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Bruselas pide poder para vetar los contratos de suministro de gas

La Comisión Europea pretende reducir la dependencia de Rusia

Claudi Pérez
El comisario europeo de Energía, Miguel Arias Cañete
El comisario europeo de Energía, Miguel Arias CañeteLAURENT DUBRULE (EFE)

Rusia y Gazprom en el punto de mira. La Comisión Europea pretende reducir la dependencia del gas ruso y evitar la firma de contratos intergubernamentales que vulneran la ley europea por el poder de mercado de Gazprom. Bruselas aprobó este martes un paquete regulatorio en materia de energía que incluye un veto de facto a los acuerdos que los socios firmen con países terceros. A diferencia de lo que ocurre ahora, la Comisión revisará por adelantado los contratos para evitar que incluyan cláusulas ilegales, algo que ocurre ahora en un tercio de los casos. Si se pronuncia en contra, el socio afectado deberá hacer cuanto esté en su mano para acatar esa decisión para no verse envuelto en la apertura de un expediente. Además, Bruselas quiere que los países comuniquen también todos sus acuerdos privados cuando se prolonguen más allá de un año y si la cuota de mercado es lo suficientemente relevante, por encima del 40%.

En todas esas medidas Bruselas mira por el retrovisor a Rusia y Gazprom. Maros Sefcovic, vicepresente para la Unión Eenergética, explicó ante la prensa que la relación con Moscú es “extremadamente compleja” y va más allá de los acuerdos puramente comerciales. “Tras las crisis del gas de 2006 y 2009, que dejaron a millones de personas sin gas, es el momento de decir nunca más”, le secundó el comisario Miguel Arias Cañete. Las tensiones geopolíticas —como el conflicto con Rusia en Ucrania— y el hecho de que Europa importe más de la mitad de la energía que consume “son un áspero recordatorio de que ese problema no va a desaparecer sin más”, según Arias.

Esa propuesta puede afectar directamente a proyectos como la construcción del gasoducto Northstream II, que la mayoría de los socios rechazan y que duplicaría la capacidad del suministro ruso a Alemania. De ahí que la Comisión apunte la necesidad de establecer notificaciones automáticas a Bruselas de los acuerdos intergubernamentales y de los contratos privados más importantes, en pos de una mayor transparencia y de la necesidad de asegurar el suministro.

Pero hay más. Bruselas propone pasar de los enfoques nacionales a un plan europeo y solidario, que permita prevenir y hacer frente a potenciales crisis gasísticas como las interrupciones de suministro por parte de Rusia. Para ello, apuesta por diversificar las fuentes de suministro, y por mejorar las interconexiones (como las que unen Portugal y España, y España con Francia a través del Midcat). En caso de problemas en el suministro en alguna región, la Comisión podrá obligar a los socios a garantizar el suministro de gas a hogares y servicios esenciales de otros países, por encima de los servicios no esenciales del propio país.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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