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Santander y BBVA pasan la prueba anual de estrés de la Reserva Federal

Un total de 35 entidades se sometieron al examen cuantitativo del banco central de Estados Unidos

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell
El presidente de la Reserva Federal, Jerome PowellYURI GRIPAS (REUTERS)

La Reserva Federal de Estados Unidos certifica que la salud de los bancos que supervisa es buena y están en condiciones de soportar una crisis. Las 35 entidades sometidas a la prueba anual de estrés superaron el examen, incluidas las filiales estadounidenses del Santander y el BBVA. El próximo jueves se conocerá el resultado de la segunda ronda, que autoriza los dividendos y la recompra de acciones.

Los bancos en EE UU cerraron el primer trimestre con beneficios récord, gracias al efecto combinado de una economía que crece con solidez, unas condiciones financieras favorables, el alza gradual de tipos de interés, los beneficios derivados de la reforma fiscal y la rebaja de la regulación. Pero otra cosa distinta es que sus modelos de negocio puedan hacer frente a un escenario de dificultad.

La Fed somete a los bancos con más de 100.000 millones de dólares en activos a esta primera prueba cuantitativa, que se concentra en el rendimiento de su balance en varios escenarios utilizando el plan de capitalización que le presenta la entidad. Los criterios utilizados este año para la prueba son más altos en el caso de un escenario “severamente adverso”, similar al que se vivió en la crisis de 2008.

Las filiales del grupo Santander y del BBVA cuentan con el colchón de liquidez suficiente para soportar las pérdidas si se produjera una crisis extrema. La exigencia mínima para pasar la primera parte del examen era de un capital de calidad (Tier 1) del 4,5% para el peor escenario. En caso del banco que dirige Ana Patricia Botín el resultado es del 15,2%. Para el BBVA es del 7,6%.

El escenario más severo se basa en una profunda corrección del precio de los activos, incluido un desplome del 40% en el valor de la vivienda. En esa situación hipotética para la que debería estar preparados los bancos, Wall Street se hundiría un 65% a comienzos de 2019 y el índice de volatilidad superaría el 60%. La tasa de paro repuntaría al 10% y el crecimiento de contraería un 9%.

La Reserva Federal explica que los choques tienden a ser más severos cuando las condiciones económicas son “especialmente robustas”. El segundo examen trata de determinar si los bancos pueden devolver beneficios a los inversores sin crear un riesgo a su negocio. Este año la prueba cualitativa deben aprobarla los 18 bancos más grandes y complejos. Santander y BBVA no entran.

Se trata de las primeras pruebas de estrés que se publican con miembros de la Fed nombrados por el presidente Donald Trump. El mes pasado, además, se adoptaron los primeros cambios a la legislación que regula la industria financiera desde la última crisis. El umbral para los bancos que se someten al primer examen se elevó de 50.000 millones a 100.000 millones en activos. Este año quedaron excluidos así CIT Group, Comerica y Zions Bancorp.

Para las entidades que tienen activos entre los 100.000 millones y los 250.000 millones, la Fed puede relajar los criterios si lo considera oportuno. De esta manera se busca abrir la mano a la banca regional y local, buscando que agilice el crédito a los pequeños negocios y los consumidores en sus comunidades. También puede abrir la vía a una consolidación entre ese grupo de bancos.

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