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Thermomix contra el Monsieur Cuisine de Lidl: arranca en Barcelona el juicio de los robots de cocina

Vorwerk y Lidl dirimen una batalla de patentes repleta de conceptos técnicos en la primera sesión

Una mujer prepara comida con la Thermomix. En vídeo, las declaraciones de uno de los comparecientes en el juicio.Vídeo: R. V. / GETTY / EFE
Dani Cordero

Una batalla de argumentos entre peritos electrónicos. O un carajal de conceptos técnicos, a momentos ininteligibles para los profanos. En eso se ha convertido este martes la primera jornada del juicio que enfrenta a Vorwerk & CO. Interholding con la filial española de Lidl. El veterano fabricante de la popular Thermomix acusa a la cadena de supermercados de descuento de haber copiado su robot de cocina y, de esa forma, haber violado la patente EP898 que la representa para fabricar su propia máquina, la Monsieur Cuisine Connect (Silvercrest en España). Ambos artefactos comparten muchas similitudes excepto dos: la Thermomix carga a sus espaldas con 40 años de historia y Silvercrest se vacía de las estanterías de Lidl gracias a sus poco más de 300 euros de precio, un tercio de lo que vale la Thermomix, marca erigida casi en un genérico para denominar a los robots de cocina.

Lejos de amilanarse ante las acusaciones de Vorwerk, Lidl ha utilizado la denuncia para lanzarse al contraataque con una demanda cruzada: cuestiona que la patente reivindicada de la Thermomix aporte “novedad, actividad inventiva y adición de materia” para intentar anularla. Y a esa arena se han lanzado los dos peritos y sus informes durante las casi tres horas que ha durado la sesión en la Ciudad de la Justicia de Barcelona.

Los peritos, cada uno parapetado desde sus argumentos técnicos con sus respectivas partes contratantes, respondieron a las preguntas de los abogados de las dos partes en un intento de dilucidar si las características R1.4, R1.6 o la R1.10 (entre otras) suponían un hecho diferencial para la Thermomix ante sus competidoras. Tras escuchar preguntas y respuestas se puede interpretar que la disputa es simplificable a dos funciones: la capacidad de pesar los alimentos mientras el robot de cocina los procesa y el sistema de bloqueo de las cuchillas de corte cuando se desbloquea la tapa del vaso donde se introduce la materia prima.

Respecto al primero, el más polémico ayer, el perito de Lidl, Fernando Prieto, defendió que no está comprobado que se pueda pesar mientras el robot de cocina remueve los ingredientes para cocinarlos y defendió incluso: “No tiene ningún sentido”. Su oponente, Santiago Dávila, subrayó, en cambio, esa capacidad: “Se puede pesar antes, durante y después de cocinar”, dijo. Y apuntó además la importancia de que la balanza de Thermomix detecte pesos de hasta un gramo como cuestión relevante en el caso, por ejemplo, de añadir sal. “Vorwerk ha sido capaz de conseguirlo”, señaló, una fórmula de enfatizar que otros competidores no han sido suficientemente hábiles.

Pago del 10% de ventas

Los argumentos de cada parte no son baladí. En juego está lo que reclama Vorwerk al juez en su demanda: que Lidl le pague el equivalente al 10% de las ventas (no de los beneficios) de su Monsieur Cuisine, que ha agotado existencias en pocas horas cada vez que la cadena de supermercados lo ha puesto a la venta.

En caso de condena a Lidl, será el juez quien calcule el montante de la indemnización con arreglo o no a lo que demanda Vorwerk y, de paso, se podrá conocer el número de unidades vendidas en España, elemento escondido como un secreto de Estado por las compañías. Este miércoles habrá nueva sesión, ya definitiva, en la que se presentarán las pruebas periciales de infracción de patentes y las conclusiones de los abogados.

Segundo asalto

No es la primera vez que Vorwerk lleva a los tribunales a una marca con el objetivo de reivindicar la patente de su robot de cocina. Lo hizo en 2013 contra Taurus, que había lanzado su propia máquina en 2007, y el Tribunal Supremo no le dio la razón. Pese a facturar más de 1.000 millones de euros con su Thermomix, Vorwerk es mucho más pequeña que Lidl, una cadena de distribución con una facturación que se sitúa en torno a los 4.000 millones de euros. Desde la compañía señalan que mantendrán la misma política de litigios: “Vorwerk es una compañía donde la innovación es uno de los pilares fundamentales. Por este motivo, el análisis constante del mercado y la protección de patentes de nuestros productos y servicios son esenciales”.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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