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Bruselas propone una suspensión de las reglas fiscales ante un desplome comparable al de 2009

La Comisión Europea aboga por barra libre a los países tras constatar que la economía podría seguir deteriorándose

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.ETIENNE ANSOTTE
Lluís Pellicer

En una medida sin precedentes, la Comisión Europea ha propuesto este viernes suspender de facto las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. La presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, así lo anunciado a través de su cuenta de Twitter. “Hoy, y esto es nuevo y nunca hecho jamás, activamos la cláusula general de salvaguarda”, ha señalado. Esa medida, prevista en las reglas comunitarias, supondrá que todos los países de la UE quedarán exentos de sus objetivos de ajuste estructural para este año. De este modo, Bruselas da barra libre a las capitales para que inyecten todo el dinero que consideren necesario para afrontar la crisis sanitaria que supone la pandemia de Covid-19 y paliar sus consecuencias económicas.

Los países tendrán plena flexibilidad para combatir la crisis sanitaria, social y económica que implica la pandemia de coronavirus. En su comunicación aprobada este viernes, la Comisión recuerda que el pasado 13 de marzo hizo público que preveía una contracción de la economía de alrededor del 1%. Sin embargo, advertía de que el golpe asestado por la pandemia podría ser mayor. “Los acontecimientos desde entonces sugieren que esos escenarios adversos se han convertido en realidad”, sostiene la Comisión en el documento aprobado este viernes. Si la crisis sanitaria se alarga hasta principios de junio, añade, la caída de la actividad económica en 2020 “podría ser comparable” a la que la zona euro sufrió en 2009, el peor año de la crisis financiera. Entonces, el desplome del Producto Interior Bruto fue del 4,5%.

Alemania, Francia y España ya han anunciado grandes paquetes fiscales para combatirla. En total, Bruselas estima que los países destinarán alrededor de 160.000 millones de euros a medidas presupuestarias para, entre otras cosas, ayudar a empresas y trabajadores y cerca de 1,6 billones de euros a avales para que las economías no se sequen, los bancos sigan prestando y las empresas puedan seguir vivas durante los meses en los que su actividad estará prácticamente congelada.

Varios países, entre ellos España, han ido anunciando esos paquetes fiscales. Pero su ejecución requería de manga ancha en las estrictas reglas sobre ayudas de Estado, modificadas el jueves, y en las del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. La Comisión Europea ha decidido este viernes recomendar a los Veintisiete que avalen esa suspensión en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará la semana que viene por videoconferencia. Los ministros de Finanzas de la UE ya dieron el visto bueno a las medidas en el Eurogrupo celebrado esta semana, allanando el camino para que los líderes lo ratificaran posteriormente.

Bruselas en principio pensó en que los países se acogieran a la cláusula para “acontecimientos inusuales”, como catástrofes naturales. La magnitud de la crisis ha hecho que optaran por la cláusula general de salvaguarda, que permite una desviación “coordinada y ordenada” de todos los países respecto a los requerimientos a causa de una caída económica grave en el conjunto de la zona euro. "Los Gobiernos nacionales pueden invertir en su economía lo que necesiten. Estamos relajando las normas presupuestarias para que puedan hacerlo”, ha agregado. El Banco Central Europeo puso también su parte con el anuncio de un plan de compra de activos públicos y privados por 750.000 millones de euros que permitió relajar las primas riesgo de países como Italia o España.

El Pacto de Estabilidad y Crecimiento fija como tope en las cuentas públicas un déficit equivalente al 3% del Producto Interior Bruto (PIB) y una deuda del 60%. España salió del brazo correctivo de la UE el año pasado tras haber reducido su desfase presupuesto al 2,5% del PIB en 2018. La recesión en la que Bruselas ya ve sumida a la UE supone desbaratar los planes de todos los países. Dado que los países aún trabajan en buscar una respuesta conjunta a la crisis, la Comisión ha decidido darles el “máximo de flexibilidad” para que destinen todos los recursos que crean oportunos para luchar contra la pandemia.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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