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Phil Hogan, comisario europeo de Comercio: “La UE está preparada para aplicar sus sanciones a EE UU”

El comisario advierte al Reino Unido de que Bruselas no aceptará un "acuerdo de baja calidad"

El comisario europeo de Comercio, Phil Hogan.
El comisario europeo de Comercio, Phil Hogan.Sander de Wilde (DIE WELT)
Lluís Pellicer

Ha llegado el momento de poner fin a la guerra que la Unión Europea y Estados Unidos mantienen desde hace tres lustros por las ayudas al sector aeronáutico. Pero Bruselas cree que ahora todo depende de Washington. “La pelota está en su tejado”, dice el comisario de Comercio, Phil Hogan (Kilkenny, Irlanda, 60 años). En una entrevista con EL PAÍS y otros tres medios, Hogan sostiene que la decisión de Airbus de eliminar los subsidios declarados ilegales por la Organización Mundial del Comercio (OMC) hace que los aranceles por 7.500 millones de euros que impuso Washington a productos de España, Francia, Alemania y el Reino Unido sean “injustificados”. “No son aceptables y deben ser levantados de inmediato”, afirma con rotundidad.

La pandemia ha cargado aún más la agenda de Hogan. En especial después de que Bruselas constatara la necesidad de diversificar la cadena de suministro para evitar futuras rupturas y el desabastecimiento de productos sanitarios. “Cuando ayudamos a los países miembros a coordinarse, observamos que había una elevada concentración de la fabricación de equipamiento de protección personal en China y de productos farmacéuticos en India”, recuerda el comisario.

Las compañías europeas finalmente reorientaron parte de su producción para atender la emergencia. Hogan prefiere mirar hacia el “mundo post-covid”: de puertas adentro, con la revisión de la política comercial que prepara para el año que viene, y hacia afuera, tratando de liderar la recomposición del orden multilateral y el libre comercio ante el “auge del proteccionismo” y la imposición de limitaciones por la pandemia. “Una vez las restricciones se han fijado, lleva tiempo levantarlas”, advierte.

Los frentes abiertos son los mismos: Estados Unidos, China o el Reino Unido. El acuerdo de Airbus para acabar con cualquier fórmula que pueda ser considerada un subsidio ilegal encarrila, a juicio de Hogan, el fin del contencioso que arrastran Bruselas y Washington. “Las compañías vuelven a cumplir con las reglas de la OMC y deberíamos volver a la normalidad y a discutir sobre el futuro régimen aeronáutico. Estamos preparados para sentarnos con las compañías y Estados Unidos para hablarlo”, afirma.

Washington, no obstante, no ha respondido hasta ahora las propuestas de Bruselas para reformar el sistema de ayudas del sector. “Si no hay acuerdo, la Unión Europea está preparada para aplicar por completo sus propios derechos sancionadores. Si Estados Unidos opta por mantener sus aranceles sobre exportaciones europeas por valor de 7.500 millones de euros o decide incrementarlos o aplicarlos a nuevos productos, actuaremos para ejercer nuestros derechos sancionadores tan pronto como el nivel de contramedidas sea fijado en la OMC por el caso Boeing”, advierte.

Bruselas quiere fijar un nuevo marco para los subsidios aeronáuticos, entre otros motivos por el auge de la industria de otras potencias como China. Junto al vicepresidente económico Valdis Dombrovskis, Hogan participó esta semana en unas conversaciones de alto nivel con representantes del país asiático para repasar varias carpetas que ambas partes tienen abiertas. Una de ellas es el acuerdo de inversiones, que el comisario no se atreve a aventurar si estará listo a finales de año. “Lo que necesitamos es una competencia justa y un comercio libre”, dice.

El comisario ve “progresos significativos” entre las dos partes en asuntos como los subsidios industriales, las empresas estatales o la transferencia tecnológica. Pero Hogan avisa de los tres aspectos críticos en las relaciones entre ambos bloques: la igualdad de condiciones y la reciprocidad; la amenaza de que las firmas chinas puedan hacerse con activos europeos a precios de derribo por la crisis, y el respeto a los derechos humanos y al Acuerdo de París sobre el cambio climático.

El comisario, que lamenta que tras haber renunciado a la carrera por tomar las riendas de la OMC no haya un candidato de la UE, tiene en su horizonte a corto plazo el Brexit. Apenas quedan cinco meses para que venza el periodo de transición. Y después de que el Reino Unido renunciara a pedir una prórroga en caso de no haber acuerdo sobre la relación futura entre ambas partes —también comercial—, vuelve a ganar enteros la posibilidad de un Brexit a las bravas.

El comisario pide a Londres “más realismo” en sus posiciones e insiste en la necesidad de pactar la igualdad de condiciones en el terreno económico y de un acuerdo pesquero “equitativo”. “El Reino Unido ha de entender que la Unión Europea nunca va a acordar un pacto de baja calidad”, sostiene Hogan. “Por consiguiente, la UE está preparada también para una situación de no acuerdo”, añade.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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