Caviar: solo y frío
Reconozco que tenía caviar beluga 000 en mi restaurante. Que lo tenía por que me gustaba mucho cocinarlo y que vendía muchas latitas de 40 gramos a la semana.
Pero hice una reflexión en un momento dado, que era la siguiente: por un menú en el que van 20 platos, con grandes productos y muy elaborado cobro 120 euros, ¿cómo voy a tener un solo plato a 140 euros?... Lo veía descompensado.
Reconozco que fue un concepto heredado y que solo tenía que reflexionarlo para darme cuenta que era un error. El que quiera caviar (es una recomendación) que lo compre y se lo tome en casa. En casa o en el barco, o en la playa, o dónde sea.
Pero en un restaurante, no. ¿Por qué? Muy sencillo, las mejores armonías posibles para el caviar bueno de verdad, se logran tomándolo solo. Frío y con la mano.
Luego con huevo, con puré de patata graso, mantequilla y pan, y si me apretan mucho mucho con una botella del mejor champagne que puedan conseguir, y... vuelvo al solo frío, con la mano...
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