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Banco bueno, banco malo: el coronavirus permite a las entidades británicas redimir su papel en la crisis de 2008

El Banco de Inglaterra les pide que no repartan dividendos ni bonus a sus directivos

Rafa de Miguel
El ministro de Finanzas y responsable de Hacienda de Reino Unido, Rishi Sunak, y el 'premier' británico, Boris Johnson.
El ministro de Finanzas y responsable de Hacienda de Reino Unido, Rishi Sunak, y el 'premier' británico, Boris Johnson. AP

La carta era como aquella frase de El Padrino -"te voy a hacer una oferta que no podrás rechazar"- , aunque no se tratara de un ofrecimiento sino de una imperiosa sugerencia. El vicegobernador del Banco de Inglaterra (BoE, en sus siglas en inglés) y consejero delegado la Prudential Regulation Authority (PRA, Autoridad de Regulación Prudencial), Sam Woods, envió el martes siete cartas a los siete bancos más importantes del Reino Unido, los considerados sistémicos. “Querido Noel, querido Joe, querido Nathan o querido Antonio” encabezaba el texto -el mismo para todos- remitido a los principales responsables del HSBC, Nationwide, SantanderUK, Standard Chartered Bank, Barclays, RBS o Lloyds Banking Group. “La PRA recibe con agrado que tú y tu compañía hayáis considerado la posibilidad de suspender el pago de dividendos o la recompra de acciones hasta finales de 2020 (...)La PRA espera del mismo modo que no pagues ningún bonus a tus altos directivos”.

Que la misiva llegará desde el brazo supervisor y regulador del BoE ya tenía por sí mismo la categoría de aviso a tener en cuenta. Era la primera vez en tres cuartos de siglo que la máxima autoridad monetaria pedía algo similar. Por si acaso, Woods quiso despejar cualquier interpretación errónea que pudiera ver un consejo, y no una orden, en la medida propuesta. “Por favor, confirma antes de las ocho de esta tarde si tu grupo está o no preparado para atender esta petición. La PRA está dispuesta a tomar en consideración el uso de sus poderes de supervisión si tu compañía no accede a adoptar esta medida”, decía el texto.

Según los cálculos de la firma de inversión AJ Bell, los siete grandes se disponían a repartir, algunos en el plazo de unos pocos días, más de 17.000 millones de euros entre sus accionistas. El Banco de Inglaterra cree que todo ese capital debe reservarse para “apoyar a la economía del Reino Unido durante 2020”. La mayoría de los análisis económicos publicados anticipan que el país se dispone a entrar en una recesión. Todas las entidades han anunciado su decisión de seguir las indicaciones de la PRA. “En estos momentos es muy prudente que los bancos retengan ese capital, y que en el clima actual eviten repartirlo”, ha dicho Stephen Jones, el presidente de UK Finance, la asociación que representa a la mayoría de entidades financieras. “Es importante que los bancos dispongan de suficiente munición para poder apoyar a la economía”.

Gran parte del flujo de dinero que el ministro de Economía del Reino Unido, Rishi Sunak, ha prometido en forma de subvenciones directas a pequeños empresarios y autónomos (cerca de 25.000 millones de euros) no llegará hasta junio. Durante ese tiempo, los bancos deberán disponer de liquidez para hacer frente a los descubiertos o a las líneas de préstamo que pidan las empresas, para poder mantener su viabilidad hasta que la pandemia comienza a retroceder. Y algunos analistas han sugerido que esta es la oportunidad para que las entidades financieras rediman el daño que hizo a su reputación su reacción ante la crisis financiera de 2008. “Se trata de una decisión realmente difícil, sobre todo por el impacto directo que va a tener en nuestros accionistas”, ha dicho Nigel Higgins, el presidente de Barclays. “Nuestro banco tiene una base sólida de capital, y pensamos que, para todas las empresas y particulares a los que apoyamos, lo correcto y prudente es adoptar ahora estas decisiones”.

Sea por un ejercicio de relaciones públicas o por un ejercicio honesto de su responsabilidad, todas las entidades han cerrado filas. Pero en algún caso, con un revuelo interno soterrado. Algunos directivos del HSBC (Hong Kong and Shangai Banking Corporation) habrían retomado la idea, según ha desvelado The Financial Times citando fuentes anónimas, de llevar de nuevo la sede de la entidad a Hong Kong. Se trasladó a Londres en 1993 para facilitar la adquisición con el Midland Bank. Un tercio de los accionistas del banco, según el diario, son inversores minoristas que dependen de los dividendos como parte de sus ingresos. Las acciones del banco se desplomaron casi un 10% en la Bolsa de Londres después de conocerse la decisión. La posición oficial de la entidad, según el portavoz que habló con el diario, es la de respaldar la decisión, y ha negado cualquier plan de traslado de la sede. “No existe discusión alguna en estos momentos ni planes de reabrir es asunto”, ha dicho.

El Gobierno británico ha decidido vigilar con lupa a las entidades financieras durante esta crisis. El ministro Sunak y el gobernador del BoE, Andrew Bailey, enviaron la semana pasada una carta conjunta a los bancos en la que les advertían que iban “a adoptar todas las medidas necesarias” para asegurarse de que los préstamos a las empresas en respuesta la crisis del coronavirus, avalados por el Gobierno hasta un 80% hasta un límite de 5,6 millones de euros, llegaban con facilidad a los usuarios. En los primeros días después de anunciarse las ayudas surgieron denuncias contra algunas entidades, a las que acusaban de exigir a los clientes que pusieran sus casas como garantía del préstamo o que imponían intereses leoninos de hasta el 22%. “Los préstamos deben reflejar la generosidad del Gobierno y el propósito último del paquete aprobado”, ha advertido un portavoz del Ministerio de Economía.










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Sobre la firma

Rafa de Miguel
Es el corresponsal de EL PAÍS para el Reino Unido e Irlanda. Fue el primer corresponsal de CNN+ en EE UU, donde cubrió el 11-S. Ha dirigido los Servicios Informativos de la SER, fue redactor Jefe de España y Director Adjunto de EL PAÍS. Licenciado en Derecho y Máster en Periodismo por la Escuela de EL PAÍS/UNAM.

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