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Marruecos y España, cada vez más enganchados a la electricidad compartida

Los dos Gobiernos han firmado un acuerdo para instalar una tercera interconexión a través del Estrecho antes de 2026

Francisco Peregil
Los Reyes de España y Mohamed VI durante una visita oficial a Rabat, Marruecos, el 13 de febrero
Los Reyes de España y Mohamed VI durante una visita oficial a Rabat, Marruecos, el 13 de febreroCarlos Alvarez (Getty)
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Los dos monarcas sonreían mientras sus ministros y altos responsables firmaban la decena de acuerdos previstos en la visita de Estado de los Reyes de España a Marruecos, el 14 de febrero. Se sellaron algunos más vistosos que otros, como la cesión irrevocable al Estado marroquí del Gran Teatro Cervantes, de Tánger. Pero uno de ellos parece estar llamado a consolidar las relaciones entre los dos países si finalmente llega a buen puerto; se trata del Memorando de Entendimiento (MoU, por sus siglas en inglés) para instalar un tercer cable eléctrico que una los dos países.

Como en todos los Memorandos de Entendimiento, no hay ningún compromiso jurídico que comprometa a cualquiera de las dos partes. “Pero una vez que se pone en marcha el plan de viabilidad esto es imparable. En cinco años será realidad”, sostiene uno de los impulsores de la negociación”, que habla con la condición del anonimato.

El factor que podría poner en riesgo el acuerdo es que Marruecos también firmó en 2015 con Portugal otro estudio para instalar un cable hacia el Algarve, que mediría unos 250 kilómetros y tendría una potencia de 700 megavatios. Los estudios de viabilidad tendrían que estar terminados este año y el enlace debería estar funcionando en 2030.

La ventaja con que cuenta España, en principio, es que el coste de la instalación, que hay que sufragarlo a medias, sería bastante más elevado con Portugal, ya que la distancia entre ambas costas es mayor. “A Marruecos”, señala la citada fuente “le interesa que el coste de instalación no sea excesivo y a España le conviene disponer de un mercado más eficiente, con los dos sistemas de las dos orillas integrados”. Si Marruecos se decantara por Portugal, convendría tener en cuenta que China posee desde hace siete años el 25% del operador portugués de Redes Energéticas Nacionais (REN), con lo cual se convertiría en un actor clave en el mercado energético que une las dos costas del Estrecho.

El tercer cable será muy beneficioso para la relación política entre los dos países. Cuantos más intereses tengamos en común menos daños nos haremos

En España hay quien considera que las necesidades futuras del mercado con Marruecos se pueden satisfacer con el segundo cable y que el coste de instalar otro enlace repercutirá en la factura que pague el consumidor. Y no solo el coste, sino también el hecho de que al haber mayor demanda por parte de Marruecos, se puede encarecer en momentos puntuales el precio de la factura de la luz en España. No obstante, los defensores de la tercera conexión argumentan que Marruecos también podrá vender a España energía más barata, con lo cual la factura no siempre tendrá que ser necesariamente más cara.

Un miembro del equipo negociador del acuerdo recalca que esta operación va más allá del beneficio económico mutuo: “La Unión Europea nació con el Tratado de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), en 1951. Gracias a ese organismo se hacía casi imposible una guerra. Salvando las distancias, el tercer cable entre las dos orillas será muy beneficioso para la relación política entre los dos países. Cuantos más intereses tengamos en común menos daños nos haremos”.

El plazo aproximado de ejecución sería de cinco años. El coste para instalarlo es de 150 millones, a pagar al 50% entre las dos partes. La capacidad comercial prevista es de 1.500 megavatios. Las compañías estatales encargadas de elaborar el estudio del proyecto serán la española Red Eléctrica de España (REE) y la marroquí Office National de l’Électricité et de l’Eau Potable (ONEE).

La primera conexión submarina tenía 700 megavatios y comenzó a funcionar en 1998, durante la presidencia de José María Aznar, un año antes de que Mohamed VI ascendiera al trono y un año antes de la adopción del euro en Europa. Después sobrevino la crisis del islote Perejil, en 2002, como punto de inflexión entre los dos países. Y en 2005 se produjo la mayor crisis de inmigración ilegal, con la llegada a España de 39.180 personas sin documentación, un precedente de la que se ha vivido en 2018, con 65.325 inmigrantes irregulares llegados a las costas andaluzas, Ceuta, Melilla, Baleares, Canarias y al levante español.

Pero, a pesar de las fricciones políticas y diplomáticas, sobrevenidas en los últimos 20 años, la corriente eléctrica continuó fluyendo en aguas del Estrecho de forma discreta e ininterrumpida. En 2007, bajo la presidencia del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, se inauguró en Tarifa la segunda interconexión, que duplicaba el intercambio entre los dos países. Los dos cables van desde Tarifa a la localidad marroquí de Fardioua, en un trayecto de 29 kilómetros y a una profundidad de 620 metros. “El problema es que la península ibérica es una isla energética, no tenemos interconexiones suficientes con el resto de Europa. Y es bueno extenderlas hacia el sur también”, señala un miembro del equipo negociador del acuerdo.

Marruecos ha emprendido una gran apuesta por las energías renovables, cuyo emblema es la central Noor, enclavada en el desierto que rodea la ciudad de Uarzazat, a cuatro horas en coche de Marrakech. La planta, explotada por la empresa española Sener, financiada por la compañía saudí Acwa Power y subvencionada en un 60% por la Unión Europea, es una pieza básica de Marruecos para conseguir que en 2030 el 52% de su capacidad eléctrica proceda de la energía renovable (20% solar, 20% eólica y 12% hidráulica).

“Ese tipo de energía renovable”, señala un experto, “siempre requiere el respaldo de la energía convencional para evitar apagones a causa de factores climáticos. Cuanto más renovables tengas mayor respaldo necesita. Con lo cual, la necesidad y conveniencia del tercer cable está garantizada”, concluye.

Que haya tres interconexiones no significa necesariamente que España vaya a vender más energía a Marruecos. En 2015, el 15% de la demanda eléctrica de Marruecos fue vendida desde España. Pero la cifra de facturación puede disminuir. “Habrá veces en que a España le compensará comprarla en Marruecos porque esté más barata. Y no hay ningún problema”, indica un directivo de los que han participado en la negociación.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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