones, la última a 50 años y no elegible por el banco central para su programa de compras. Aun así España genera confianza. Es muy inoportuno, por tanto, abrir el debate de las condonaciones de deuda, como sucedió en Grecia, cuando Italia nombra a Mario Draghi primer ministro.

El debate debe ser cambiar las reglas fiscales para no frustrar la recuperación con ajustes en 2022. Y España debe centrarse en vacunación y productividad para volver a superar a la República Checa en renta por habitante. Eso implica ayudas a las empresas, especialmente a las que eran viables antes de la pandemia.

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