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“Tendremos temporada turística de verano este año”, asegura el comisario europeo de Economía

Paolo Gentiloni cree que los países más golpeados por la pandemia deberían solicitar al mismo tiempo la nueva línea de créditos del Mede

Paolo Gentiloni, comisario de Economía, en su oficina de la Comisión Europea en Bruselas.
Paolo Gentiloni, comisario de Economía, en su oficina de la Comisión Europea en Bruselas.© Delmi Alvarez

Al comisario europeo de Economía no le cabe la menor duda. “Tendremos temporada turística de verano”, asegura Paolo Gentiloni (Roma, 65 años). El ex primer ministro italiano reconoce que no será una temporada al uso, pero confía en que se pueda salvar hasta el 60% de la actividad de un sector clave en los países más golpeados por la covid-19, como España.

Gentiloni aboga también por establecer un poderoso fondo europeo de recuperación. Y anima a los países que lo necesiten a pedir al mismo tiempo la nueva línea de crédito del Mecanismo de Estabilidad (Mede, el fondo de rescate europeo), una invitación que parece dirigida a Italia, España e, incluso, Francia. “No debería haber distanciamiento social en este caso… es mejor ir juntos”, asegura durante una entrevista por vídeoconferencia con EL PAÍS y otros seis grandes medios europeos.

Pregunta. La Comisión Europea tiene previsto aprobar el miércoles sus directrices sobre el relanzamiento de la actividad turística. ¿En qué condiciones se encuentra el sector?

Respuesta. Se trata, obviamente, de uno de los sectores más golpeados por la crisis de la pandemia. Algunas cifras muestran que al final se podría haber perdido hasta el 40% de la actividad. Y el impacto repercute en el turismo, el transporte y el sector cultural.

P. ¿Qué puede hacer la Comisión para salvar la temporada de verano?

R. Nuestro esfuerzo será ofrecer las directrices para relanzar el sector. Nuestro objetivo es marcar el terreno en tres áreas. En primer lugar, las medidas de seguridad que deberán aplicarse en el transporte y en el alojamiento en los destinos vacacionales. En segundo lugar, coordinar la reapertura de las fronteras, lo cual atañe también a la aplicación de las normas de Schengen. Sabemos que la reapertura será gradual y queremos evitar a toda costa que se produzca un trato discriminatorio entre los Estados de la Unión. Y, por último, preservar los derechos de los consumidores en un momento en que el reembolso por los paquetes o vuelos cancelados se está sustituyendo por vales a canjear en un futuro. Sabemos las dificultades que atraviesan las compañías del sector, pero los Estados tienen que asegurarse de que los derechos del consumidor serán garantizados. La crisis del sector turístico no la pueden pagar los consumidores.

P. ¿Bastará con esas tres medidas?

R. Nuestro mensaje es que tendremos temporada turística este verano, aunque sea con medidas de seguridad y con limitaciones que no existían en temporadas anteriores.

P. Las compañías aéreas no se muestran tan optimistas. Calculan que se tardará dos años en recuperar el nivel de negocio perdido

R. Sabemos que se tardará, pero tanto la industria como los ciudadanos tienen grandes deseos de retomar la actividad. Las medidas a adoptar seguirán los principios que emanan del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades y las recomendaciones para el transporte, especialmente, para trenes y aviones. Pero estoy completamente seguro de que tendremos temporada turística, aunque sea a diferentes niveles y con un calendario diverso según la situación. Una campaña sin precedentes.

P. ¿Qué nivel de actividad turística prevé, en relación con el nivel anterior?

R. Los datos apuntan a una caída del 40%. Ese pronóstico parte de que en marzo se ha perdido el 100%, lo que indica que en los próximos meses habrá una recuperación gradual. Pero hay situaciones muy diversas. En Italia, por ejemplo, gran parte de la temporada alta se ha perdido porque el turismo con mayor valor añadido es el cultural, que se concentra entre marzo y mayo, y luego, entre septiembre y octubre.

P. Dice que no debe haber discriminación de uno países hacia otros. Pero hemos visto que Francia y el Reino Unido, por ejemplo, planean eximirse mutuamente de imponer cuarentena a los ciudadanos de sus países. ¿Son legales ese tipo de acuerdos bilaterales?

R. No nos referimos a ese tipo de acuerdos. Lo que queremos evitar es que las fronteras se abran para unos países y no para otros. Estamos a favor de la apertura, pero sin generar discriminaciones dentro de la Unión.

P. Su colega, el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, calcula que el 20% del fondo de recuperación se tendrá que destinar al sector turístico. ¿Comparte ese cálculo?

R. Es difícil dar cifras concretas por sectores en estos momentos. Estamos evaluando las necesidades del futuro fondo, que deberá apoyar a las áreas geográficas y a los sectores más afectados por la pandemia. Y no hay duda de que el turístico será uno de ellos.

P. ¿Qué dimensión debería tener el fondo de recuperación para ser efectivo?

R. Suelo decir que estamos hablando de billones, no de miles de millones. Creo que ya está claro que el impacto de la pandemia y la recuperación será muy desigual entre los Estados miembros y eso pone en riesgo el mercado interior. Podríamos decir que estamos ante una amenaza existencial para la Unión. Las medidas adoptadas hasta ahora, como la relajación de las normas sobre ayudas públicas, permiten a los Estados responder, pero la potencia de fuego es muy distinta entre unos países y otros.

P. ¿Qué parte del fondo deberían ser subsidios y qué parte, préstamos?

R. No puedo dar porcentajes concretos. Pero está claro, en primer lugar, que una parte deberán ser subsidios. Algunos sectores, como el turismo, y algunas áreas geográficas, necesitan una intervención sobre la base de la solidaridad, es decir, con subsidios. Y en segundo lugar, la parte de los préstamos debe tener en cuenta que no se puede alimentar una espiral de deuda. Por ello, incluso si no se acepta la propuesta de España sobre deuda perpetua, deberían ser préstamos con plazos de reembolso muy largos. La combinación de subsidios y préstamos con vencimientos muy largos reducen el riesgo de sobre endeudamiento.

P. ¿Ha mostrado ya algún país interés por acogerse a las líneas de crédito que ofrece el Mecanismo Europeo de Estabilidad para los costes sanitarios de la pandemia?

R. No, pero todavía no es el momento. Antes de este final de mes estará completa la oferta de esas líneas, que serán interesantes para los países que afrontan tipos de interés más altos.

P. Algunos países temen el estigma de acudir al Mede. ¿Cree que sería mejor que varios países lo pidieran al mismo tiempo?

R. Sí, totalmente de acuerdo. Ya hemos logrado suprimir la condicionalidad que pudiera considerarse peligrosa. Pero entiendo el argumento del estigma, así que coincido en que no debería haber distanciamiento social en este caso… Es mejor ir juntos.

P. La crisis puede dejar a Italia con una deuda equivalente al 160% del PIB y a España, con el 120%. ¿Cómo se puede convencer a españoles o italianos, sobre todo a los más jóvenes, que merece la pena pertenecer a una unión monetaria donde la solidaridad parece ser muy limitada, sobre todo, después de la sentencia del Constitucional alemán sobre el programa de compra de deuda del BCE?

R. Decía antes que estamos ante una amenaza existencial, pero también ante una oportunidad histórica porque podemos aprovechar esta ocasión para avanzar hacia nuevos instrumentos fiscales de la Unión. Se puede convencer de ello a los ciudadanos, no solo a los españoles o italianos sino a todos, si preservamos nuestros activos, como el mercado interior y la fortaleza de la zona euro, y superamos el desequilibrio que hay entre una política monetaria común y la ausencia de instrumentos fiscales y económicos. Puede ser paradójico, pero la sentencia del Tribunal Constitucional alemán puede hacer que avancemos más rápido hacia una política económica y fiscal común. Eso es precisamente lo que han pedido desde hace dos años los presidentes del BCE, tanto Mario Draghi como ahora Christine Lagarde.

P. ¿A qué instrumentos fiscales se refiere?

R. Un primer ejemplo es lo pactado en el Eurogrupo, en concreto, el programa SURE, para ayudar a financiar los planes de regulación de empleo. Pero el ejemplo más claro es el fondo de recuperación que estamos debatiendo. Faltan muchos detalles endiablados, pero será un avance para la Unión.

P. ¿Cuándo estará disponible ese fondo?

R. El desembolso inicial debería producirse en los próximos meses porque la recuperación empieza después del pico de la pandemia y, sin el fondo, puede ser muy desigual en cada Estado miembro. Y esto va a ocurrir en los próximos meses, no en 2022. Calculamos que la inversión privada registrará una caída de 800.000 millones de euros en relación con lo previsto hace seis meses y debemos dejar claro a la opinión pública que nuestro plan de recuperación estará ahí para apoyar el regreso a una economía sostenible.


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