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Las diferencias por el precio del Sabadell dificultan la compra por parte del BBVA

Las desconfianza entre ambos equipos eleva la tensión en la operación, muy seguida por los supervisores

Íñigo de Barrón
Carlos Torres, presidente de BBVA, y Josep Oliu, presidente de Sabadell.
Carlos Torres, presidente de BBVA, y Josep Oliu, presidente de Sabadell.

El BBVA y el Sabadell tuvieron altibajos desde que empezaron a negociar su fusión hace un año. El 16 de noviembre, horas después de que el banco presidido por Carlos Torres anunciara que había vendido su filial de Estados Unidos por 9.700 millones, tuvo que salir al paso de las filtraciones y reconocer que negociaba con el Sabadell. Esta situación ha creado un profundo malestar en el BBVA y ha tensionado las negociaciones. Ahora el debate está en el precio, excesivamente bajo para las aspiraciones del Sabadell, que afirma poder seguir en solitario.

A media tarde de ayer, el diario El Economista publicó en su página web que las negociaciones de la fusión entre el BBVA y el Sabadell estaban al borde la ruptura definitiva. En el BBVA y en el Sabadell declinaron hacer comentarios sobre la cuestión.

La reacción en Bolsa para el Sabadell fue inmediata una vez que la agencia Reuters se hizo eco de la información del diario: entre las 17:05 y las 17:15 horas, la cotización del Sabadell perdió un 9,5% de su valor. Después se recuperó en parte, y terminó la sesión con una caída del 5,4%, acusando el golpe de la posible ruptura del matrimonio. Este ha sido el aviso del mercado para la entidad presidida por Josep Oliu, que ha llegado a tener una revalorización del 32% desde que se anunció que ambos bancos iniciaban la due diligence o periodo de análisis interno de los balances.

Desconfianza por la filtraciones

Según fuentes de la operación, la negociación atraviesa momentos delicados por la desconfianza creada ante las continuas filtraciones, que irritan especialmente al BBVA. El Sabadell percibe que esta situación está llevando a que el comprador ajuste el precio más de lo que los directivos están dispuestos a admitir. Según diferentes fuentes, la oferta del banco vasco presenta una valoración con una prima (el precio extra que se paga sobre la cotización media) muy baja y no admisible. En la entidad catalana están convencidos de que el banco tiene un proyecto propio y puede seguir en solitario.

El Sabadell reclama un precio que suponga un aporte real para los accionistas y que compense el sacrificio de la desaparición de la entidad. Este punto está relacionado con la forma en la que se pagará. Si fuera en metálico, no se ofrecería la posibilidad de incorporación a Oliu ni a otro consejero del Sabadell a los órganos del BBVA.

Sin embargo, si existe intercambio de acciones, sí se podría hacer una oferta al presidente del Sabadell; algunas fuentes afirman que exige una vicepresidencia o una copresidencia, mientras que otros creen que solo se le ofrecerá ser consejero. En cualquier caso, el Banco Central Europeo (BCE) no ha presentado esta condición como exigencia de la fusión, en contra de lo apuntado por algunos medios.

Mala noticia para los supervisores

Lo que nadie duda es que si llegara la ruptura, sería una muy mala noticia para los supervisores, tanto el Banco de España como el BCE, ya que el castigo bursátil para el Sabadell le dejaría en una situación de debilidad. Incluso, apunta un directivo bancario, se extendería una situación de “desconfianza” en el sector porque algunos podrían dudar de la salud financiera del Sabadell y de otras entidades.

En caso de ruptura, los dos bancos deberían presentar ante los supervisores los motivos por los que ha sido imposible un acuerdo. Sería una mala noticia y probablemente maniobren para que no se produzca. Está en juego la creación del quinto banco europeo y el segundo de España, un objetivo perseguido por los supervisores, aunque nada podrán hacer si los ejecutivos rompen la baraja.

Según analistas consultados, el BBVA pagaría menos a los accionistas del Sabadell si admite a directivos de la entidad catalana que si no lo hace. Fuentes financieras comentan que Torres no dará entrada al directivo rival por la incertidumbre que existe por el caso BBVA-Villarejo. Si Torres llegara a ser imputado por la Audiencia Nacional y tuviera que ceder la presidencia, esta podría acabar en manos de Oliu. El tiempo corre a favor del más fuerte, el BBVA, pero todo sigue en el aire.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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