_
_
_
_
_

La calle se vuelve escenario

Una decena de compañías han actuado en la Plaza del Arriaga en Aste Nagusia - "Al público no se le puede ofrecer cualquier cosa", dice el argentino Guz

Cada día de Aste Nagusia ha abierto de nuevo un hueco para que pequeños y mayores pudiesen disfrutar de las actuaciones teatrales en la calle. Las obras destinadas al público infantil se han representado durante toda la semana festiva en la Plaza del Gas, mientras que la del Arriaga ha acogido los espectáculos pensados para todos los públicos, en sesiones de mañana y tarde.

En concreto, siete compañías han pasado por el primer lugar, mientras que centenares de personas han podido disfrutar en la Plaza del Arriaga con los montajes de una decena de compañías procedentes de Euskadi, Madrid, Francia, Argentina, Reino Unido y Brasil. Algunos, como los franceses de Heyoka Teatro, han hecho incluso doblete actuando tanto para niños como para adultos en ambos lugares,

Entre ellas han figurado nombres clásicos de la escena vasca, como las compañías Markeliñe, Hortzmuga Teatro y Trapu Zaharra.

Uno de los montajes destacados de esta edición ha sido Humanus Comicus, a cargo del argentino Sebastian Guz, que actúa bajo el nombre de Niño Costrini. "Vine en Semana Santa hace tres años y en la Semana Grande de ese año porque me convocó una persona del área de cultura del Ayuntamiento. Decían que conocían mi espectáculo y, por lo visto, les gustó", señala Guz, quien lleva ya 16 años dedicándose de lleno a las artes escénicas. Humanus Comicus, en el que parte de los personajes de los dibujos animados, es su segunda producción en solitario, que ha dirigido él mismo junto a Romina Krause.

Guz reconoce que su página web (www.mundocostrini.com) ha resultado fundamental para darse a conocer, pero no desdeña las virtudes de la difusión boca a oreja entre todos los que van viendo sus actuaciones. "Es importante que se vaya corriendo la bola y que se hable de un número artístico que no es de masas, sino más bien un fenómeno underground", asegura y explica el desarrollo del proceso: "Muchas veces un programador de espectáculos o un organizador de fiestas habla con otro y me recomienda".

A lo largo de su carrera artística, que se inició en su Buenos Aires natal, ha actuado en países como Chile, Uruguay, Japón, Corea y, justo antes de llegar a las fiestas de Bilbao de este año, estuvo en Francia. Sin embargo, uno de los lugares que le han marcado especialmente ha sido Yibuti. "Son especialmente agradecidos en lugares como este, porque un número de apenas tres cuartos de hora para ellos supone un acontecimiento único que pueden comentar el resto del año".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

En lo que a la receptividad del público se refiere, Guz observa bastantes similitudes entre los bilbaínos y los bonaerenses. "Ambos son un tipo de público dispuesto a pasárselo bien", apunta. "Agradecen los números en la calle y son respetuosos con el artista que los realiza", añade, aunque también se trata de un público exigente "al que no se le puede ofrecer cualquier cosa".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_