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Stellantis defiende su fusión como un “escudo” para el empleo

El consejero delegado del nuevo grupo fruto de la fusión entre FCA y PSA afirma que en cuatro años conseguirán 4.000 millones en sinergias

Dani Cordero
Un empleado coloca el nuevo logo de Stellantis, el grupo fruto de la fusión entre FCA y PSA.
Un empleado coloca el nuevo logo de Stellantis, el grupo fruto de la fusión entre FCA y PSA.MASSIMO PINCA (Reuters)

Stellantis, el cuarto mayor fabricante de automóviles salido de la fusión entre los grupos Fiat Chrysler (FCA) y Peugeot (PSA), arranca su andadura con aplausos en la Bolsa de París y Nueva York y con un aviso de que, pese a las abultadas sinergias que pretende conseguir, no plantea recortes ni en la producción ni en el empleo. Así lo defendió este martes su consejero delegado, Carlos Tavares, quien señaló que la operación es “un escudo fantástico para evitar problemas laborales” en un momento en el que el conjunto de la automoción se plantea qué hará con el excedente de capacidad de producción que ha quedado en los últimos años. “Tenemos que reconocer que en realidad si la fusión no se hubiese llevado a cabo habría sido dramático”, dijo cómo fórmula para reforzar la necesidad de la fusión.

“Nuestro compromiso es no cerrar ninguna planta como consecuencia de la fusión”, señaló. El grupo, con 400.000 empleados repartidos por todo el mundo, cuenta con tres centros de producción en España.

El tiempo acabará de dar, o no, la razón al ejecutivo portugués, reconocido en la industria por su capacidad para la reducción de costes. De momento sus palabras deben tomarse con cierta reserva, puesto que no acabó de aclarar cuál será el futuro de las instalaciones inglesas del nuevo grupo en la época post-Brexit. Porque a la vez que defendía la posibilidad de mantener instalaciones, Tavares repetía un argumento que ya utilizaba con insistencia cuando solo dirigía PSA: cuidado con lo que haga cada gobierno porque eso acaba pesando sobre las industrias que están instaladas en su país. “Estamos decidiendo dónde vamos a poner esas inversiones”, dijo sobre unos planes iniciales de invertir en la fabricación de un coche eléctrico en la población de Ellesmere Port.

Ni reducción de plantilla, ni de fábricas ni de ninguna de las 14 marcas con las que Stellantis nace. La idea es que la escala permitirá lograr ahorros tanto en el diseño como en la fabricación y la comercialización de vehículos, ahorros que permitirán asumir las grandes inversiones que suponen el desarrollo del vehículo eléctrico, el autónomo y el compartido. La hoja de ruta de Stellantis, que parte con unas ventas conjuntas de 167.000 millones de euros, fija un horizonte a cinco años en el que tendrá que haber arrancado unas sinergias a la fusión de más de 5.000 millones de euros. El 80% de ellas tendrán que haber aflorado dentro de cuatro años.

Rentabilidad

Siguiendo el dogma que se ha hecho fuerte entre los fabricantes de coches, Tavares defendió que no se optará por el simple crecimiento en ventas y que el centro de atención estará fijado en la rentabilidad. “Stellantis permite —defendió ayer el ejecutivo— tener magnitud suficiente para diluir costes y que cada cual aporte capacidad para comprar mejor y asignar la capacidad de tener productos asequibles”.

Stellantis tendrá en su cartera de vehículos hasta 39 modelos electrificados en todo el mundo a finales de 2021, ya que todos los nuevos automóviles que lance al mercado hasta 2025 tendrán una variante de estas características.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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